Chen Xiao fue una persona magnánima nacida en Shaoxing durante la dinastía Han occidental. Cuando era niño, disfrutaba pescar fuera de la ciudad. Durante un viaje de pesca, Chen Xiao notó que alguien intentaba robar el pescado que había capturado. El ladrón sabía que lo habían visto y rápidamente se escondió en la hierba. Chen Xiao se le acercó y le ofreció el pescado. El ladrón estaba muy avergonzado y rechazó la oferta. A partir de entonces, el hombre nunca volvió a robar pescado.
Una noche, Ji Bo, el vecino de Chen Xiao, movió sigilosamente la cerca que divide su propiedad hacia el lado de Chen, para tener más tierra. Cuando Chen Xiao notó lo que Ji Bo había hecho, jaló la cerca hacia su propia tierra otros 10 pies. Cuando Ji Bo salió y descubrió que había obtenido aún más tierra de las que había usurpado, se dio cuenta de lo que había sucedido. Ji Bo estaba profundamente avergonzado y devolvió la tierra a Chen Xiao. Además, Ji Bo incluso cedió 12 pies adicionales de su tierra a Chen Xiao. Su conflicto se resolvió a través de la generosidad y la tolerancia.
Como dice el proverbio, «Recolectar agravios es un esfuerzo interminable». La venganza y las malas acciones no pueden resolver los conflictos; solo alimentan el odio. La amabilidad es la solución real para las quejas y el odio. Beneficia a todos. Estos principios son fáciles de entender pero difíciles de poner en práctica. Los deseos de fama y de interés propio sabotean nuestra capacidad de ser generosos y tolerantes. Sin embargo, si renunciamos a estos deseos, encontraremos la verdadera felicidad, algo que no tiene precio. Entonces, ¿por qué no poner en práctica la amabilidad?
Traducido por Dora Li al inglés; esta historia se reproduce con el permiso del libro «Treasured Tales of China», vol. 1, disponible en Amazon.
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