El comercio no desempeñará un papel central cuando la delegación de Washington se reúna con sus homólogos chinos en Alaska la próxima semana, según declaró a la prensa el 12 de marzo el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Sullivan y el secretario de Estado Antony Blinken se reunirán con el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, y con el diplomático de alto nivel de política exterior, Yang Jiechi, el 18 de marzo, lo que supondrá la primera reunión de alto nivel entre ambos países en persona desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo.
Cuando se le preguntó por las sanciones comerciales a China, dijo que no espera que «la fase uno del acuerdo comercial vaya a ser un tema importante de conversación la próxima semana».
«Este es nuestro intento de comunicar claramente al gobierno chino cómo pretende proceder Estados Unidos a nivel estratégico, cuáles consideramos que son nuestros intereses y valores fundamentales, y cuáles son nuestras preocupaciones sobre sus actividades», dijo Sullivan en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Estados Unidos expresará su preocupación por las acciones del régimen en Hong Kong, Xinjiang, Taiwán y las problemáticas planteadas por sus aliados asiáticos el viernes —la «coerción de Beijing a Australia, su acoso en torno a las islas Senkaku, su agresión en la frontera con India», dijo Sullivan.
«Así que esto se mantendrá más en esa zona que entrar en los detalles de las cuestiones en torno a los aranceles o los controles de exportación», dijo.
Añadió que expresarán «en un plano general» el mensaje de que la administración tomará medidas para proteger la tecnología estadounidense para que no se utilice de forma que socave los valores o la seguridad de Estados Unidos.
«Pero en cuanto a los detalles de estas cuestiones, tenemos más trabajo que hacer con nuestros aliados y socios para llegar a un enfoque común, un enfoque conjunto, antes de ir a sentarnos punto por punto con el gobierno chino sobre estas cuestiones», dijo.
Biden celebró su primera cumbre el viernes con los líderes de Japón, India y Australia, una alianza informal conocida como la «Quad». Sullivan, durante la rueda de prensa, dijo que «hablaron de la competencia de modelos entre la autocracia y la democracia» y expresaron su confianza en que «la democracia es el mejor sistema» para afrontar los retos del siglo XXI.
Los cuatro líderes «dejaron claro que ninguno de ellos se hace ilusiones sobre China», según Sullivan.
El 11 de marzo, último día de la reunión legislativa anual de China en Beijing, el Congreso títere del régimen, compuesto por 2895 miembros, aprobó un proyecto de decisión para controlar las elecciones de Hong Kong. La revisión electoral asegurará que solo las personas leales a Beijing puedan gobernar la ciudad, una medida que el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, ha descrito como «un ataque directo a la autonomía de Hong Kong, a sus libertades y a los procesos democráticos».
Aunque Price dijo que la administración «ciertamente no se andará con rodeos a la hora de discutir nuestras áreas de desacuerdo», Beijing ha señalado que probablemente no cederá.
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, tachó de «mentiras y desinformación» la persecución de las minorías musulmanas de Xinjiang, que el Departamento de Estado reconoció en enero como un «genocidio«.
Advirtió a Estados Unidos que «deje de interferir en los asuntos de China en Hong Kong».
«China dejará clara su postura», dijo en una rueda de prensa ordinaria el viernes, y añadió que la reunión, «propuesta por la parte estadounidense», debería «centrarse en la cooperación».
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