El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció este viernes la extensión del aislamiento social preventivo y obligatorio que culminaba el próximo domingo por dos semanas más, hasta el 26 de abril, en los grandes centros urbanos para «aletargar la velocidad de contagio» del virus del PCCh, pero se analizará flexibilizar restricciones en algunas zonas en particular.
«Vamos a extender la cuarentena hasta el 26 de abril. Vamos a seguir exactamente igual en las grandes ciudades y los grandes centros urbanos, allí el relajamiento es imposible», declaró Fernández en una conferencia de prensa en la residencia presidencial de la localidad bonaerense de Olivos, en las afueras al norte de Buenos Aires.
Argentina se encuentra en cuarentena obligatoria desde el 20 de marzo y hasta el momento registró 1975 casos confirmados de COVID-19, de los cuales 82 fallecieron, según el último informe del Ministerio de Salud.
El presidente subrayó que el objetivo de ampliar el período de cuarentena es «aletargar la velocidad de contagio» de COVID-19 y «garantizar que el sistema de salud pueda dar respuesta a los que se infecten y necesiten atención médica».
Flexibilización de la cuarentena en pueblos y actividades específicas
A partir del nuevo decreto presidencial que se publicará este sábado para extender el aislamiento social obligatorio hasta el 26 de abril sólo se sumarán a las actividades exceptuadas de cumplir la cuarentena a los bancos, los talleres mecánicos y las gomerías -para reparar los vehículos de los trabajadores de tareas esenciales autorizadas-.
El mandatario aclaró en tanto que a partir del sábado los gobernadores provinciales podrán presentar propuestas para flexibilizar las restricciones en pueblos o regiones donde no se registran casos de COVID-19 y no se vinculan con zonas de mayor riesgo, tras lo cual el Gobierno nacional analizará «donde se puede focalizar la apertura de la cuarentena» luego de debatirlo con los especialistas.
«En esta segunda fase de la cuarentena vamos a focalizar lugares y actividades donde la cuarentena pueda ser de algún modo liberada. Muchos gobernadores me han planteado la situación de pueblos muy aislados, muy rurales que no registran casos de infección y no tiene sentido tenerlos aislados. Tenemos que ir escuchando los casos de comunidades que pueden seguir funcionando sin conectarse con otras y qué actividades se pueden retomar», sostuvo Fernández.
La mayoría de los casos de COVID-19 se concentran en los grandes centros urbanos del país, entre ellos las ciudades de Buenos Aires y el populoso cordón urbano que la rodea, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Mendoza, San Miguel de Tucumán y algunas localidades de la provincia de Entre Ríos, según precisó el mandatario.
Por otra parte, también se evalúa permitir la salida de personas discapacitadas acompañadas.
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Presiones económicas
Esta es la segunda vez que el Gobierno decide extender el aislamiento social obligatorio que rige desde el 20 de marzo, en medio de presiones cada vez más intensas de sectores productivos y gobiernos provinciales para flexibilizar la cuarentena y permitir el retorno de la actividad.
La economía argentina se encuentra desde hace dos años en recesión, con altos niveles de inflación y más de un tercio de la población en la pobreza, y los analistas coinciden en advertir que el impacto de la pandemia de COVID-19 profundizará aún más la crisis.
«En el dilema entre la economía y la gente, yo elegí por la gente. Una economía sin personas es la nada misma», había argumentado este sábado más temprano Fernández ante el Grupo de Puebla su decisión de prolongar la cuarentena.
El presidente garantizó que habrá un «Estado presente» y se evaluarán nuevas medidas de asistencia para todos los sectores y controlar la subida de los precios: «Vamos a seguir trabajando para que a nadie le falte comida».
No relajar esfuerzos
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió este viernes que un levantamiento apresurado de las cuarentenas y otras restricciones impuestas por el virus del PCCh puede conducir a un «resurgimiento mortal» de los casos.
Fernández destacó que las estrictas restricciones que rigen en el país sudamericano lograron «achatar la curva» de contagios desde el primer caso detecto a inicios de marzo.
«Según las proyecciones iniciales, hoy tendríamos que haber tenido 45,000 casos», destacó el presidente, quien sin embargo llamó a la población a «no relajarse» porque «nadie sabe cuándo va a terminar este martirio» y se está «muy lejos» de haber conseguido el logro de pelear contra esta enfermedad.
Con gráficos y estadísticas, el presidente comparó los datos de Argentina con los de Brasil, Chile, España, Estados Unidos e Italia para explicar el «sentido» de la cuarentena total y obligatoria: «Si en verdad hubieran sido 45,000 los casos no quiero pensar cuántos muertos hubieran caído en el camino y son vidas que salvamos entre todos».
«Estamos muy lejos de haber llegado a la meta, sigamos cumpliendo la cuarentena, que nadie se vuelva displicente frente a estos datos porque pueden cambiar enseguida. En cuanto veamos que esto no se cumple vamos a estar obligados a ir para atrás. Quiero que cada paso que demos sea un acuerdo social de hacer lo que la autoridad sanitaria recomienda», remarcó el mandatario.
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