Un antiguo basamento prehispánico se derrumbó tras una tormenta en Michoacán, lo que ha generado preocupación sobre algún «mal augurio» entre habitantes del pueblo p’urhépecha, comunidad indígena que continúa viviendo en el occidente de México.
El derrumbe parcial que sufrió un basamento piramidal ocurrió en la Zona Arqueológica de Ihuatzio la noche del 29 de julio de 2024, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) el 7 de agosto de 2024.
El INAH informó que tras las intensas lluvias que se han precipitado en el lago de Pátzcuaro, «se presentó un derrumbe en la parte central de la fachada sur de uno de los basamentos», también conocidos por los indígenas p’urhépechas como yácatas.
La visita del personal del Instituto corroboró «la afectación de, por lo menos, seis de los cuerpos escalonados del llamado Basamento Sur, tanto en su muro exterior de lajas, como en su núcleo y muro de contención».
La dependencia gubernamental también atribuyó la posible causa del derrumbe parcial del basamento a las altas temperaturas —registradas en la zona anteriormente, que generaron una fuerte sequía en el lugar—, provocando grietas «que favorecieron la filtración del agua al interior del edificio prehispánico».
Al acudir a la zona arqueológica, los encargados del INAH verificaron la afectación externa e interna de al menos seis escalones del Basamento Sur, incluido el muro de contención de la yácata.
En ese momento, los expertos dijeron que la cuantificación de los daños continuaban y que se enfocarían en atender, en su totalidad, la estructura antigua.
La dependencia también comunicó que las zonas arqueológicas están cubiertas por un seguro, por lo que notificaron a la Aseguradora Agroasemex para comenzar el tramite de los fondos que se necesitarán para la restauración.
La zona arqueológica se encuentra junto al turístico lago de Pátzcuaro y Tzintzuntzan, la ciudad más importante del imperio p’urhépecha. Ihuatzio, que en su momento fue la primera sede del imperio p’urhépecha, y durante su época de mayor esplendor comprendió aproximadamente 150 hectáreas.
Por su parte, la arqueóloga Eugenia Fernández Villanueva Medina, profesora e investigadora del centro del INAH Michoacán, en una entrevista con medios locales dijo que el mantenimiento inadecuado más la filtración del agua por las condiciones de la zona lacustre fueron los principales factores que afectaron a la estructura piramidal.
«Al estar tan seco, se agrieta y eso permitió que se hicieran grandes espacios en la parte superior de la estructura, por la misma resequedad», dijo Villanueva, según el medio local Mi Morelia.
Asimismo, informó a los medios que la restauración del basamento podría tomar más de un año.
Mientras que el titular del INAH en Michoacán, Marco Antonio Rodríguez Espinosa, declaró que el costo de restauración de la yácata se estima en alrededor de 3 millones de pesos, aproximadamente 161,000 dólares.
Sin embargo, el costo o el tiempo que tome la restauración del basamento no es lo único que preocupa a los p’urhé, sino lo que podría significar según la cosmovisión antigua.
«Se derrumbó una de las yácatas de la zona arqueológica de Ihuatzio, para los constructores, es decir, nuestros antepasados esto significa un mal augurio, indicaba que se aproxima alguna suceso», escribió Tariakuri Álvarez, descendiente p’urhépecha, en Facebook este 2 de agosto.
Explicó que antes de la llegada de los conquistadores, de acuerdo con relatos históricos, «pasó algo similar (…) fue por que los dioses Nana kuerhaépiri y K’eri Kurikweri estaban disgustados», en referencia al dios del fuego y la guerra y a su esposa, la madre tierra o creadora, según la antigua cosmovisión p’urhé.
La actual Zona Arqueológica de Ihuatzio procede del 450 al 900 d.C. y tuvo su apogeo como una ciudad principal sede del imperio p’urhépecha, tras la temprana ocupación de grupos de lengua náhuatl en las riberas del cercano Lago de Pátzcuaro, informa el INAH.
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