Una asistente clave del presidente Joe Biden dijo el domingo que la principal preocupación de los líderes empresariales estadounidenses no es la inflación o la recesión, sino la amenaza inminente de un impago “catastrófico” de la deuda del gobierno.
Lael Brainard, directora del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, le dijo el domingo a «Face the Nation» de CBS que los principales líderes empresariales del país le han dicho que su mayor preocupación es el fracaso de los legisladores en el Capitolio para evitar un incumplimiento del pago de la deuda de la nación.
Las conversaciones sobre elevar el techo de deuda de USD 31.4 billones del gobierno de EE.UU. han progresado poco en Washington. Biden y los demócratas continúan insistiendo en un proyecto de ley «limpio» para elevar el límite de endeudamiento sin condiciones previas, mientras que el presidente de la Cámara Kevin McCarthy (R-Calif.) y los republicanos han presentado una propuesta que combina el aumento del límite en USD 1.5 billones con USD 4.5 billones en recortes de gastos.
“Cuando hablo con los directores ejecutivos, con los líderes empresariales de todo el país, me dicen que las cosas realmente van muy bien”, dijo Brainard, quien se desempeñó como vicepresidenta de la Reserva Federal antes de ser nombrada por Biden para dirigir el grupo de asesores económicos de la Casa Blanca.
“Pero su mayor preocupación es que el Congreso no pueda evitar el incumplimiento y eso sería catastrófico. Conduciría a mayores costos de endeudamiento para automóviles, hipotecas, pequeñas empresas, incluso para el gobierno de EE.UU.”, dijo, haciéndose eco de las preocupaciones planteadas por otros funcionarios de la administración Biden que dicen que un incumplimiento provocaría un aumento en los costos de endeudamiento y sería un obstáculo importante para la economía.
La semana pasada, Rohit Chopra, director de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), le dijo a CNN que varios tipos de préstamos, en caso de incumplimiento, se volverían más caros.
“Es una gran preocupación. Todas las familias deberían estar preocupadas”, le dijo Chopra al medio.
Wall Street también se ha estado poniendo cada vez más nervioso en medio del estancamiento del techo de la deuda. La directora ejecutiva de Citigroup, Jane Fraser, dice que las negociaciones sobre la elevación del techo son «más preocupantes» que los episodios anteriores. El presidente ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, dijo que el banco está convocando reuniones semanales para prepararse para lo que podría ser un evento importante que sacudirá los mercados.
“Cuanto más se acerque, habrá pánico», le dijo Dimon a Bloomberg TV la semana pasada. «Los mercados se volverán volátiles, quizá la bolsa baje, los mercados del Tesoro tendrán sus propios problemas”.
Si bien Biden ha dicho que está «absolutamente seguro» de que el país evitará un incumplimiento, se está acabando el tiempo para encontrar una solución.
Las preocupaciones sobre el estancamiento del techo de la deuda surgen en medio de preocupaciones constantes sobre la inflación y la recesión.
Las probabilidades de recesión aumentan al nivel más alto en 40 años
Parece cada vez más probable que la desaceleración del crecimiento económico en Estados Unidos se acelere hasta convertirse en una recesión total.
La probabilidad de que el país entre en recesión el próximo año ha subido al 68.2 por ciento, según la Fed de Nueva York, lo que representa la probabilidad más alta desde 1982.
El indicador de riesgo de recesión de la Reserva Federal ahora es mayor que en noviembre de 2007, poco antes de la crisis de las hipotecas de alto riesgo, cuando se situó en el 40 por ciento.
Tras la agitación del sector bancario provocada por el reciente colapso de Silicon Valley Bank, los economistas de la Reserva Federal esperan que una recesión en EE.UU. sea superficial.
“Dada su evaluación a los posibles efectos económicos de los desarrollos recientes del sector bancario, la proyección del personal en el momento de la reunión de marzo incluía una recesión leve que comenzaría a fines de este año, con una recuperación durante los dos años siguientes”, indicó el acta de una reunión de marzo del Comité Federal de Mercado Abierto.
Una encuesta reciente mostró que la mayoría de los estadounidenses creen que el país se dirige a una recesión, o que ya ha caído en ella.
La última Encuesta Económica All-America de CNBC mostró que el 69 por ciento de los adultos estadounidenses tienen opiniones negativas sobre el entorno económico actual, que es la cifra más alta desde que comenzó la encuesta hace 17 años.
Aumento de las expectativas de inflación
Varios datos recientes sugieren que la inflación se ha convertido en un problema más arraigado de lo que muchos creen.
Los precios de importación aumentaron considerablemente en abril después de caer en marzo, mientras que dos indicadores de inflación diferentes (precios al consumidor y costos de insumos comerciales) se aceleraron el mes pasado a pesar de la campaña de aumentos de tasas de interés de la Fed durante un año. Además, las expectativas de inflación a largo plazo han saltado a su nivel más alto en 12 años.
Los precios de importación de EE.UU. aumentaron un 0.4 por ciento el mes pasado, luego de caer un 0.8 por ciento en marzo, según datos publicados el viernes por el Departamento de Trabajo.
Otros datos de precios publicados esta semana, el índice de precios al consumidor y el índice de precios de compra, mostraron que la inflación se acelera mes a mes.
Las expectativas de inflación a largo plazo aumentaron a una lectura del 3.2 por ciento, la más alta desde 2011, según la encuesta de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan publicada el viernes.
En una señal de que las preocupaciones sobre la estanflación están cobrando protagonismo una vez más, las expectativas de los consumidores sobre la solidez de la economía dentro de un año se desplomaron un 23 por ciento.
“Las expectativas a largo plazo también se redujeron en un 16 por ciento, lo que indica que los consumidores están preocupados de que cualquier recesión económica no sea breve”, dijo en un comunicado Joanne Hsu, directora de Encuestas de consumidores de la Universidad de Michigan.
La estanflación es una combinación de desaceleración del crecimiento y alta inflación, un brebaje tóxico que tiende a ser un desafío para los formuladores de políticas de la Fed, porque la solución a un problema empeora al otro.
“Los datos de la encuesta de la Universidad de Michigan son muy estanflacionarios», dijo Craig Shapiro, asesor y gestor de carteras de LaDuc Trading, en un mensaje de Twitter en el que resumía su opinión sobre los datos de la Universidad de Michigan.
“Los datos de la encuesta de la Universidad de Michigan decepcionaron tanto en la confianza del consumidor estadounidense como en las expectativas de inflación a largo plazo. A nivel de titulares, esperen que esto alimente algunas preocupaciones sobre la #estanflación”, dijo Mohamed El-Erian, asesor económico jefe de Allianz, en una publicación de Twitter.
Si bien los datos macroeconómicos no muestran una recesión inminente (la estimación del PIB en tiempo real del Banco de la Reserva Federal de Atlanta registró una lectura del 2.7 por ciento el 8 de mayo), la confianza del consumidor cayó bruscamente en abril, lo que sugiere que los estadounidenses están resentidos por las perspectivas económicas.
“La confianza del consumidor cayó un 9 por ciento tras renovadas preocupaciones sobre la trayectoria de la economía, borrando más de la mitad de las ganancias logradas después del mínimo histórico de junio pasado”, dijo Hsu.
Aunque los consumidores estadounidenses han mostrado resistencia a pesar de los temores de recesión y la elevada inflación, Hsu advirtió que el creciente temor de una recesión les llevará a frenar el gasto cuando aparezcan signos de debilidad económica.
El gasto del consumidor es un factor clave de la economía de EE.UU. y representa alrededor de dos tercios del crecimiento económico.
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