La aprobación de un proyecto de ley que se opone a la supresión de los derechos humanos de los uigures y otras minorías musulmanas por parte del régimen chino en la región noroccidental de Xinjiang ha suscitado la ira de Beijing.
Esto se produce menos de una semana después de que el presidente Donald Trump firmará dos proyectos de ley que apoyan al movimiento prodemocrático en Hong Kong desatando una reacción igualmente fuerte por parte del régimen.
El 3 de diciembre, la Cámara de Representantes aprobó la Ley de Política de Derechos Humanos de los Uigures de 2019 por una abrumadora mayoría de 407 votos contra 1. Una versión del proyecto de ley había sido aprobada por el Senado en septiembre. El Congreso está trabajando en un proyecto de ley final para enviarlo al presidente para que lo firme o lo vete.
El proyecto podría dar lugar a sanciones contra ciertos funcionarios chinos, incluido el Secretario del Partido Xinjiang, Chen Quanguo, por llevar a cabo persecución religiosa en la región. También requeriría que el Secretario de Comercio revisara y considerara la posibilidad de prohibir la venta de productos estadounidenses a cualquier agente estatal que ayude en el abuso.
Protestas de Beijing
Poco después de que la noticia llegara a China, el director de la oficina antiterrorista del país, Liu Yuejin, convocó una conferencia de prensa, afirmando que la legislación estaba «creando algo de la nada» e «interfiriendo con los asuntos internos de China utilizando la bandera de la religión y los derechos humanos».
El Partido Comunista Chino (PCCh) ha construido una vasta red de vigilancia en la región para controlar a sus 11 millones de habitantes musulmanes, como parte de lo que el régimen describe como esfuerzos de «lucha contra el terrorismo». Se estima que al menos un millón de uigures y otros musulmanes están detenidos en campos de concentración.
Los sobrevivientes de estos campos han dicho a La Gran Época que los detenidos son sometidos a lavado de cerebro y otras formas de tortura en un esfuerzo por forzarlos a abandonar sus creencias.
El vicedirector del Ministerio de Relaciones Exteriores de China también convocó a William Klein, subjefe en funciones de la Misión de la Embajada de Estados Unidos en China, para que presentara «severas represalias y fuertes protestas».
Al menos otros seis órganos gubernamentales, entre ellos el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso Nacional Popular, la legislatura del régimen, el Comité de Relaciones Exteriores de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, el máximo órgano asesor del PCCh, y la Comisión Estatal de Asuntos Étnicos, expresaron su oposición al proyecto de ley.
La cadena estatal de televisión CCTV pasó más de 20 minutos criticando la decisión de Estados Unidos durante su programa de noticias vespertino.
Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, dijo que la medida es un intento de Estados Unidos de «envenenar las relaciones étnicas» mientras «difama y calumnia la exitosa política étnica de China».
Hua también tomó nota del proyecto de ley de Hong Kong que apoya al movimiento prodemocracia, que Trump firmó como ley la semana pasada.
«Los intentos de contener a China con problemas de Hong Kong o Xinjiang probarán no ser más que sueños», dijo.
El agresivo periódico estatal Global Times advirtió que el régimen podría publicar una «lista de entidades poco fiables» para sancionar a los funcionarios estadounidenses. Hu Xijin, editor del periódico, advirtió en un post de Twitter que «los políticos estadounidenses con intereses en China deben tener cuidado».
Preocupaciones en materia de derechos humanos
Por parte de Estados Unidos, los legisladores y activistas de derechos humanos han acogido con beneplácito el proyecto de ley, diciendo que avanza en la causa de abordar las violaciones de derechos humanos en China.
Omer Kanat, director ejecutivo de la organización sin fines de lucro Uyghur Human Rights Project (Proyecto de Derechos Humanos de los Uigures), con sede en Washington, dijo el 3 de diciembre que la medida «allana el camino para que otros países actúen».
Expresó su agradecimiento por la «fuerte cooperación bipartidista para hacer frente a la agonía de los uigures», y añadió que «la acción de esta noche da esperanza a los uigures».
«Esta legislación da el siguiente paso», dijo el representante Chris Smith (R-N.J.) durante el debate.
«No podemos estar en silencio. Debemos exigir al gobierno chino que ponga fin a estas prácticas bárbaras y que rinda cuentas. Debemos decir ‘nunca más’ al genocidio cultural y a las atrocidades sufridas por los uigures y otros en China», continuó.
El senador Marco Rubio (R-Fla.) y el senador Bob Menéndez (D-N.J.), que presentaron la versión del proyecto de ley en el Senado, también aplaudieron la aprobación de la ley en la Cámara de Representantes.
«El gobierno chino y el Partido Comunista están trabajando para eliminar sistemáticamente las identidades étnicas y culturales de los uigures y otras minorías musulmanas en Xinjiang», dijo Rubio en un comunicado, añadiendo que trabajarán para aprobar una versión final del proyecto de ley del Senado.
«Los uigures merecen justicia por los actos bárbaros y aborrecibles que han sido forzados a soportar», dijo Méndez.
Amenazas comerciales
La aprobación del proyecto de ley Uigur ha nublado la perspectiva de un acuerdo rápido para poner fin a la guerra comercial de casi 17 meses entre las dos economías más grandes del mundo.
Cuando se le preguntó si la aprobación del proyecto de ley afectaría las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, Hua dijo: «No hay manera de que esto no afecte las relaciones bilaterales y la cooperación en áreas importantes».
«Si Estados Unidos toma medidas que perjudican los intereses de China, debe pagar el precio», dijo.
El día anterior, Trump dijo que no le importaría posponer un acuerdo comercial de «fase uno» con China hasta después de las elecciones presidenciales de 2020.
«No tengo fecha límite», dijo antes de la cumbre de la OTAN en Londres. «En cierto modo creo que es mejor esperar hasta después de las elecciones con China.» Dijo que el acuerdo «depende de una cosa: de si quiero hacerlo».
Hua también indicó que el régimen no «fijó una fecha límite para llegar a un acuerdo».
El régimen ya ha anunciado sanciones contra al menos cinco ONG’s estadounidenses y prohibió que los buques militares estadounidenses entren al puerto de Hong Kong en represalia por la firma del proyecto de ley de Hong Kong que respalda a los manifestantes de la ciudad.
Hua se negó a dar detalles sobre las sanciones del régimen a las organizaciones sin fines de lucro.
Trump dijo el miércoles que las dos partes se han mantenido en comunicación.
«Los debates van muy bien y veremos qué pasa», dijo durante una reunión de la OTAN en Londres.
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