Antiguos cuentos de sabiduría: La bolsa de dinero mágica

Por The Epoch Times
29 de octubre de 2021 8:44 PM Actualizado: 29 de octubre de 2021 8:44 PM

Los “Antiguos cuentos de sabiduría” nos recuerdan las tradiciones y los valores morales que se han atesorado en todo el mundo. Esperamos que las historias y los mensajes de esta serie ayuden a elevar los corazones y las mentes de nuestros lectores. 

«La bolsa de dinero mágica» es un cuento sobre la tentación que enfrenta un leñador trabajador que recibió del cielo una provisión de dinero para toda la vida, pero con una condición.

Este cuento reconstruido hace parte de una colección de audiocuentos e ilustraciones originales especialmente dedicada a los niños, recopilada y producida en 2012 como parte del programa “Antiguos cuentos de sabiduría” de la Red de Radio Sonido de Esperanza.

Lea el cuento a continuación, y déjese transportar a otro mundo:

Hace mucho, mucho tiempo, había una joven pareja que vivía en una pequeña choza de paja en un barranco. Eran tan pobres que, cada día, tenían que cortar dos manojos de leña y llevarlos al mercado a cuestas.

Un día, la joven pareja regresó de la montaña cargando la leña. Pusieron un manojo en el patio y pensaron venderlo en el mercado al día siguiente para comprar arroz. El otro manojo lo guardaron en su cocina para usarlo.

Cuando se despertaron a la mañana siguiente, el manojo del patio había desaparecido misteriosamente. No tenían más remedio que vender el manojo que habían guardado para ellos.

Ese mismo día, cortaron otros dos manojos de leña como de costumbre. Pusieron un manojo en el patio para el mercado y guardaron el otro para su propio uso. Pero a la mañana siguiente, el manojo del patio había desaparecido de nuevo. Lo mismo ocurrió el tercer y cuarto día, y el esposo empezó a pensar que ocurría algo extraño.

Al quinto día, hizo un hueco dentro del manojo de leña del patio y se escondió allí. Desde fuera, parecía igual que antes. A medianoche, una enorme cuerda descendió del cielo, ató al fardo y lo elevó hacia el cielo, mientras el leñador seguía dentro.

Al llegar al cielo, vio a un anciano de aspecto amable y pelo blanco acercándose a él. El anciano desató el manojo y, al encontrar al hombre en su interior, le preguntó: «Los demás solo cortan un manojo de leña al día. ¿Por qué ustedes cortan dos?».

El leñador hizo una reverencia y respondió: «No tenemos dinero. Por eso mi esposa y yo cortamos dos manojos de leña al día. Un manojo es para nuestro uso y el otro lo llevamos al mercado. Con él, podemos comprar arroz para hacer gachas».

El anciano sonrió y le dijo al leñador con un tono de voz afectuoso: «Hace tiempo que sé que son una pareja decente y que llevan una vida austera y trabajadora. Les daré un trozo de tesoro. Llévenlo con ustedes y les proporcionará su sustento».

Tan pronto terminó de hablar, aparecieron siete hadas que condujeron al joven a un magnífico palacio. Sus aleros dorados y sus relucientes tejas brillaban tanto que, en cuanto entró, no pudo abrir los ojos. En el interior del palacio había expuestos muchos tipos de objetos raros que él nunca había visto. En una sala colgaban bolsas de dinero de todas las formas y tamaños. Las hadas le preguntaron: «¿Cuál le gusta más? Elija el que quiera y llévelo a casa».

El leñador rebosaba de alegría: «Me gustaría esa bolsa de dinero, la que está llena de cosas preciosas. Denme esa redonda y abultada». Eligió la más grande y la bajó.

Justo en ese momento, entró el anciano de pelo blanco y, con una expresión severa en su rostro, le dijo al joven: «No puede tomar esa. Le daré una vacía. Cada día podrá sacar un tael (50 gramos) de plata de ella, y no más».

El leñador aceptó con renuencia. Tomó la bolsa de dinero vacía y, aferrándose a la enorme cuerda, fue descendiendo hasta el suelo.

Cuando llegó a casa, le dio la bolsa de dinero a su mujer y le contó toda la historia. Ella estaba muy emocionada. Durante el día fueron como de costumbre a cortar leña. Pero a partir de entonces, cada vez que regresaban a casa al anochecer, cerraban la puerta y abrían la bolsa del dinero. Al instante, salía rodando un trozo de plata. Cuando lo pesaban en la palma de la mano, descubrían que era exactamente un tael.

Cada día salía de la bolsa un tael de plata y nada más. La mujer los fue guardando uno a uno.

El tiempo pasó lentamente. Un día, el esposo sugirió: «Compremos un buey». La mujer no estuvo de acuerdo. Unos días después, el esposo volvió a sugerir: «¿Qué tal si compramos unos acres de tierra?». Su esposa tampoco estuvo de acuerdo. Pasaron unos días más y la esposa propuso: «Construyamos una casita de paja».

El esposo quería gastar todo el dinero que habían ahorrado y dijo: «Ya que tenemos tanto dinero en nuestras manos, ¿por qué no construimos una gran casa de ladrillos?».

La mujer no pudo disuadir a su esposo y aceptó con renuencia su idea. El esposo gastó el dinero en ladrillos, tejas y madera, y en la contratación de carpinteros y albañiles. Desde entonces, ninguno de los dos volvió a salir al monte a cortar leña.

Llegó el día en que su pila de plata estaba casi agotada, pero la nueva casa aún no estaba terminada. Hacía tiempo que al esposo le rondaba por la cabeza pedirle a la bolsa de dinero que produjera más plata. Así que, sin que su esposa lo supiera, abrió la bolsa por segunda vez aquel día. Al instante, otro trozo de plata blanca como la nieve salió rodando de la bolsa y cayó al suelo. La abrió por tercera vez y recibió un tercer trozo.

Pensó para sí mismo: «Si sigo así, podré terminar la casa en poco tiempo». Olvidó de la advertencia del anciano. Pero cuando abrió la bolsa por cuarta vez, estaba absolutamente vacía. Esta vez no salió ni un trozo de plata. Era solo una vieja bolsa de tela. Cuando dio la vuelta para mirar su casa de ladrillos sin terminar, también había desaparecido. Ante él estaba su vieja cabaña de paja.

El leñador se sintió muy triste. Su esposa se acercó y lo animó: «No podemos depender de la bolsa mágica del cielo. Volvamos a la montaña a cortar leña como hacíamos antes. Esa es una forma más confiable de ganarse la vida». A partir de ese día, la joven pareja volvió a subir a la montaña a cortar leña y llevó su antigua y trabajadora vida.

A continuación puede escuchar el cuento en inglés:

Este cuento, “La bolsa de dinero mágica”, se ha reproducido con permiso de “Ancient Tales of Wisdom-Student Workbook”, publicado por Sound of Hope Radio Network. Audio e ilustraciones por Sound of Hope Radio Network. Copyright © 2012. Todos los derechos reservados.


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