Opinión
The Epoch Times informó el 18 de marzo que el New York Times está planeando un ataque contra una compañía de danza, Shen Yun Performing Arts. ¿Qué tan realista es el temor a ese ataque?
Shen Yun, con sede en el norte del estado de Nueva York, presenta principalmente danza tradicional china. Sin embargo, tiene algunas piezas contemporáneas. Por ejemplo, una de las danzas de su repertorio representa la historia de un practicante de la disciplina espiritual Falun Gong que fue asesinado por sus órganos en un hospital estatal de China.
En 2006 escribí con el fallecido David Kilgour el informe inicial sobre el asesinato de prisioneros de consciencia de Falun Gong en China para obtener sus órganos. Elaboramos una segunda versión en 2007 y una tercera en forma de libro, bajo el título «Cosecha sangrienta: El asesinato de Falun Gong por sus órganos», en 2009. Un periodista que nos entrevistó, Ethan Gutmann, produjo en 2014 su propio libro sobre el tema, titulado «La matanza: Asesinatos en masa, sustracción de órganos y la solución secreta de China a su problema disidente».
El mismo año, los tres cofundamos la ONG Coalición Internacional para Acabar con el Abuso de Trasplantes en China. En 2016, los tres produjimos una actualización conjunta de nuestras obras por separado.
Hubo un tiempo en que el New York Times tenia una reportera entre su personal, Didi Kirsten Tatlow, que escribió una serie de artículos sobre el abuso de los trasplantes de órganos en China. La lista de sus artículos sobre el tema se proporciona al final de este artículo de opinión.
Un tribunal popular independiente, el Tribunal de China, establecido por la Coalición Internacional para poner fin con los Abusos en los Trasplantes en China, concluyó en marzo de 2020 más allá de toda duda razonable que los practicantes de Falun Gong fueron víctimas de sustracción forzada de órganos. El Tribunal de China, con sede en Londres, estuvo presidido por Sir Geoffrey Nice QC, que anteriormente dirigió el enjuiciamiento del expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic en el Tribunal Penal Internacional.
La Sra. Tatlow presentó un escrito ante el tribunal, parte del cual abordaba el abuso de los trasplantes de órganos en China. Parte del mismo también se referia al New York Times.
«Tengo la impresión de que al New York Times, mi empleador en aquel momento, no le gustó que siguiera con estas historias y, después de tolerar inicialmente mis esfuerzos, me hizo imposible continuar», dijo la Sra. Tatlow en su declaración.
«El periódico modificó la edición de mi historia del 16 de noviembre de 2015, cambiando sustancialmente su sentido mediante un desafortunado corte al final, y un colega de alto rango en Beijing intentó echarme la culpa a mí. La corrección posterior, que no se retrasó por la necesidad de comprobar nada (como dice) sino simplemente por falta de atención o exceso de trabajo de los editores, demuestra que solo hubo dos errores de edición, no de información. En términos más generales, mantuve varias conversaciones en persona o por correo electrónico con jefes editores , pero esencialmente mis peticiones de continuar esta línea de investigación —para lo que necesitaría tiempo— fueron ignoradas».
Continuó: «Los editores parecían creer que el problema de la donación de órganos en China se había resuelto con la admisión por parte del Estado de que habían utilizado órganos de prisioneros y su promesa del 14 de diciembre de que ya no lo harían. Me dijeron que no había ‘nada nuevo’ en la historia. Otro editor comentó, cuando intenté ampliar la investigación de los prisioneros condenados a muerte a los prisioneros de consciencia, basándome en mi conversación con el Dr. Chen y el Dr. Tong descrita anteriormente, que las personas que creían que se estaban utilizando órganos de prisioneros de consciencia estaban en «los márgenes exteriores de la defensa», es decir— no eran racionales. Se presentaron los argumentos habituales, por ejemplo que los de Falun Gong son irracionales y poco fiables, etc. Para mí estaba claro que el tema no era bien recibido. No puedo estar segura, pero sospecho que esta serie de artículos contribuyó a la decisión de la sede central en febrero de 2017 de no ascenderme, en contra del consejo de los editores regionales. Dejé el periódico en junio de 2017″.
Anteriormente en su presentación la Sra. Tatlow explicó su conversación con el Dr. Chen y el Dr. Tong.
«A principios de abril de 2016 asistí a un evento de la Sociedad de la Cruz Roja de China en el Hospital de Beijing, donde altos funcionarios de salud del Estado hablaron sobre la donación de órganos en China y conmemoraron a los donantes de órganos. El 5 de abril es Qing Ming, el día de los muertos en China. Después del evento de la mañana, fui a comer con el Dr. Chen Jingyu, cirujano de trasplantes de pulmón del Hospital Popular de Wuxi, sobre el que ya había escrito anteriormente. El Dr. Chen trajo consigo a un amigo suyo del Hospital de Beijing, un cirujano pulmonar llamado Dr. Tong (el Dr. Tong dijo que anteriormente había realizado trasplantes de pulmón, pero que no los estaba haciendo en ese momento porque su hospital había dejado de realizar el procedimiento). También estaban presentes un periodista chino de Global Times y un estudiante de posgrado de la Universidad de Tsinghua que dijo ser el director de una organización estudiantil de allí, que investigaba temas médicos. Éramos cinco», escribió.
