Un funcionario estadounidense dijo que está preparando una orden ejecutiva para entregarla al presidente Donald Trump que ayudaría a reubicar las cadenas de suministro médico del extranjero a los Estados Unidos, ya que el brote de coronavirus expone las vulnerabilidades de las cadenas de suministro extranjeras.
El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, director de la Oficina de Comercio y Política de Manufactura, dijo a CNBC que Estados Unidos depende en gran medida de la cadena de suministro mundial «no solo para sus medicamentos sino también para sus suministros y equipos médicos».
«La esencia del orden (…) es traer todo eso a casa para no tener que preocuparnos por la dependencia del extranjero», dijo en una entrevista el 16 de marzo, añadiendo que el 70 por ciento de los ingredientes utilizados en los productos farmacéuticos avanzados «vienen del extranjero».
Navarro no nombró específicamente qué países extranjeros, pero los expertos han señalado desde hace tiempo la dependencia de EE.UU. de China. Rosemary Gibson, asesora principal del Centro Hastings, un instituto de investigación de bioética, y co-autora de «China Rx: exponer los riesgos de la dependencia de Estados Unidos de China para la medicina», dijo anteriormente a The Epoch Times que es «un riesgo para nuestra seguridad nacional».
«Para los medicamentos recetados, el 90 por ciento de los ingredientes principales, las sustancias químicas y otros ingredientes dependen de China», dijo Gibson.
Navarro dijo que los departamentos de Asuntos de los Veteranos, Salud y Servicios Humanos y Defensa compran cantidades significativas de equipo médico, y «tenemos que hacer que lo compren de productores estadounidenses en suelo estadounidense».
Señaló que la actual demanda de máscaras médicas pone de manifiesto los escollos de las cadenas de suministro extranjeras.
A principios de este mes, la administración Trump concedió exenciones de los aranceles a los productos médicos importados de China, que incluyen máscaras de protección y guantes médicos.
La cuestión también está recibiendo la preocupación bipartidista de los legisladores. Los senadores Marsha Blackburn (R-Tenn.) y Bob Menendez (D-N.J.) introdujeron recientemente una legislación que impulsaría la fabricación en los Estados Unidos de los ingredientes farmacéuticos activos (API) necesarios para la elaboración de medicamentos de venta con receta. Su legislación propone una financiación adicional de 100 millones de dólares para impulsar la fabricación de productos farmacéuticos en los Estados Unidos.
En la actualidad, solo el 28 por ciento de las instalaciones de ingredientes farmacéuticos que fabrican API para el mercado estadounidense se encuentran en los Estados Unidos. El 72 por ciento restante de los fabricantes de API que abastecen el mercado estadounidense están fuera del país, incluyendo el 13 por ciento en China, según la Drug, Chemical & Associated Technologies Association. El número de instalaciones chinas se ha más que duplicado desde 2010.
«El COVID-19 es una verdadera emergencia de salud y tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para aumentar nuestra preparación y respuesta», dijo Menéndez en un comunicado. «Esta propuesta bipartidista lo hará alentando a los fabricantes de medicamentos a asociarse con nuestras mejores mentes en la educación superior en los nuevos avances, creando buenos empleos y aumentando la producción nacional de vacunas y medicamentos que pueden salvar vidas».
El Partido Comunista Chino ha utilizado esta dependencia de su fabricación para amenazar a los Estados Unidos. El diario estatal Global Times publicó en marzo un artículo en el que se decía que China «podría prohibir la exportación de mascarillas y otros equipos médicos a Estados Unidos, que sufre una grave escasez», a raíz de las recientes medidas adoptadas por los Estados Unidos para restringir el acceso al mercado al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, fundado en 1987 por un exingeniero del Ejército de Liberación Popular.
Gibson dijo que los Estados Unidos dependen «drásticamente» de China para los suministros médicos que incluyen entre ellos máscaras, escáneres, medicamentos de venta con receta y sus ingredientes.
Al mismo tiempo, el 15 de marzo la Reserva Federal redujo sus tasas a casi cero y anunció una serie de medidas de gestión de la crisis financiera, incluyendo el lanzamiento de un programa masivo de alivio cuantitativo de 700,000 millones de dólares para combatir los temores del mercado mundial causados por el brote.
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