El autor del último ataque en el Capitolio de Estados Unidos «atropelló intencionalmente» a los oficiales el 2 de abril, dijo la policía este lunes.
Noah Green, de 25 años, conducía un sedán azul poco después de la 1 de la tarde del viernes cuando entró por la puerta norte de la Avenida Constitución y embistió con el vehículo a dos agentes de la Policía del Capitolio que estaban de servicio, informó el Departamento de Policía Metropolitana en el nuevo resumen del incidente.
A continuación, el atacante estrelló su coche contra una barricada antes de salir del vehículo armado con un cuchillo de grandes dimensiones y «cargó contra otro agente de la Policía del Capitolio de Estados Unidos», según el resumen.
Ese agente disparó su arma reglamentaria, alcanzando al atacante, que fue declarado muerto poco después en un hospital.
El atacante «empezó a abalanzarse hacia» los agentes y «no respondió a las órdenes verbales», dijo a la prensa la semana pasada el jefe en funciones de la Policía del Capitolio, Yogananda Pittman.
Una nueva fotografía de la policía revela el cuchillo que supuestamente utilizó Green, tirado en el pavimento.
La policía aún no sabe qué motivó a Green a llevar a cabo el ataque, pero en sus páginas de redes sociales abundaban las ideas extremas que, según él provenían de la Nación del Islam, un grupo islámico cuya teología es de «superioridad innata de los negros sobre los blancos», según el Southern Poverty Law Center.
La Liga Antidifamación dice que el líder del grupo, Louis Farrakhan, es el «principal antisemita de Estados Unidos». La Nación del Islam no ha respondido a las solicitudes de comentarios.
«Algo en lo que estoy seguro de que todo el mundo puede apoyarse, como yo me he apoyado, es la fe en el Honorable Ministro Louis Farrakhan como el hombre que puede llevarnos a superar la hora oscura», escribió Green en Facebook el mes pasado.
Green también compartió que dejó su trabajo en parte debido al deseo de buscar un viaje espiritual y afirmó que estaba siendo envenenado por las agencias gubernamentales.
La familia de Green dijo que su hijo no era un terrorista y que podría haber sufrido una adicción a las drogas o una enfermedad mental.
El ataque causó la muerte de un policía, William Evans, de 41 años. Otro policía fue trasladado a un hospital con heridas que no dejaron en peligro su vida y posteriormente fue dado de alta.
El jefe de la policía metropolitana, Robert Contee, dijo a los periodistas el viernes que el ataque no parecía estar relacionado con el terrorismo, aunque también mantuvo abierta esa posibilidad. Tampoco había indicios de que Green quisiera atacar a un miembro del Congreso. Los funcionarios declinaron decir si las drogas o el alcohol estaban involucrados.
La Policía del Capitolio de Estados Unidos, el Departamento de Policía Metropolitana y el FBI siguen investigando el ataque.
«Está claro que se trata de alguien que intentaba activamente llegar a quien sea, o lo que sea, pero no lo sabemos ahora mismo», dijo Contee. «Así que tenemos la responsabilidad de investigar eso, de llegar al fondo de esto, si el ataque fue a las fuerzas de seguridad o a quien sea, tenemos la responsabilidad de llegar al fondo de esto y lo haremos».
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