Funcionarios y activistas estadounidenses están pidiendo al régimen comunista de China que libere a un activista chino de derechos cuya salud se está deteriorando después de una huelga de hambre de casi un mes por las condiciones inhumanas en prisión que padece.
“Nos preocupan las noticias de que el activista por los derechos civiles Xu Zhiyong está en huelga de hambre en protesta por el trato inhumano que recibe en prisión”, declaró el embajador de Estados Unidos en China, Nicholas Burns, en una declaración publicada en las redes sociales el 28 de octubre.
“Instamos a la República Popular China a liberar al Sr. Xu y, mientras tanto, a tratarlo a él, y a todos los presos, con dignidad de acuerdo con las obligaciones de los Estados miembros [de las Naciones Unidas]”, dijo Burns, utilizando el acrónimo del nombre oficial del régimen, la República Popular China.
Xu, defensor de los derechos humanos y académico de Derecho, fue condenado a 14 años de cárcel por un tribunal chino en abril de 2023, en un caso que arrojó luz sobre la represión de Beijing contra los abogados defensores de los derechos humanos y desató la condena mundial.
Xu fue condenado por “subvertir el poder del Estado”, un cargo vinculado a su papel en el Nuevo Movimiento Ciudadano, una iniciativa popular que aboga por los derechos cívicos y exige a las élites del Partido Comunista Chino (PCCh) que revelen su riqueza. Las autoridades suelen utilizar la acusación de “subvertir el poder del Estado” para perseguir y encarcelar a los disidentes.
Xu lleva encarcelado desde febrero de 2020 tras participar en una reunión privada con miembros del Nuevo Movimiento Ciudadano y otros defensores de los derechos en Xiamen, ciudad de la costa sur de China.
Funcionarios y activistas estadounidenses expresaron recientemente su preocupación por el estado de salud de Xu, y señalaron que Xu lleva en huelga de hambre desde el 4 de octubre, exigiendo que se le libere del aislamiento y de otros malos tratos.
Los malos tratos a los que ha sido sometido Xu incluyen “tortura, aislamiento y trabajos forzados”, según el representante Chris Smith (R-N.J.) y el senador Jeff Merkley (D-Ore.), presidente y copresidente de la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China, respectivamente, que emitieron una declaración el 24 de octubre pidiendo la liberación inmediata de Xu.
PEN America, que concedió a Xu el Premio PEN/Barbey a la Libertad de Escritura 2020, expresó su preocupación por la capacidad del disidente para comunicarse con su familia y por su estado de salud.
“Las autoridades penitenciarias siguen negándole a Xu la comunicación con su familia e incluso el acceso a materiales de lectura y escritura”, afirmó Liesl Gerntholtz, directora gerente del Centro PEN/Barbey para la Libertad de Escritura, en un comunicado emitido el 24 de octubre, en el que añadía que la organización está “especialmente preocupada por el crítico estado de salud de Xu” tras semanas de huelga de hambre.
Xu, que fue profesor de derecho en una universidad de Beijing, atrajo la atención del PCCh a principios de la década del 2000, cuando prestó asistencia jurídica a trabajadores migrantes, peticionarios y otras personas cuyos derechos eran vulnerados por las autoridades. También escribió artículos para criticar públicamente a los funcionarios del PCCh, defender un acceso justo a la educación y abogar por una transición pacífica al constitucionalismo en China.
Como resultado del activismo de Xu, cumplió una condena de cuatro años de prisión de 2013 a 2017 por el cargo de “reunir a una multitud para alterar el orden público”.
A finales de 2019, Xu pasó a la clandestinidad tras conocerse varias detenciones relacionadas con la reunión de Xiamen. A pesar de los riesgos, siguió utilizando sus artículos para denunciar la intensificación del control del régimen chino sobre la sociedad.
Pocos días antes de su detención, en febrero de 2020, Xu publicó una carta abierta en la que pedía al líder del PCCh, Xi Jinping, que dimitiera. En la carta, acusaba a Xi de sofocar la libertad en Hong Kong y encubrir la pandemia de COVID-19.
“No autorizó la divulgación de información sobre la situación real, lo que permitió que el brote se propagara de forma explosiva y se convirtiera en un desastre nacional”, escribió Xu. “No creo que sea una persona malvada; más bien, simplemente le falta sabiduría”.
Varios miembros del Nuevo Movimiento Ciudadano siguen encarcelados en China, entre ellos el cofundador Ding Jiaxi, condenado a 12 años de prisión por una corte de la provincia de Shandong en abril de 2023, junto a Xu.
Reporteros sin Fronteras (RSF) instó a la comunidad internacional a intensificar la presión en favor de la liberación de Xu y de otros defensores de los derechos que están detenidos.
“El comentarista político Xu Zhiyong, que no hacía más que servir al interés público comentando la situación política, nunca debería haber sido detenido, por no hablar de torturado y condenado a una pena de cárcel tan dura”, declaró entonces en un comunicado Cédric Alviani, director de la Oficina de RSF para Asia Oriental.
“Pedimos a la comunidad internacional que intensifique su presión sobre el régimen chino para que ponga en libertad a Xu, así como a los 114 periodistas y defensores de la libertad de prensa detenidos”.
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