A sus 105, años una abuelita de California llena de energía obtuvo una maestría en Stanford, luego que inesperados acontecimientos mundiales impactaran directamente su vida y la obligaran a interrumpir sus estudios.
Virginia «Ginger» Hislop, quien nació en Palo Alto, California, recibió con una gran sonrisa y llena de aplausos su certificado de maestría en educación en una ceremonia de graduación de la Escuela de Graduados en Educación de Stanford (GSE) 2024, el pasado domingo 16 de junio, según el portal web de GSE.
«Una ferviente defensora de la equidad y de la oportunidad de aprender… hoy nos enorgullece otorgar el máster en Artes de la Educación a nuestra graduada de 105 años», dijo Daniel Schwartz, el decano de la escuela en un discurso al inicio de la ceremonia de graduación.
Una vez que Ginger se levantó de su asiento, con ayuda de su bastón para dirigirse al escenario y recibir su capa de maestría, fue envuelta en aplausos. Ginger, quien asistió a la ceremonia acompañada de su familia, lució con elegancia su toga y birrete.
Al llegar al escenario saludó al Sr. Schwartz y recibió su diploma. También posó y sonrió para las cámaras mientras su familia, entre ellos sus nietos y bisnietos, le aplaudieron y la ovacionaron, gesto que le sacó unas tímidas carcajadas.
«¡Dios mío!», expresó Ginger. «¡He esperado mucho tiempo para esto!».
La Segunda Guerra Mundial marca un antes y un después inesperado
La vida nunca es lo que se imagina, y Ginger lo vivió en carne propia. La llegada de la Segunda Guerra Mundial impactó directamente su vida.
En 1936 realizaba sus estudios en la GSE, que en aquel momento se llamaba la Escuela de Educación de la Universidad de Stanford, y al cabo de cuatro años, en 1940, obtuvo su licenciatura en educación. Al terminar su licenciatura, Ginger planeaba obtener su maestría en educación para poder dar clases pero las cosas cambiarían tras el estallido de guerra.
Cuando Ginger finalizó sus estudios y antes de que entregara su tesis final, su entonces novio, George Hislop, fue llamado a alistarse al ejército para combatir en la Segunda Guerra Mundial. Debido a ello, la pareja tuvo que casarse y la joven Ginger tuvo que abandonar la escuela antes de graduarse.
«Pensé que era una de las cosas que podría aprender en el camino si lo necesitaba y siempre me ha gustado estudiar, así que no era realmente una gran preocupación para mí —y casarme sí lo era», dijo Ginger.
Empapada en el mundo de la enseñanza —debido a que su abuela fue maestra en Kansas y una de sus tías fue directora de una escuela en el oeste de Los Ángeles— su inquietud por la educación la llevó a presidir la Junta Directiva de la Escuela Yakima y convertirse en miembro fundador de la junta directiva de Yakima Community College. También ayudó a fundar Heritage University en Toppenish, Washington, donde formó parte de la junta durante 20 años.
«Creo que hice cosas buenas por nuestro sistema escolar local y ayudé a expandirlo», dijo Ginger. «Para mí, este título es un reconocimiento a los muchos años que he trabajado para las escuelas del área de Yakima y en diferentes juntas».
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