Ben Cohen, cofundador de la marca de helados Ben & Jerry’s, fue arrestado la semana pasada durante una protesta a favor del fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
Durante un evento en Washington, Cohen se sentó afuera del edificio del Departamento de Justicia junto con la cofundadora de CODEPINK, de izquierda, Jodie Evans. Ambos fueron arrestados por bloquear la entrada al edificio del Departamento de Justicia, según un video del incidente.
El cofundador de la empresa de helados con sede en Vermont fue visto entonces prendiendo fuego a un cartel en el que se leía: «Libertad de prensa» y decía: «La libertad de prensa se está esfumando».
“No hay democracia sin libertad de prensa porque la prensa es lo único que puede hacer que el gobierno rinda cuentas”, dijo Cohen. “Y no hay libertad de prensa mientras Assange esté siendo procesado”.
El Sr. Assange está recluido en una prisión de Londres mientras espera su extradición a Estados Unidos por presuntamente violar la Ley de Espionaje. Antes de eso, el fundador de WikiLeaks estuvo esencialmente detenido dentro de la Embajada de Ecuador en el Reino Unido durante varios años.
«Es indignante. Julian Assange no es violento. Se presume que es inocente. Y sin embargo, de un modo u otro, ha estado encarcelado en régimen de aislamiento durante cuatro años. Eso es tortura», dijo Cohen en la protesta. «Ha revelado la verdad, y por eso está sufriendo y tenemos que hacer todo lo que podamos para ayudarlo».
Varias personalidades tanto de la izquierda como de la derecha política han pedido la liberación de Assange, afirmando que su detención es un ataque a la prensa. Antes de ser detenido, WikiLeaks publicó una serie de materiales clasificados, incluidos correos electrónicos y documentos relacionados con la campaña de Hillary Clinton en 2016.
«Si estás tratando de luchar contra una injusticia, puedes gritar y vociferar, puedes escribir, pero lo último que puedes hacer es ser arrestado por ello —por desobedecer la ley injusta», dijo Cohen en el Entrada al edificio del DOJ, según el New York Post. “Así que eso es lo que estoy haciendo y me siento bien al respecto”.
En un posteo de Twitter, el Sr. Cohen dijo que él y la Sra. Evans fueron liberados de la custodia policial horas después. “Es hora de que @POTUS cumpla su promesa —el periodismo NO es un delito. #Retirenloscargos y #AssangeLibre”, agregó.
Esto llega cuando Ben & Jerry’s suscitó polémica por hacer un posteo en Twitter en el que afirmaba que Estados Unidos debería entregar la propiedad que contiene el Monte Rushmore a las tribus nativas americanas, alegando que Estados Unidos existe en una «tierra robada». Ese posteo se hizo el día feriado del 4 de julio, provocando importantes reacciones en contra y llamados a un boicot.
“Los rostros en el Monte Rushmore son los rostros de hombres que trabajaron activamente para destruir las culturas y formas de vida indígenas, para negarles a los pueblos indígenas sus derechos básicos”, alegaba el posteo.
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En respuesta, el cantautor de música country John Rich escribió: “Hagan que @benndjerrys sea Bud Light otra vez”. Se refería al boicot de varias semanas contra Bud Light que ha visto caer en picada las ventas interanuales de la compañía cervecera.
«Hace tiempo que debería haberse tratado como Bud Light. Si odian al país, bien. No compraremos su producto. Todo bien», escribió otro en respuesta. «¿Cuándo va a renunciar Ben & Jerry’s a sus tierras?”, escribió Jenna Ellis, exabogada del presidente Donald Trump en Twitter.
The Post y Washington Examiner también pidieron boicotear a la marca de helados.
«La marca respaldó a la broma de mal gusto Occupy Wall Street, por el amor de Dios; se alinea con el movimiento anti-Israel BDS. Su cofundador, Ben Cohen, financia a grupos que se oponen a la ayuda militar estadounidense a Ucrania», escribió el editorial del Post antes de pedir el boicot a la empresa de helados. «Recuerda, Estados Unidos, que no tienes por qué aceptar los halagos de las élites empresariales. Hable claro —con su cartera».
También esto ocurre cuando un jefe tribal nativo americano, Don Stevens, dijo al Post en una entrevista el viernes que «espera cualquier tipo de correspondencia con [Ben & Jerry’s] para ver cómo pueden beneficiar mejor a los pueblos indígenas». Si Ben & Jerry’s es «sincero», la empresa debería ceder sus propiedades de Vermont a la Nación Coosuk Abenaki.
«Si nos fijamos en la forma de ser tradicional [de los abenaki], somos personas ligadas a un lugar. Antes de que hubiera tribus reconocidas en el estado, éramos los que estábamos en este lugar», dijo Stevens, afirmando que los abenaki se ven a sí mismos como «administradores de la tierra».
En junio, Ben & Jerry’s anunció que no pagaría por anunciarse en Twitter y afirmó que el «discurso de odio» está aumentando en toda la plataforma desde que Elon Musk compró la empresa el año pasado. En un posteo de blog hace unas semanas, la compañía escribió que los cambios en Twitter le están causando «gran preocupación» y que «el discurso de odio ha aumentado drásticamente mientras que la moderación de contenido se ha vuelto casi inexistente».
The Epoch Times se puso en contacto con el propietario de Ben & Jerry, Unilever, para solicitar comentarios.
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