Terroristas de organizaciones como Al Qaeda e ISIS buscan ingresar a Estados Unidos y cometer actos de terrorismo contra sus ciudadanos todos los días, según el testimonio del director del FBI, Christopher Wray. En muchos casos, lo intentan cruzando ilegalmente la frontera sur.
«Ciertamente, cualquier punto de entrada poroso es una vulnerabilidad potencial que los malos actores de todo tipo, incluidas las amenazas a la seguridad nacional, pueden tratar de explotar», dijo Wray durante una audiencia del Comité de Asignaciones del Senado del 25 de mayo. En dicho comité se discutiría el presupuesto propuesto por el FBI para el año fiscal 2023.
Wray hizo los comentarios en respuesta a una línea de preguntas del senador Jerry Moran (R-Kan.). Moran preguntó si había una amenaza persistente de terroristas conocidos o presuntos que intentaban cruzar la frontera ilegalmente.
Durante el interrogatorio, Moran destacó explícitamente el caso de Shihab Ahmed Shihab, quien fue acusado el 24 de mayo por su presunto papel en la organización de un complot para introducir asesinos de contrabando en el país para matar al expresidente estadounidense George W. Bush.
“Según informes de prensa, el sospechoso, un operativo de ISIS, fue grabado afirmando que acababa de pasar de contrabando a dos personas asociadas con Hezbolá a Estados Unidos”, dijo Moran.
Asimismo, el Senador Bill Hagerty (R-Tenn.) cuestionó la eficacia de los procesos en marcha en la frontera para prevenir la entrada de terroristas conocidos o sospechosos.
Hagerty planteó el tema del caso de Isnardo García Amado, un ciudadano colombiano en la lista de vigilancia de terroristas, que cruzó la frontera sur hacia Arizona, fue examinado en el centro de detección de terroristas del FBI y liberado en Estados Unidos. En ese caso, el FBI tardó tres días en enviar la confirmación de que Isnardo estaba en la lista de vigilancia de terroristas, y dos semanas más antes de que se emitiera una orden de arresto.
“Uno pensaría que el DHS habría arrestado inmediatamente a esta persona, pero a pesar de saber que un presunto terrorista había sido liberado en Estados Unidos, el liderazgo del Departamento de Seguridad Nacional ni siquiera autorizó a ICE a arrestarlo hasta dos semanas después”, dijo Hagerty. “Estaba en Florida en ese momento”.
Hagerty dijo que hay una clara amenaza para la seguridad nacional cuando las leyes de inmigración permiten que terroristas conocidos y sospechosos ingresen al país antes de ser identificados. Dijo que no había forma de determinar cuántas personas en la lista de vigilancia terrorista fueron liberadas en Estados Unidos.
“Estoy profundamente preocupado por esto”, dijo Hagerty. “Cuando fui a la frontera hace unas seis semanas, me informaron que [personas de] 157 nacionalidades diferentes habían sido detenidas en nuestra frontera sur el año pasado”.
“Esa es una preocupación de seguridad nacional muy, muy profunda”.
Por su parte, Wray reconoció la gravedad del asunto, y subrayó el hecho de que los actores de la amenaza de Al Qaeda, ISIS y otras organizaciones terroristas no sólo siguen existiendo, sino que están enviando activamente a personas para que intenten entrar en Estados Unidos con el fin de llevar a cabo ataques terroristas.
El episodio se produce después de una serie de escaladas de violencia y delincuencia en la frontera sur de Estados Unidos, como el presunto atentado contra un equipo de la patrulla fronteriza del alguacil de Arizona por parte de un cártel de la droga, y la afluencia masiva de un mortífero contrabando de fentanilo, procedente en gran medida de China.
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