Aloe vera: primeros auxilios para hemorroides, piel seca, quemaduras, heridas y más

Botiquín de primeros auxilios a base de hierbas: Trate las lesiones agudas con medicina natural (Parte 6)

Por Sina McCullough
24 de julio de 2023 7:33 PM Actualizado: 25 de julio de 2023 12:29 PM

Siga aquí la sección «Botiquín de primeros auxilios a base de hierbas«.

En esta serie, examinamos alternativas naturales a los botiquines modernos, que suelen consistir en medicamentos elaborados con productos químicos sintéticos. Si busca soluciones naturales para afecciones agudas, estas hierbas son seguras, eficaces y fáciles de conseguir.

La primera vez que utilicé el aloe vera fue para tratar una fuerte quemadura solar que me dejó la piel roja, caliente y dolorida. Recogí gel de aloe vera de la hoja de una planta de aloe y lo apliqué generosamente sobre la zona afectada varias veces a lo largo del día.

Al despertarme a la mañana siguiente, descubrí con asombro que el calor y el dolor habían desaparecido y que el enrojecimiento había sido sustituido por una piel de color bronceado.

Los resultados parecían increíbles, así que repetí el experimento con una quemadura solar posterior y con una quemadura térmica que me hice al agarrar accidentalmente una sartén caliente. En ambas situaciones, el gel de aloe vera curó rápidamente la herida y remedió el dolor. Desde entonces, siempre he tenido una planta de Aloe en casa.

El aloe vera (aloe barbadensis miller) es una suculenta perenne con hojas gruesas, carnosas, largas y de color verde guisante.

Se utiliza con fines medicinales desde hace milenios. Tablillas de arcilla datadas en 1750 a.C. revelan que el aloe vera se utilizaba como medicina en Mesopotamia.

Los egipcios se referían al aloe vera como «la planta de la inmortalidad«. Las reinas egipcias Nefertiti y Cleopatra utilizaban el aloe como parte de sus rutinas diarias de belleza. Los libros egipcios del 550 a.C. recogen que las infecciones cutáneas se curaban con aloe.

Los científicos griegos aclamaban al Aloe vera como la «panacea universal«. En el año 74 d.C., un médico griego, Discordes, escribió un libro titulado De Materia Medica, en el que enumeraba el aloe vera como tratamiento para heridas, infecciones, grietas, caída del cabello y hemorroides.

Alrededor del año 1200, el aloe vera se utilizaba para el eczema. Tanto Alejandro Magno como Cristóbal Colón utilizaban el aloe vera para tratar las heridas de los soldados.

A principios del siglo XIX, el aloe vera se utilizaba en Estados Unidos como laxante. A mediados de la década de 1930, se utilizó con éxito para tratar la dermatitis severa por radiación.

Hoy en día, los estudios científicos han demostrado que el aloe vera tiene numerosas propiedades curativas, como ser antitumoral, antiinflamatorio, antidiabético, antienvejecimiento, antibacteriano, antiviral, antiséptico y protector de la piel.

El aloe vera también ayuda a tratar diversas heridas, como las postoperatorias, la psoriasis, las úlceras cutáneas, el herpes genital, las escaras y las quemaduras.

Por su capacidad para curar heridas, el gel de aloe vera puede sustituir a algunos medicamentos artificiales que suelen encontrarse en los botiquines modernos.

Quemaduras térmicas

Cuando sufro una quemadura térmica, recurro al gel de aloe vera en lugar de a la vaselina o a un antibiótico tópico.

Aunque el aloe vera se utilizaba en la medicina tradicional para curar las quemaduras causadas por fuego, hoy en día el remedio más utilizado es la vaselina, derivada del petróleo.

Según la Academia Americana de Dermatología, el tratamiento estándar para las quemaduras de primer grado incluye la aplicación de vaselina y la cobertura con un vendaje estéril. Sin embargo, el gel de aloe vera puede ser una mejor opción, según la ciencia moderna.

El aloe vera contiene glucomanano y giberelina, que aumentan la producción de colágeno al estimular la actividad y proliferación de los receptores del factor de crecimiento de fibroblastos, ayudando a cicatrizar la piel.

El aloe vera también acelera la cicatrización de las heridas y mejora la resistencia del tejido cicatricial resultante al cambiar la composición del colágeno y aumentar la cantidad de reticulación del colágeno.

Un estudio de 1995 comparó el aloe vera con la vaselina en 27 pacientes con heridas por quemaduras. Los investigadores escribieron: «Las lesiones tratadas con gel de aloe vera cicatrizaron más rápido que las tratadas con gasa de vaselina». El aloe vera curó las heridas en 11,89 días, y las heridas tratadas con gasa de vaselina lo hicieron en 18,19 días.

El gel de aloe vera estimuló el «rápido crecimiento» de las células de la piel, así como del tejido colágeno. Según los investigadores, «estos resultados no se observaron en la zona tratada con gasa de vaselina».

Un segundo tratamiento comúnmente recomendado para las quemaduras térmicas es un antibiótico tópico. Sin embargo, según un estudio comparativo publicado en el Journal of Alternative and Complementary Medicine en 1996, el aloe vera es más eficaz en la cicatrización de heridas. Los autores concluyeron que el aloe «aceleraba significativamente la contracción de la herida». En cambio, el acetato de mafenida, un antibiótico tópico, «retrasó la cicatrización de la herida.»

