El ataque militar de China a Taiwán no se producirá pronto, pero Estados Unidos está vigilando la situación de cerca, dijo el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto.
Cuando la BBC le preguntó al general Milley este domingo si creía que China atacaría a Taiwán, el alto general estadounidense respondió que «no hay indicios ni advertencias de nada inminente en este momento. Pero, lo repito, nosotros los vigilamos muy, muy de cerca».
Milley confirmó que es evidente que China está desarrollando su capacidad para atacar al país insular en algún momento, algo que el líder chino Xi Jinping ha mencionado en sus discursos públicos.
Sin embargo, él describió la cuestión de la decisión de actuar como una opción política. «Y si lo harían o no, eso es una opción política, es una opción política que se basará en cómo los chinos ven el costo-riesgo-beneficio en ese momento».
Los comentarios de Milley se producen en medio de un aumento de las tensiones en el estrecho de Taiwán, una vía de navegación crítica que separa a China continental de Taiwán.
«Acción militar no bélica» desata las especulaciones
Xi mantuvo conversaciones a mediados de junio por su aprobación de un plan que orienta a las tropas chinas a prepararse para una «acción militar no bélica» con el fin de asegurar «la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de China, así como la estabilidad regional”.
El comentarista de defensa de Taiwán, Chi Le-yi, considera la medida de Xi como un esfuerzo por racionalizar las posibles operaciones militares del Partido Comunista Chino en Taiwán o en el Mar de China Meridional, proporcionando una base legal para futuras operaciones agresivas.
«En caso de que China ataque a Taiwán, él [Xi Jinping] no lo llamaría una guerra que estalla entre dos países. Él tiene que utilizar una retórica de ‘acción militar especial’ o ‘acción militar no bélica’. Él debe definir la guerra de esa manera, al igual que busca acabar con las fuerzas separatistas domésticas», dijo el experto a RFA.
Rusia lanzó una guerra contra su vecina Ucrania en febrero, calificándola de «operación militar especial», la que ha causado 11,152 víctimas civiles hasta el 3 de julio, según la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
China considera que Taiwán es una provincia escindida que debe reunificarse con el continente, por la fuerza si es necesario, aunque nunca haya gobernado a la isla. La isla autogobernada es un país independiente de facto con su propio gobierno elegido democráticamente, su ejército, su constitución y su moneda.
China ha enviado aviones de combate a la zona de defensa aérea de Taiwán, lo que supone una amenaza para la democracia de más de 23 millones de personas.
Estados Unidos no tiene vínculos diplomáticos oficiales con Taiwán, pero le vende armas en virtud de su Ley de Relaciones con Taiwán, lo que permite a la mayor economía del mundo proporcionar a la isla medios para defenderse.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aceptó en mayo mantener el compromiso de defender militarmente a Taiwán en caso de ataque de China.
Algunos analistas no descartan que Xi utilice la guerra como último recurso para sellar su liderazgo y su tercer mandato como líder supremo de China, a pesar de las posibles consecuencias desastrosas.
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