Armenia corre el riesgo de sacrificar su soberanía nacional al unirse a la alianza militar de la OTAN, dice el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov.
“Espero que Ereván [la capital de Armenia] sepa que su cooperación cada vez más profunda con la alianza [OTAN] podría resultar en la pérdida de su soberanía en términos de defensa y seguridad”, dijo Lavrov a la agencia de noticias rusa TASS el 28 de diciembre.
Aunque Armenia es un aliado nominal de Rusia, realiza ejercicios militares con la OTAN y está reformando su ejército para alinearlo con los estándares de la organización occidental, dijo Lavrov.
Armenia es miembro desde hace mucho tiempo de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), un bloque de seguridad liderado por Moscú y establecido después de la desintegración de la Unión Soviética.
Junto con Rusia y Armenia, la OTSC comprende a Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán.
Desde que Rusia comenzó su invasión al este de Ucrania a principios del año pasado, Ereván se ha distanciado gradualmente de la organización.
En septiembre, llamó a su representante permanente ante el bloque de seguridad y se negó a participar en los ejercicios militares programados de la OTSC en Bielorrusia.
Poco después, Armenia recibió a elementos del ejército estadounidense para realizar ejercicios militares conjuntos cerca de Ereván.
En ese momento, el jefe del comité de asuntos exteriores de la Duma Estatal rusa acusó a Estados Unidos de intentar ganar un “punto de apoyo antirruso” en la región del Cáucaso Meridional.
Ereván volvió a irritar a Moscú el mes pasado cuando se negó a participar en una cumbre de la OTSC en Minsk a la que asistió el presidente ruso Vladimir Putin.
«Esto no puede dejar de causarnos preocupación», dijo Lavrov en sus comentarios a TASS.
«Hemos señalado repetidamente a nuestros colegas armenios que el verdadero objetivo de la OTAN es reforzar su posición en la región [del Cáucaso Sur] y crear condiciones para la manipulación basada en la estrategia de ‘divide y vencerás'».
Reinicio de la política exterior
En declaraciones anteriores, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, subrayó que su país no tiene planes de retirarse de la OTSC.
En comentarios televisados el mes pasado, Pashinyan dijo que cualquier decisión de abandonar el bloque de seguridad liderado por Moscú se tomaría “en consonancia con los intereses de Armenia”.
Pero continuó afirmando que la membresía de Armenia en la OTSC estaba obstaculizando los esfuerzos para conseguir armas y apoyo de “otras fuentes”, presumiblemente en referencia a los países occidentales.
A finales de octubre, Francia, miembro de la OTAN, anunció la venta de sistemas de radar avanzados y misiles antiaéreos a Armenia.
En ese momento, el ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, dijo que Francia ayudaría a modernizar las fuerzas armadas de Armenia y proporcionaría capacitación al personal militar armenio.
«Mantenemos nuestra relación de defensa [con Armenia], aunque no somos parte de las mismas alianzas militares y políticas», dijo Lecornu en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo armenio.
Pashinyan también se ha quejado de que la membresía de su país en la OTSC no había logrado impedir una reciente ofensiva militar de Azerbaiyán en la región conflictiva de Nagorno-Karabaj.
En septiembre, Azerbaiyán —el viejo enemigo de Armenia— llevó a cabo una ofensiva de 24 horas para ejercer control sobre la región y desarmar a los separatistas étnicos armenios.
Aunque la mayoría de los habitantes de Nagorno-Karabaj son de etnia armenia, la región es reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán.
Moscú, que mantiene una fuerza de mantenimiento de la paz en la región, ha respondido a las críticas de Pashinyan señalando que el reclamo de Azerbaiyán sobre Nagorno-Karabaj ha sido reconocido internacionalmente, incluso por Armenia.
«Desafortunadamente, Ereván está intentando reformatear su rumbo de política exterior», dijo Lavrov en sus recientes declaraciones a TASS.
«Está cambiando su alianza probada por el tiempo con Moscú por vagas promesas de Occidente».
“Para justificar su cambio estratégico, Armenia está tratando de culpar a Rusia de todos sus problemas, incluida su reciente pérdida de Nagorno-Karabaj”, añadió Lavrov.
Reconsideración de los lazos con Rusia
En una entrevista reciente con The Wall Street Journal, Pashinyan dijo que la ofensiva de Azerbaiyán en septiembre había llevado a Armenia a la decisión de que necesitaba diversificar sus “relaciones en la esfera de la seguridad”.
En la misma entrevista, pareció sugerir que Armenia no obtuvo ninguna ventaja al permitir una presencia militar rusa en su territorio.
Junto con su fuerza de mantenimiento de la paz, Rusia mantiene una gran base militar en la ciudad de Gyumri, en el noroeste de Armenia.
Se dice que la base alberga a unos 3000 soldados y ha funcionado en el marco de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) desde 1995.
Creada en 1991, la CEI es un bloque regional liderado por Moscú que comprende nueve exrepúblicas soviéticas, incluida Armenia.
En declaraciones a TASS, Lavrov dijo que Moscú consideraría “cualquier especulación sobre la utilidad de la 102° base militar rusa… como dañina”.
«[La instalación] se basa en los intereses nacionales y la tarea común de nuestros países de garantizar la estabilidad en el Cáucaso Meridional», añadió.
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