Durante una audiencia ante el Congreso el 28 de febrero, el alto ejecutivo de salud, el Dr. Robert Trenschel, destacó el enorme costo de la atención médica para la oleada de inmigrantes ilegales que cruzan la frontera sur de EE. UU.
En 2022, los funcionarios estadounidenses se encontraron con más de 2 millones de inmigrantes ilegales que intentaban cruzar a Estados Unidos. Esto representa un aumento considerable desde 2021, con 1.7 millones de cruces.
Según Trenschel, muchos de estos inmigrantes ilegales requieren estadías prolongadas en el hospital. En promedio, el médico dijo que cuestan hasta tres veces más en recursos humanos para resolver sus casos y proporcionar un alta segura.
“Algunos inmigrantes [ilegales] vienen con dolencias menores, pero muchos de ellos vienen con enfermedades importantes”, dijo Trenschel durante la audiencia.
Muchos inmigrantes ilegales están «muy enfermos»
“Hemos tenido pacientes migrantes en diálisis, cateterismo cardíaco y con necesidad de cirugía cardíaca. Muchos están muy enfermos”.
Trenschel es presidente y director ejecutivo del Centro Médico Regional de Yuma en Arizona. Su hospital de 406 camas es el único centro de cuidados intensivos en un radio de tres horas en coche, lo que lo convierte en la alternativa obvia para los inmigrantes ilegales de la zona que sufren problemas de salud.
Yuma es un pueblo a corta distancia de la frontera con México y tiene poco menos de 100,000 habitantes en la ciudad. Como comparación, Trenschel señaló que más de 300,000 extranjeros ilegales cruzaron la frontera cerca de su ciudad el año pasado.
Y en ese periodo de 12 meses, el Centro Médico Regional de Yuma ha acumulado más de USD 26 millones en servicios médicos no pagados prestados a inmigrantes ilegales.
Aunque este no es un problema nuevo.
Una estimación de 2018 del costo de los servicios brindados a 3.9 millones de inmigrantes ilegales sin seguro ascendió a USD 4600 millones en atención financiada con los impuestos estadounidenses.
Complicaciones a largo plazo
Muchas de ellas tampoco son visitas rápidas a urgencias.
Algunos de los que cruzan la frontera sur de EE. UU. sufren problemas relacionados con la intemperie, como deshidratación, pero Trenchel afirma que muchas de las personas atendidas en su centro tienen «complicaciones a largo plazo de enfermedades crónicas que no han sido atendidas».
Él dice que muchos inmigrantes ilegales que ingresan al país y necesitan atención médica terminan en la sala de cuidados intensivos durante 60 días o más.
Una gran parte de los pacientes son mujeres embarazadas que han recibido poco o ningún tratamiento prenatal. Esto ha provocado un exceso de nacimientos de bebés que requieren cuidados neonatales durante 30 días o más.
En respuesta, el legislador Mark Green (R-Tenn.) dijo: «Con 4.7 millones de inmigrantes [ilegales] que necesitan asistencia sanitaria, todo el mundo paga primas de seguro más altas, ya que en última instancia hay que pagar por esta asistencia».
Además, es un modelo de negocio insostenible, según Trenschel.
Apoyo auxiliar no remunerado
«Ninguna empresa o servicio puede sobrevivir a un gasto continuo a gran escala sin unos ingresos que lo compensen», afirmó.
Trenschel añadió que los USD 26 millones en servicios médicos no pagados prestados a inmigrantes ilegales no incluían todo el apoyo auxiliar proporcionado.
Él señaló que su centro ha tenido que pagar los traslados hospitalarios, hoteles, transporte aéreo de emergencia, sillas para coche y mucho más solo para sacar a los pacientes y liberar camas hospitalarias.
“Ninguno de estos gastos está incluido en la cifra de USD 26 millones”, dijo Trenschel.
El testimonio del médico se repite cada vez con más frecuencia en los últimos meses, a medida que la crisis migratoria en la frontera sur de Estados Unidos sigue agravándose.
Otros estados que luchan contra la carga de facturas médicas impagadas a causa de la asistencia sanitaria a inmigrantes ilegales son Florida, California y Texas.
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