Astrónomos esperan este 2024 un evento «único en la vida» visto por última vez hace 78 años

"Rara vez ocurre uno tan relativamente cerca de nuestro propio sistema", dijo la doctora Rebekah Hounsell, científica investigadora especializada en eventos de nova

Por Alicia Marquez
12 de septiembre de 2024 7:28 PM Actualizado: 12 de septiembre de 2024 7:28 PM

Tanto los astrónomos de la NASA como los aficionados esperan con ansias un evento «único en la vida», debido a la posibilidad de que este verano se lleve a cabo una explosión de una estrella nova, la T Coronae Borealis (T CrB).

Lo que tiene a los científicos y aficionados a la astronomía mirando al cielo con gran expectativa es un punto oscuro entre las siete estrellas que conforman la constelación Corona Borealis, donde pronto se producirá una inminente nova, tan brillante que será visible en la Tierra a simple vista, informó la NASA en un comunicado este 22 de agosto.

Una nova se puede ver cuando una estrella enana —los restos de una estrella muerta— permanece intacta y lanza al espacio el material que acumuló, el cual se calienta y explota causando un destello deslumbrante, explica la NASA.

Pero no hay que confundir “nova” con “ supernova”, detalla The Old Farmer’s Almanac. La supernova se produce cuando una estrella explota y se destruye. En latín “nova” significa “nueva estrella”.

La constelación T Coronae Borealis, también conocida como Corona Boreal o T CrB, se encuentra a unos 3000 años luz de la Tierra y es una curva de estrellas en forma de herradura que se encuentra al oeste de la constelación Hércules, y se puede ver principalmente en las noches despejadas.

Los aficionados pueden identificar la Corona Boreal localizando las dos estrellas más brillantes del hemisferio norte, Arturo y Vega, trazando una línea recta entre ambas para guiar hacia las constelaciones Hércules y Corona Boreal.

La NASA explica que el estallido será breve, aunque no fugaz. Y explicó que una vez que se genere la erupción, será visible a simple vista durante poco menos de una semana, y la doctora Rebekah Hounsell, científica investigadora asistente especializada en eventos de nova en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, confía en que será todo un espectáculo digno de verse.

«Existen algunas novas recurrentes con ciclos muy cortos, pero por lo general no solemos ver la repetición de uno de estos estallidos en el período de vida de un ser humano, y rara vez ocurre uno tan relativamente cerca de nuestro propio sistema», dijo Hounsell.

El director del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luis Alberto Zapata González, explica que no se trata del nacimiento de una nueva estrella.

«Realmente no es una nueva estrella, sino que hay un proceso que hace que brille más esa estrella que estaba muy oscurecida en el cielo», dijo Zapata a la revista Ciencia de la UNAM.

Los expertos coinciden en que aunque no hay garantías, el evento podría presenciarse durante septiembre.  Algunos expertos creen que aún puede existir la esperanza de presenciar el fenómeno a fines de este 2024 e incluso no descartan que el evento astronómico pueda ocurrir en 2025, según la UNAM.

Un avistamiento único

La última vez que la nova de T CrB se dejó ver fue hace 78 años. La creencia de que se pueda ver pronto es que el comportamiento de la nova durante la última década es «sorprendentemente parecido» al observado en un periodo similar anterior a la erupción de 1946.

El primer registro de un avistamiento de la nova de T CrB ocurrió hace más de 800 años, cuando en 1217 el alemán Abbott Burchard registró que durante una observación vio «una tenue estrella que durante un tiempo brilló con una gran luz».

Los antiguos griegos nombraron la constelación con el nombre de la corona que el dios Dioniso le dio a la bella Ariadna. Pero la constelación es tan particular que inspiró a las mitologías de todo el mundo.

Los aborígenes de Australia imaginaban estas estrellas como un bumerán que volaba por los cielos. En una leyenda de los nativos americanos, Corona Borealis es la cueva donde vive la Osa Mayor. Y para los astrónomos de Oriente Medio y el norte de África era un cuenco.

Lo que puede aportar este evento

La doctora Hounsell considera que este esperado evento astronómico podría atraer a una «nueva generación de científicos».

«Este es un evento único en la vida que formará muchos nuevos astrónomos, dando a los jóvenes un evento cósmico que puedan observar por sí mismos, hacer sus propias preguntas y recopilar sus propios datos», dijo Hounsell.

Siga a Alicia Márquez en X: @AliceMqzM


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