Un nuevo ensayo clínico descubrió que la doxiciclina, un antibiótico ampliamente disponible, puede ayudar a evitar que los pacientes ya hospitalizados por COVID-19 empeoren hasta el punto de necesitar cuidados intensivos.
La doxiciclina, que se vende en Estados Unidos bajo marcas como Acticlate, Vibramycin y Oracea, se ha utilizado ampliamente para tratar la neumonía causada por bacterias. También se utiliza para tratar y prevenir el ántrax, una grave infección cutánea y pulmonar notoriamente asociada a la guerra biológica.
Para investigar si la doxiciclina es eficaz para evitar que COVID-19 evolucione a un estado grave, un equipo internacional de científicos llevó a cabo un ensayo en seis hospitales de la India entre noviembre de 2020 y mayo de 2021. Participaron un total de 387 pacientes, de los cuales 228 se inscribieron desde mediados de marzo hasta principios de mayo de 2021, durante el segundo pico de COVID-19 en la India.
Los participantes, con edades comprendidas entre los 40 y los 90 años, fueron aleatorizados para recibir un tratamiento de 14 días solo con el tratamiento estándar (SoC) o con doxiciclina además del tratamiento estándar. En total, 183 pacientes de este ensayo fueron tratados con SoC más doxiciclina.
Al final del estudio, 34 de los 204 pacientes (16.7 por ciento) en el grupo de solo SoC desarrollaron síntomas de COVID-19 considerados lo suficientemente graves como para requerir cuidados críticos en la UCI, en comparación con 12 de 183 pacientes (6.6 por ciento) en el grupo de doxiciclina.
Los investigadores también informaron de la muerte de 39 de los 387 participantes (10.1 por ciento) durante el ensayo. Entre los fallecidos había 22 de 204 pacientes (10.8 por ciento) que recibieron solo SoC, así como 17 de 183 pacientes (9.3 por ciento) que recibieron SoC más doxiciclina.
En el ensayo no se observaron acontecimientos adversos graves relacionados con la doxiciclina, y no hubo casos de interrupción del tratamiento con doxiciclina o SoC debido a acontecimientos adversos, según el estudio.
«Las principales razones para seleccionar la doxiciclina para este ensayo fueron sus efectos pleiotrópicos, antiinflamatorios y antimicrobianos, su sólido perfil de seguridad y su bajo coste», explicaron los científicos en su artículo, publicado el 23 de enero en la revista de acceso abierto PLOS One.
«Aprobada en 1967, la doxiciclina presenta efectos secundarios mínimos y también es segura en pacientes con insuficiencia renal grave», señalan los científicos. «La seguridad y tolerabilidad en el ensayo actual fueron excelentes, sin que ningún paciente interrumpiera el tratamiento debido a un acontecimiento adverso. Por lo tanto, concluimos que la relación beneficio:riesgo de la doxiciclina en esta población es altamente positiva».
Aunque la doxiciclina se utiliza sobre todo para matar bacterias, los científicos afirmaron que los beneficios de tratar a los pacientes con COVID con doxiciclina probablemente no tengan nada que ver con ese aspecto.
«Los efectos beneficiosos de la doxiciclina observados en este estudio pueden estar relacionados con sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y protectoras de las células», concluyeron.
Los efectos secundarios conocidos de la doxiciclina incluyen náuseas, vómitos, diarrea y pérdida de apetito, así como otros más graves como dolor de cabeza, ampollas e hinchazón de la cara.
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