Un estudio de 2013 coincidió en que el gel de aloe vera era más eficaz para tratar las quemaduras térmicas que un antibiótico.

«Los pacientes con quemaduras térmicas tratados con gel de aloe vera mostraron ventajas en comparación con los tratados con SSD [crema de sulfadiazina de plata]», según los investigadores. Las heridas se curaron más rápido y el dolor se alivió antes con el gel de aloe vera que con el antibiótico.

Quemaduras solares

Cuando tengo una quemadura solar, recurro al gel de aloe vera en lugar de un remedio de primeros auxilios de venta libre como la crema de hidrocortisona, Dermoplast o Solarcaine.

Un estudio de 2008 publicado en Skin Pharmacology and Physiology expuso a 40 voluntarios a la radiación UVB. Tras dos días de tratamiento con gel de aloe vera, los investigadores concluyeron que el gel de aloe vera «mostraba algunos efectos antiinflamatorios» y «podría ser útil en el tratamiento tópico de afecciones inflamatorias de la piel como el eritema [enrojecimiento] inducido por UV».

El tratamiento con gel de aloe vera también mitigó mejor los efectos de la radiación UV que el tratamiento con hidrocortisona en gel placebo.

Un estudio de 1996 concluyó que un compuesto del aloe vera contiene una actividad antiinflamatoria «equivalente» a la hidrocortisona en el tratamiento tópico de heridas en ratones.

El tratamiento con hidrocortisona «provocó una disminución del 50 por ciento del peso del timo», mientras que el tratamiento con el compuesto del aloe no mostró ningún efecto negativo sobre el timo.

Las empresas farmacéuticas modernas reconocen la eficacia del aloe vera; es un ingrediente de dos de los principales remedios de primeros auxilios para las quemaduras solares: Dermoplast y Solarcaine.

Sin embargo, Dermoplast también contiene varios ingredientes sintéticos, como polisorbato 85, monolaurato de PEG─400, hidrofluorocarbono 152a y butano.

Solarcaine también contiene varios ingredientes sintéticos, como propano, propilenglicol, isobutano, metilparabeno, carbómero y propilparabeno.

Puede evitar los productos químicos artificiales y seguir recibiendo alivio de las quemaduras solares y térmicas eligiendo el gel de aloe vera.

Cuándo utilizar el gel de aloe vera

El gel de aloe vera puede utilizarse para las siguientes afecciones agudas de la piel:

1. Quemaduras solares
2. Quemaduras térmicas
3. Sequedad
4. Agrietamiento
5. Hemorroides
6. Úlceras de decúbito
7. Heridas postoperatorias
8. Úlceras cutáneas
9. Prurito cutáneo

Calidad del gel de aloe vera

Las mejores opciones para un botiquín de primeros auxilios son la planta de aloe vera, que es fácil de cultivar en casa, y el gel de aloe vera.

En lo que respecta al gel, hay que prestar atención a la calidad, ya que se han detectado casos de adulteración del gel de aloe vera. El gel de aloe vera es rico en polisacáridos, como las pectinas y el acemanano. Estos polisacáridos se han sustituido o diluido con carbohidratos de menor coste, como la maltodextrina o la sacarosa.

«Muchos expertos de la industria de las hierbas saben desde hace tiempo que algunos materiales de áloe están adulterados. Dado que muchos materiales de aloe se presentan en forma líquida o de gel, es relativamente fácil para los productores de aloe poco éticos ‘estirar’ el material de aloe añadiendo líquidos de bajo coste y varios tipos de azúcares a los ingredientes para aumentar los beneficios», advertía Mark Blumenthal, fundador del Consejo Botánico Americano, en un boletín publicado en la revista del consejo.

También es habitual añadir conservantes sintéticos y sustancias de relleno al gel de aloe vera, aunque en la etiqueta se afirme que el producto es «100% puro aloe».

Si compra gel de aloe, elíjalo ecológico y lea la etiqueta de ingredientes para asegurarse de que no contiene productos químicos sintéticos.

Cómo cosechar una planta de aloe vera

La planta de aloe vera debe estar madura ─al menos unos años─ para garantizar una mayor concentración de principios activos.

Para recolectar el aloe directamente de la planta

1. Elija una hoja gruesa de la parte exterior de la planta. Asegúrese de que la hoja no tenga moho ni esté dañada.
2. Corte la hoja cerca del tallo, evitando las raíces.
3. Corte la hoja longitudinalmente con un cuchillo o con los dedos para exponer el gel.
4. Con el dedo, aplique el gel de aloe vera generosamente sobre la piel. El aloe puede aplicarse varias veces a lo largo del día. No lo aplique sobre la piel abierta.

Precauciones y posibles interacciones

Aunque existen precauciones para el uso oral, la aplicación tópica rara vez provoca complicaciones. Aunque es poco frecuente, el gel de aloe vera puede producir ardor y picor en la piel. Consulte a un médico antes de usarlo si está embarazada o en período de lactancia o si padece alguna enfermedad inflamatoria de la piel.

Con esto concluye nuestra serie… por ahora. Lea toda la sección «Botiquín de primeros auxilios a base de hierbas» aquí.


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