Durante años, los científicos dijeron que la aspirina tiene el potencial de proteger a las personas de las garras mortales del cáncer colorrectal. Pero recién ahora están descubriendo cómo este analgésico común puede lograr tal hazaña.
Los investigadores descubrieron que la capacidad de la aspirina para combatir el cáncer depende de estimular la inmunidad del cuerpo para combatir las células malignas.
La aspirina aumenta la vigilancia inmunitaria de los tumores
El cáncer colorrectal es un tipo de cáncer que afecta al intestino grueso o al recto. A nivel mundial, es el tercer tipo de cáncer más común y la segunda causa de muerte relacionada con el cáncer. El cáncer colorrectal representa aproximadamente uno de cada 10 de todos los casos de cáncer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2020, se produjeron casi 2 millones de casos nuevos de cáncer colorrectal —frecuentemente detectado tarde, lo que limita las posibilidades de tratamiento— en todo el mundo, y causó más de 930 mil muertes, según la OMS.
Un estudio reciente publicado en Cancer, de una publicación revisada por expertos de la Sociedad Americana del Cáncer, sugiere que la aspirina podría prevenir el cáncer colorrectal al estimular ciertos aspectos de la respuesta inmune natural contra las células malignas. Los investigadores analizaron a 238 pacientes con cáncer colorrectal que se sometieron a cirugía entre 2015 y 2020, y el 12 por ciento eran consumidores habituales de aspirina. Las muestras de tejido revelaron que los usuarios de aspirina tenían menos propagación del cáncer y una mayor infiltración de células inmunes tumorales que los no usuarios.
Análisis de laboratorio adicionales mostraron que la exposición a la aspirina aumentó la presencia de la proteína CD80 en ciertas células inmunes. CD80 es conocido por regular la actividad celular y su mayor expresión mejoró la capacidad de las células inmunes para detectar proteínas asociadas a tumores.
Los pacientes con cáncer de recto que tomaban aspirina exhibieron niveles más altos de CD80 en el tejido rectal sano, lo que sugiere que la aspirina estimuló una mayor vigilancia inmunológica.
«Nuestro estudio muestra un mecanismo complementario de prevención o terapia del cáncer con aspirina, además del mecanismo farmacológico clásico que implica la inhibición de la inflamación», dijo en un informe el Dr. Marco Scarpa, cirujano general del Hospital de la Universidad de Padova en Italia e investigador principal del estudio.
La aspirina también puede proteger contra el cáncer colorrectal al reducir la inflamación, lo que puede afectar la capacidad del sistema inmunológico para combatir el cáncer, dijo a The Epoch Times Nazlie Latefi, quien tiene un doctorado en neurociencia, bioquímica y biología molecular y no está asociada con el estudio.
Se necesita más investigación para comprender todas las implicaciones de nuevos tratamientos o estrategias de prevención.
Del alivio del dolor a la prevención de enfermedades
La historia de la aspirina se remonta a unos 3500 años, cuando los antiguos egipcios utilizaban corteza de sauce, una fuente natural del compuesto. Sin embargo, no fue sintetizado como fármaco hasta 1897 por el químico de Bayer Felix Hoffmann, convirtiéndose finalmente en uno de los medicamentos más utilizados en el mundo.
La evidencia muestra que esta sustancia natural está resultando eficaz contra amenazas importantes para la salud.
Un estudio vinculó el uso de aspirina en dosis bajas (81 miligramos al menos tres veces por semana) con una reducción significativa del riesgo de padecer cierto tipo de cáncer de mama provocado por hormonas en más de 57 mil mujeres a las que se les hizo un seguimientos durante ocho años. «Este es el primer informe que sugiere que la reducción del riesgo se produce con la aspirina en dosis bajas y no con la aspirina en dosis regular, y sólo entre mujeres con el subtipo de receptor hormonal positivo/HER2 negativo», escribieron los autores.
En dosis bajas de 75 a 100 miligramos, la aspirina puede reducir el riesgo de ataque cardíaco al disminuir la formación de coágulos sanguíneos en las arterias enfermas. Por lo tanto, a quienes sufrieron un ataque cardíaco o un derrame cerebral a menudo se les recomienda tomar aspirina diariamente para prevenir coágulos sanguíneos.
A pesar de los beneficios, todos los medicamentos, incluida la aspirina, conllevan riesgos potenciales. Aunque normalmente es segura, la aspirina puede provocar úlceras gastrointestinales, un mayor riesgo de hemorragia por anticoagulación y reacciones alérgicas como urticaria y asma en algunas personas.
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