Ante brote del virus, ciudadanos chinos son obligados a pasar cuarentena en lugares sin calefacción

Por Nicole Hao
09 de enero de 2021 2:59 PM Actualizado: 09 de enero de 2021 2:59 PM

Tras un aumento local en los casos de COVID-19, las autoridades ordenaron a cientos de habitantes de la provincia de Hebei, en el norte de China, que se aislaran en tres escuelas que se convirtieron en centros de cuarentena.

Sin calefacción ni mantas para dormir, los habitantes lucharon por mantenerse calientes mientras las temperaturas bajaban por debajo del punto de congelación.

«Los niños lloraban toda la noche por el frío», dijo Liu Lin (seudónimo) al periódico chino de The Epoch Times en una entrevista del 8 de enero. «Ellos [los oficiales del gobierno] dijeron que nuestro pueblo es una región de alto riesgo para contraer el virus, y que los más de cuatro mil habitantes del pueblo serían enviados a los centros de cuarentena paso a paso».

Algunas partes de la región fueron cerradas para frenar la propagación de los brotes locales. Las autoridades confirmaron al menos 295 casos en la provincia, aunque la cifra no es fiable debido a la historia de encubrimiento del régimen chino.

El 8 de enero, la Televisión Central de China (CCTV), dirigida por el estado citó a Tong Chaohui, un especialista de la Comisión Nacional de Salud de China, quien dijo que el brote en Hebei aún no había alcanzado su punto máximo. Durante las pruebas masivas de COVID-19, se detectaron muchos habitantes locales con anticuerpos en su torrente sanguíneo, señaló. El cuerpo típicamente desarrolla anticuerpos en 10 días o dos semanas después de contraer el virus del PCCh.

Hasta el momento de la publicación, las autoridades no habían anunciado ninguna muerte relacionada con la última oleada. El 7 de enero, la policía de la ciudad de Baoding anunció que detuvo a un hombre de 27 años, Yang Shuoning, quien publicó en la popular plataforma de redes sociales WeChat que más de 200 personas habían muerto en la ciudad de Shijiazhuang, el epicentro del último brote.

La policía dijo que Yang publicó la información en un grupo de chat con amigos y vecinos el viernes. La policía declaró que la información no era cierta y que Yang sería detenido durante seis días y multado con 100 yuanes (15.44 dólares) por difundir rumores.

Cuarentena

El pueblo de Xiaoguozhuang está en el distrito de Gaocheng, Shijiazhuang. Los habitantes del pueblo han estado aislados en sus casas desde el 2 de enero, cuando el primer habitante fue diagnosticado con COVID-19.

Desde el 5 de enero, las autoridades de Shijiazhuang comenzaron a sacar a los pobladores de sus casas y los enviaron a los centros de cuarentena.

En las redes sociales, los habitantes dijeron que tenían que seguir las instrucciones o de lo contrario se enfrentarían a multas o a la detención.

Un trabajador de la salud toma una muestra de hisopo de un bebé para una prueba de COVID-19 en la ciudad de Shijiazhuang, provincia de Hebei, China, el 7 de enero de 2021. (STR/CNS/AFP vía Getty Images)

Liu le dijo al periódico chino de The Epoch Times que los oficiales arreglaron su traslado el jueves por la noche.

«Nadie nos dijo a dónde nos enviarían o si necesitábamos prepararnos para algo», recordó Liu. «Cuando llegué al punto de reunión, había cuatro autobuses de enlace. El que yo tomé tenía unas 30 personas dentro».

Liu y sus compañeros se enteraron de que serían enviados a una escuela vacía que se convirtió en un centro de cuarentena. No había agua caliente, ni calefacción, ni sanitarios separados, y la temperatura era de 14 grados centígrados bajo cero cuando llegaron.

Liu y sus compañeros comenzaron a ponerse en contacto por todos los medios posibles para pedir ayuda. Finalmente, después de casi 24 horas en el frío, las autoridades hicieron arreglos para que se mudaran a un hotel.

«Diez autobuses de enlace llegaron para recogernos. Éramos casi 600 personas en la escuela», dijo Liu. «Sin embargo, nuestro viaje al hotel fue muy difícil, porque el condado de Pingshan, donde se encuentra el hotel, no nos permitió entrar [al principio]».

Los funcionarios del condado dijeron que el virus podía ser transmitido fácilmente en un espacio contenido, así que detuvieron los autobuses en la autopista y dejaron la puerta abierta para permitir la circulación del aire. «Hacía 17 grados centígrados bajo cero en el exterior», dijo Liu. «Los bebés lloraron durante horas y horas, y los ancianos temblaban».

El viaje finalmente duró más de diez horas. Liu dijo que no había manera de mantener la distancia social, ya que ella y sus compañeros fueron obligados a compartir una habitación inicialmente en la escuela, y luego fueron transportados en un autobús con más de 50 personas dentro.

Según los medios de comunicación chinos Yicai, los habitantes del pueblo fueron enviados a la Escuela Intermedia No. 1 de Lianzhou, a la Escuela Intermedia No. 4 de Gaocheng y a la Escuela Vocacional de Gaocheng. Las tres escuelas no tenían calefacción.

A finales del 8 de enero, más de 1000 personas fueron enviadas a los centros de cuarentena, mientras que otros 3000 todavía estaban en casa, según Yicai.

Precios de los alimentos se disparan

La Sra. Zhang (seudónimo) vive en el centro de Xingtai, otra ciudad de Hebei con un severo brote. Ella le dijo al periódico chino de The Epoch Times el jueves que los precios de los alimentos locales se habían disparado.

«Los precios actuales son de cinco a seis veces más que los precios de hace unos días, antes del cierre», dijo Zhang.

Zhang dijo que el aceite de cocina, la carne, las verduras y los granos se han vuelto más caros. «Compré tres pimientos de Anaheim, que costaron más de diez yuanes (1.54 dólares)», se quejó Zhang.

Zhang dijo que aunque las autoridades afirmaron que todas las nuevas infecciones están en Nangong, una localidad administrada por la ciudad de Xingtai, todo Xingtai se encuentra en una situación de tensión.

«Algunos conjuntos residenciales organizaron a todos los habitantes para realizar pruebas de ácido nucleico [para el COVID-19]. El complejo residencial donde vivo no ha hecho esto todavía, pero nos pidió que nos quedáramos en casa», dijo Zhang.

El dueño de un negocio en Nangong le dijo al periódico chino de The Epoch Times que toda el área estaba bloqueada, y que los residentes de los conjuntos residenciales donde viven los pacientes diagnosticados con COVID-19 no podían salir de sus departamentos.

Su tienda fue cerrada por la policía el 30 de diciembre de 2020 debido al brote. «Supongo que no nos abrirán en enero», predijo. «Nadie puede entrar o salir. Todos los autobuses han dejado de funcionar, y las escuelas están cerradas».

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