Asesinatos de funcionarios del PCCh ponen de manifiesto las crecientes tensiones en China: expertos

Los expertos afirman que estos casos podrían tener su origen en una combinación de descontento generalizado, dificultades económicas y represión política

Por Michael Zhuang y Shawn Lin
22 de octubre de 2024 11:52 AM Actualizado: 22 de octubre de 2024 11:52 AM

Análisis de noticias

Una oleada de asesinatos selectivos contra funcionarios provinciales y municipales se ha apoderado de China, con al menos seis casos destacados ocurridos en los últimos tres meses. Estos incidentes han llamado la atención sobre el creciente malestar social y las frustraciones entre la población china ante las dificultades económicas y la represión política que se vive actualmente, según observadores chinos.

Lai Jianping, exabogado de Beijing y presidente de la Federación por una China Democrática en Canadá, afirma que la violencia contra funcionarios chinos forma parte de un patrón más amplio de resistencia a un régimen cada vez más opresivo. Advierte que los esfuerzos de Beijing por mantener el control mediante la fuerza podrían crear una situación peligrosa.

Una serie de asesinatos

Los conflictos entre funcionarios chinos han ido en aumento.

El 1 de octubre, un subjefe de la unidad SWAT local mató al alcalde de la ciudad de Shaoyang, en la provincia de Hunan, y se suicidó después. El asesino era un célebre agente de policía que había ganado varios premios.

Aunque la información oficial sigue siendo escasa debido al bloqueo mediático impuesto por el Partido Comunista Chino (PCCh), el productor de televisión chino independiente Li Jun declaró recientemente a The Epoch Times que los debates en Internet sugieren que los motivos del líder del SWAT incluían frustración profesional y conflictos personales.

Otro caso sonado fue el asesinato de Liu Wenjie, jefe del Departamento de Finanzas de la provincia de Hunan, en el sur de China. A mediados de septiembre, Liu, de 58 años, se peleó con uno de los sospechosos antes de caer desde el balcón de su 13.° piso.

Aunque la policía negó cualquier relación previa entre Liu y los dos sospechosos, los medios de comunicación chinos informaron que los sospechosos conocían a Liu a través del trabajo. Ambos sospechosos murieron el mismo día, según el informe policial. Uno cayó del balcón con Liu y el otro cayó accidentalmente al intentar huir del balcón.

En agosto, el presidente de un banco local de la provincia de Hebei fue apuñalado hasta la muerte en su oficina por un antiguo empleado, y un juez local de la provincia de Henan fue asesinado por un litigante insatisfecho por una sentencia judicial.

A mediados de julio, un vicealcalde de Xianyang, en la provincia noroccidental china de Shaanxi, fue asesinado junto a su familia directa. Aunque la policía local se mantuvo hermética sobre los detalles, el inusual retraso de 48 días en la publicación de una orden de búsqueda de los sospechosos alimentó las especulaciones de que se trataba de algo más que un simple robo. Zhao Lanjian, experiodista chino afincado en Estados Unidos, informó también de que la víctima era el vicealcalde.

También se ha producido recientemente un aumento de las denuncias de irregularidades en los sectores jurídico y policial de China, y muchos funcionarios han acusado abiertamente a sus colegas de corrupción y abuso de poder.

Fuerzas motrices del malestar social en China

Los observadores chinos han relacionado el aumento de los asesinatos con el creciente malestar social en China.

Según Lai, la creciente violencia contra los funcionarios del PCCh indica la existencia de problemas sistémicos más profundos.

“Durante años, los chinos de a pie se han enfrentado entre sí por su frustración, pero ahora la ira se dirige contra los funcionarios [del PCCh]”, declaró Lai recientemente a The Epoch Times.

“La represión política y el declive económico han limitado las condiciones de vida de la población, dejando a muchos sin otra salida para sus quejas que la represalia violenta contra el propio sistema que les oprime”.

Los problemas económicos de China han exacerbado las tensiones. La pérdida de puestos de trabajo, la crisis de la deuda y el deterioro de la red de seguridad social han llevado a muchos al borde del abismo.

Chen Weijian, disidente chino afincado en Nueva Zelanda y director de la revista Beijing Springs, escribió en un artículo reciente que la recesión económica ha hecho insostenible la vida para muchos en China.

Afirmó que la mayoría de estas personas se encuentran en un callejón sin salida y sin esperanza a la vista; sufren problemas de salud mental y no reciben ningún apoyo para su bienestar por parte de la sociedad. Como resultado, Chen dijo, algunos optan por poner fin a sus vidas, mientras que otros recurren a tomar represalias contra la sociedad.

Un ejemplo de ello es An Yaohong, empleado del Estado durante muchos años en la provincia de Shanxi. Sus penurias económicas y la indiferencia burocrática del PCCh resultaron devastadoras para él. An, cuya casa fue demolida durante una confiscación de propiedades dirigida por el Estado, vio cómo su vida se sumía en el caos tras no recibir compensación alguna por su pérdida. En junio, An tomó represalias y apuñaló al funcionario del PCCh que supervisaba la demolición.

En China, bajo el comunismo, toda la tierra es propiedad del Estado. Cuando los ciudadanos chinos compran una casa, sólo son propietarios del edificio. A lo largo de los años, esto ha provocado que millones de chinos hayan perdido sus hogares por demoliciones forzosas y traslados forzosos de pueblos e incluso ciudades enteras cuando los gobiernos locales decidieron recuperar el terreno para darle otros usos.

“La crisis económica intensificó la crisis política”, afirmó Lai. “Si las condiciones económicas fueran mejores, algunas de las presiones sociales y políticas podrían enmascararse temporalmente, pero con la economía en declive, la gente está desesperada”.

El disidente chino y activista prodemocrático Wang Dan afirmó recientemente en su canal de YouTube en chino que, bajo el PCCh, la falta de un Estado de derecho ha dificultado increíblemente a los ciudadanos de a pie la búsqueda de justicia y la reparación de agravios. Afirmó que la mayoría de esos actos violentos fueron cometidos por personas de los estratos más bajos de la sociedad china que han sufrido los abusos de poder institucionalizados de las autoridades durante mucho tiempo.

Wang afirmó que el problema de la sociedad china se debe al régimen opresivo del PCCh y que estos casos de represalias violentas sólo pueden aumentar en el futuro.

“Esto [la venganza violenta] no se fomenta en una sociedad que se rige por la ley”, dijo Wang. “Pero debemos subrayar que China no es un país regido por la ley”.

Ning Xing contribuyó a este artículo


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