Cuando las circunstancias cambian rápidamente y se te viene encima un número abrumador de cosas, puede ser difícil desenvolverse.
Cualquiera que haga algo importante tendrá mucho que hacer: correos electrónicos y mensajes, muchas tareas, reuniones, llamadas y cambios importantes cada día. Abunda la incertidumbre.
¿Cómo navegar por estas aguas tumultuosas?
La metáfora visual que me funciona es el surf. Voy a hablar de cómo surfear la incertidumbre.
Surfear la incertidumbre
Lo que realmente queremos es un camino sencillo, fácil y directo: sin incertidumbre, sin decisiones difíciles, nada abrumador.
Pero la vida está llena de incertidumbre y abundancia. Por eso es tan bonita.
Por eso me gusta imaginarme la vida como un océano lleno de olas impredecibles.. Si fuera surfista (no lo soy), no maldeciría el abrumador número de olas, sino que estaría encantado. Las olas son para lo que estoy aquí.
Y no me quejaría de lo impredecibles que son las olas: ¡eso es lo que las hace divertidas!
Siguiendo con la metáfora, ante la incertidumbre de las olas, haría lo siguiente:
— Disfrutaría de la llegada de una nueva ola.
— Subirme a la tabla de surf cuando se acerque la ola y leerla lo mejor que pueda.
— Tomar la dirección que me gustaría tomar, pero navegar por la ola a medida que rompe, aprendiendo a cabalgar la ola que se me presenta.
— Volver a intentarlo si me derriban.
Esto se aplica a mi vida, por supuesto. Cada día es una nueva ola, y la oportunidad es entusiasmarse con ella, subirse y cabalgarla en la dirección que fluya lo mejor que podamos.
Mi actitud es de tranquilidad y aceptación de la incertidumbre y el cambio, con determinación hacia la dirección que he elegido. Confío en mí mismo para poder navegar por el cambio.
¿Cómo sería para ti si afrontases cada día con esta actitud relajada pero decidida hacia la incertidumbre?
Cómo aprender a surfear la incertidumbre
Este tipo de surf sobre la incertidumbre requiere práctica. No es tan sencillo como decir: «¡Vale, surfea, relájate y fluye!». Eso podría tener algún efecto inmediato, pero los resultados a largo plazo requerirán práctica.
El lugar más importante para practicar es el límite, donde las cosas no son tan fáciles pero tampoco tan difíciles que parezcan imposibles. ¿Dónde está tu límite ahora mismo? Puede que sea en las mañanas caóticas, en un proyecto complicado o en conversaciones difíciles.
Cuando encuentres ese límite, fíjate en que te sientes incómodo. ¿Cómo te relacionas con esa incertidumbre y con la resistencia y el miedo que surgen en ella? ¿Desearías no sentirlo? ¿Quieres huir de ella para distraerte o reaccionar ante ella de forma poco útil? ¿Qué sientes? Llevar la curiosidad de esta manera te da conciencia y la oportunidad de trabajar con ella.
Ahora, cuando notes la incertidumbre, mira a ver si puedes adoptar un enfoque de «surfear con facilidad y fluir». ¿Cómo puedes fluir en la dirección que te gustaría? Intenta estar un poco decidido a divertirte con ello.
Juega con este enfoque. A ver qué puedes crear. Aporta un poco de ligereza.
Luego, mientras practicas, date cuenta de que el caos y los cambios inesperados no son necesariamente algo por lo que estresarse, sino simplemente algo con lo que fluir.
¿Cómo puedes seguir yendo en la dirección que deseas mientras fluyes?
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