Análisis de noticias
Parece que se está gestando una reacción violenta entre los estadounidenses que cuestionan las medidas para combatir al virus del PCCh, restringiendo sus derechos a moverse libremente y a reunirse, dijeron expertos consultados por The Epoch Times.
Los gobernadores de la nación han invocado amplios poderes de emergencia para combatir el virus que causa la enfermedad COVID-19. La mayoría de los estadounidenses están bajo órdenes de quedarse en casa para minimizar la interacción humana con el fin de combatir los contagios.
Hasta el 7 de abril, alrededor del 95 por ciento de la población de EE.UU., aproximadamente 306 millones de personas, estaban bajo algún tipo de bloqueo. Cuarenta y dos estados, el Distrito de Columbia, Guam y Puerto Rico han emitido órdenes de quedarse en casa. Algunas áreas metropolitanas, como Tulsa, Oklahoma; Jackson, Wyoming; y Salt Lake City, están sujetas a órdenes emitidas localmente, según un recuento de Business Insider.
Los funcionarios del gobierno dicen que los bloqueos, en los que muchos estados amenazan con multar y encarcelar a los infractores, son componentes críticos en el esfuerzo por «aplanar la curva» o evitar que el sistema de salud se vea abrumado.
Han sido influenciados por científicos que dicen que tales medidas deben tomarse para prevenir muertes en masa.
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«La salud pública es una ciencia inexacta», cuyas herramientas son «martillos, no escalpelos», dijo el epidemiólogo Raywat Deonandan de la Escuela Interdisciplinaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Ottawa.
Las respuestas a una pandemia pueden parecer «duras y exageradas», pero son «la mejor alternativa a un escenario probable de sufrimiento y muerte generalizados», dijo Deonandan a The Epoch Times.
“Nadie ama esta solución. Pero como con todas las crisis, la elección siempre depende de cómo las personas desean enfrentar este desafío: con disciplina y libertad, o con flagrancia y los consiguientes derechos restringidos”.
La limitación de esos derechos, por razones de salud pública, ha llevado a acciones para la aplicación de cuarentena que han causado reacciones negativas.
El gobernador de Nevada Steve Sisolak, un demócrata que ha prohibido las reuniones de más de 10 personas, está amenazando con tomar medidas enérgicas contra las grandes reuniones familiares. «Este no es el momento de tener una cena de Pascua de 23 personas en su familia inmediata», dijo.
Un hombre de Colorado fue arrestado por jugar a T-ball con su esposa y su hija de 6 años en un parque vacío. El hombre, Matt Mooney, se quejó de que la policía no llevaba el atuendo de seguridad adecuado cuando lo detuvieron.
Un hombre fue arrestado solo por remar en el océano a pocas millas de la estación del sheriff de Lost Hills, California. A algunas millas de distancia, en Manhattan Beach, un surfista que ignoró las advertencias de la policía recibió una multa de USD 1000. El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, un demócrata, anunció que a los clientes que no usan cubiertas faciales en supermercados, farmacias y en taxis se les puede negar legalmente el servicio a partir del 10 de abril.
Vermont ha ordenado a los grandes minoristas que dejen de vender artículos «no esenciales» en sus tiendas porque hacerlo genera «tráfico de compras significativo», lo que «aumenta el riesgo de una mayor propagación de este virus peligroso», dijo Lindsay Kurrle, secretaria de estado del estado. Entre los artículos no esenciales están la ropa, los juguetes, el material deportivo, los artículos de belleza y los relacionados con las manualidades.
Los estilistas no pueden operar en Oklahoma, incluso si trabajan dentro de los hogares, según la oficina del gobernador. Breea Clark, alcalde de Norman, Oklahoma, ahora exige a los residentes que limiten las compras a días pares o impares, según la dirección de las casa.
Algunos de los enfoques más duros para la contención de virus han salido de Nueva York y California.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, un demócrata, ha amenazado con cerrar permanentemente las casas de culto que continúan celebrando servicios públicos, una medida que viola la cláusula de libre ejercicio de la Primera Enmienda, según los críticos.
El gobernador de California Gavin Newsom, también demócrata, planteó la posibilidad de imponer la ley marcial en su estado el 17 de marzo.
Timothy Snowball, abogado de la Pacific Legal Foundation, dijo que Newsom fue «casi impertinente» cuando planteó la posibilidad de la ley marcial.
«No tenemos una ruptura completa, por lo que fue indignante que Newsom lo mencionara», dijo Snowball a The Epoch Times.
En todo el país, los gobiernos están «instituyendo medidas que hace un mes hubiéramos pensado que eran una locura», dijo.
Pero las demandas dirigidas a revertir los poderes de emergencia probablemente sean difíciles de manejar en los tribunales, dijo, porque los gobiernos estatales tienen mucho margen de maniobra durante las emergencias.
La Constitución de Estados Unidos protege los «poderes policiales» inherentes de los estados para regular la salud, la seguridad y la moral, dijo Snowball.
Curt Levey, presidente del Comité para la Justicia, dijo a The Epoch Times que “cada toma de poder siempre va precedida de una declaración de crisis. Nadie dice nunca: «Voy a tomar más poder porque amo el poder».
Las reglas impuestas por los gobernadores son en muchos casos «lo suficientemente vagas como para alentar la aplicación arbitraria de la ley». Los policías se ven obligados a tomar «decisiones arbitrarias y subjetivas» por estas reglas, dijo.
Levey no era optimista de que los desafíos legales anularan esas reglas. «¿A corto plazo? No, se toman un tiempo para abrirse paso en los tribunales, incluso si estamos hablando de medidas cautelares preliminares. Los jueces están influenciados por la opinión pública, y en este momento, la gente tiene miedo de enfrentarse a los excesos”.
«Gran parte de la reacción del gobierno se basa en el pánico, eso hace que casi no reconozca el país que estoy viendo», dijo Levey.
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