«Durante el almuerzo, el Dr. Chen me acusó de causarle muchos problemas con mis reportajes. Recientemente, los organizadores de una importante conferencia sobre trasplantes de corazón y pulmón en Washington D.C. habían rechazado un póster suyo tras aceptarlo inicialmente, alegando que la investigación se basaba en prisioneros condenados a muerte. El Dr. Chen no lo negó, pero dijo que era culpa mía por haberle causado ‘problemas’ con mis artículos. Le contesté que yo no tenía nada que ver con el póster y que si era rechazado debido a donantes involuntarios, como prioneros condenados a muerte, era responsabilidad suya, no mía. El Dr. Chen preguntó: ‘Pero, ¿qué se supone que debemos hacer?’ Le respondí: ‘No envié los resultados recopilados antes de que usted dijera que había dejado de utilizar donantes involuntarios’ (es decir, en diciembre de 2014). Me miró como diciendo: ‘Eso es imposible’, pero no me dijo nada más sobre el tema».
Continuó: «Durante esta conversación, el Dr. Tong escucho atentamente. Se volvió hacia el Dr. Chen y lo que sigue es un registro literal de su breve conversación, de memoria, que escribí inmediatamente después (el almuerzo no fue un evento informativo). Dr. Tong: ‘¿No se pueden utilizar los prisioneros?’. Dr. Chen: ‘No, (nosotros) no podemos utilizarlos’. Dr. Tong: «¿Y los prisioneros de consciencia?’ Dr. Chen: ‘No podemos utilizar a ninguno de ellos’. El Dr. Tong miró a la mesa y no dijo nada más. El Dr. Chen también guardó silencio».
Esta conversación tuvo lugar en chino y fue traducida en la presentación. Los médicos parecían no saber que el periodista sabía mandarín.
La afirmación de la Sra. Tatlow de que el personal editorial de The New York Times desestimó las pruebas de asesinatos masivos de prisioneros de consciencia en China por sus órganos —pruebas que existen más allá de toda duda razonable— como «los márgenes exteriores de la defensa» es preocupante. El razonamiento del redactor con el que el periodista discutió el asunto de que «los de Falun Gong son irracionales y poco fiables» es erróneo desde varias perspectivas.
Una es que la investigación sobre el abuso de trasplantes de órganos en China con víctimas de prisioneros de consciencia proviene principalmente de no practicantes de Falun Gong que se basan sobre todo en pruebas que no emanan de la comunidad Falun Gong. Incluso las pruebas que provienen de la comunidad son corroboradas en su mayoría por personas ajenas a ella. Ni yo, ni David Kilgour, ni Ethan Gutmann, ni ninguno de los siete miembros del Tribunal de China somos ni hemos sido nunca practicantes de Falun Gong.
En segundo lugar, Falun Gong es un movimiento enorme, que comenzó en China con unos 100 millones de practicantes antes de ser reprimido en 1999, y desde entonces se ha extendido por todo el mundo. Calificar de irracional y poco fiable a un grupo tan grande de personas que no tienen nada en común más que los ejercicios que practican y un conjunto de creencias espirituales disponibles públicamente, que no tienen nada que ver con la sustracción de órganos, es en sí mismo irracional y poco fiable, y una forma de intolerancia.
Igualmente preocupante es la afirmación de la Sra. Tatlow de que el New York Times no quería que ella informara sobre estos abusos a pesar de que tenía —y el Times sabía que tenía— evidencia contundente de que estaba sucediendo por experiencia personal: la confesión de un médico de trasplantes con el que habló. Por si fuera poco, atribuye a los reportajes que ya había realizado sobre los abusos con los trasplantes de órganos en China el hecho de que no recibío de la sede central del Times la promoción dentro del periódico que sus editores regionales habían aconsejado.
Shen Yun Performing Arts, aunque interpreta principalmente danza clásica china, también retrata en forma de danza el asesinato de practicantes de Falun Gong por sus órganos. En estas circunstancias, ¿Es realista la preocupación expresada por The Epoch Times de que el reportaje sobre Shen Yun que planea The New York Times sería «un artículo de impacto»? Parece que sí.
Lista de artículos de Didi Kirsten Tatlow sobre el abuso de trasplantes de órganos en China:
1 «Los trasplantes de órganos sufren debido a los retrasos en el transporte en China» titular de un artículo publicado el 12 de noviembre de 2015.
2) «China incumple su promesa de utilizar órganos de prisioneros para trasplantes», tituló un artículo publicado el 16 de noviembre de 2015.
3) «Nuevas dudas sobre el compromiso de China de modificar la política de trasplantes» fue el titular de un artículo publicado el 18 de noviembre de 2015.
4) «Jefe de trasplantes en China niega haber incumplido su promesa de prohibir los órganos de prisioneros» fue el titular de un artículo publicado el 25 de noviembre de 2015.
5) Un artículo, publicado el 6 de abril de 2016, tenia el titulo: «Conseguir donantes de órganos en China puede ser una ardua batalla».
6) El 11 de junio de 2016 se publicó un artículo titulado: «El plan de un médico para realizar trasplantes de cuerpo completo genera dudas incluso en la desafiante China»
7) El 17 de agosto de 2016 se publico un articulo titulado: «Estalla el debate sobre el uso de prisioneros por parte de China durante la reunión de expertos de Hong Kong».
8) El 18 de agosto de 2016 se publicó un artículo titulado «Defienden la elección de Hong Kong para la reunión sobre trasplantes de órganos».
9) El 19 de agosto de 2016 se publicó un artículo titulado «Se refuta la afirmación china de que el mundo acepta su sistema de trasplantes de órganos».
10) El 24 de agosto de 2016 se publicó un artículo con el titular «Afirmaciones airadas y negaciones furiosas sobre trasplantes de órganos en China».
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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