Comentario
Tras permanecer inactivo durante casi un año desde que el famoso financiero y pedófilo del jet-set, Jeffrey Epstein, fue encontrado muerto en su celda en prisión, el caso de tráfico sexual internacional volvió a salir en las noticias nacionales la semana pasada cuando la mujer que pasó años como su compañera constante fue arrestada en New Hampshire, por un equipo táctico del FBI asistido por detectives de la policía de Nueva York.
Ghislaine Maxwell fue detenida después de intentar evitar a las autoridades durante más de un año, en lo que se describió como una «hermosa» finca de 123 acres llamada, irónicamente, «Tucked Away» (Escondida).
Durante una conferencia de prensa anunciando el arresto de Maxwell, William Sweeney, el subdirector del FBI a cargo de la oficina de campo de Nueva York, y la fiscal en funciones del Distrito Sur de Nueva York (SDNY), Audrey Strauss, hicieron algunas declaraciones reveladoras.
Sweeney dijo que el FBI había estado «vigilando discretamente» a Maxwell durante algún tiempo, lo que implica que la agencia ya conocía su paradero durante el último año, pero esperó hasta ahora para entrar y hacer el arresto.
No se conocen sus razones para dejar que Maxwell pensara que estaba evitando con éxito a las autoridades.
Aunque ni Epstein ni Maxwell habían ocupado nunca ningún cargo público, Strauss se encargó de agradecer a la Unidad de Corrupción Pública del SDNY (PCU) por su arduo y continuo trabajo en este caso.
El verdadero objetivo nunca fue Epstein
Las investigaciones y los juicios de crímenes sexuales no suelen llevarse a cabo en la PCU; el SDNY tiene una Unidad de Crímenes Sexuales muy capaz para esos casos.
Lo que la PCU se ocupa principalmente es de los casos relacionados a funcionarios públicos involucrados en actos de corrupción, y hay una razón muy real y válida para que el caso contra Epstein se haya ejecutado en esa unidad.
Esto es lo que dice el SDNY sobre su PCU en la propia página web del Departamento de Justicia:
No es exactamente un gran esfuerzo pensar que una de las razones por las que un multimillonario como Epstein logró vagar libremente durante tanto tiempo y escapar de la persecución fue que simplemente estaba sobornando a los funcionarios públicos para que miraran hacia otro lado.
Cuando se le sometió a investigación en Florida en 2005, ciertamente parece que se tomaron varias decisiones muy extrañas e inusuales que llevaron a esa investigación a una conclusión muy insatisfactoria.
Luego, en 2009 se reunieron muchas pruebas para acusar a Epstein y a sus amigos ricos y poderosos de sus presuntos delitos.
La curiosa salida de Geoffrey Berman
En los medios se ha comentado ampliamente que el arresto de Maxwell ocurrió justo después de que el anterior fiscal del SDNY, Geoffrey Berman, tuviera una curiosa salida del trabajo.
El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, le había dado originalmente a Berman, que fue nombrado sólo temporalmente como fiscal interino de los EE. UU., la oportunidad de irse tranquilamente el 3 de julio. Berman optó por no hacerlo, en su lugar convocó inmediatamente una conferencia de prensa en la que acusó a Barr de intentar forzar su renuncia. Esa conferencia de prensa llevó a Berman a ser despedido por el presidente Donald Trump.
Luego, tan solo dos semanas más tarde, se decidió que era hora de entrar y tomar a Maxwell en custodia.
La muerte de Epstein no cerró el caso
Muchas personas declararon con confianza en el momento de la muerte de Epstein que el caso en el Departamento de Justicia estaba tan muerto como él. Tenía mis dudas sobre eso y por buenas razones.
Tanto Barr como Berman declararon repetidas veces tras el suicidio de Epstein, que el caso no había terminado y que seguiría adelante, y que los cómplices de Epstein no deberían estar tranquilos.
En ese momento, muchos comentaristas políticos evaluaron estas declaraciones como una charla vacía; aseguraron a sus audiencias que el caso Epstein había terminado.
Ahora ya está bastante claro que estaban equivocados.
La historia se repite de manera vergonzosa
Otro resultado del arresto de Maxwell es que su anuncio desencadenó una repetición de las vergonzosas tonterías que siguieron al arresto de Epstein el año pasado. Inmediatamente después de la aprehensión del multimillonario, se especuló que esto significaba un gran desastre para… Trump.
Los sitios web progresistas estaban repletos de afirmaciones de que de alguna manera había sido un «secreto a voces» durante años entre la clase elitista que Trump era un miembro activo en la red de tráfico sexual de Epstein.
Esto sería cómicamente absurdo si tanta gente no lo reclamara con total seriedad.
Trump es el candidato político y presidente más investigado en la historia de este país. Cualquier evidencia que existiera para probar que había estado abusando sexualmente de menores en los 90 o en cualquier otro momento se habría filtrado hace mucho tiempo.
Dondequiera que el caso Epstein se dirija a continuación, estoy bastante seguro de que no se dirige al 1600 de la Avenida Pennsylvania.
Brian Cates es un escritor radicado en el sur de Texas y el autor de «Nobody Asked For My Opinion … But Here It Is Anyway’. Se puede contactar con él en Twitter @drawandstrike.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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