Se registró un aumento de casos de tosferina, también conocida como tos convulsa, en los estados de Oregón, Washington e Idaho, en el noroeste del Pacífico.
Oregón registró un total de 827 casos de tos ferina en 23 condados durante 2024, según un comunicado del 14 de noviembre de la Autoridad Sanitaria de Oregón —OHA— . Esto supone un aumento de aproximadamente el 2500 por ciento respecto a los 32 casos registrados el año pasado.
En Washington, hubo 1303 casos, con gran diferencia respecto a los 54 notificados en 2023, mientras que Idaho tuvo 25 casos. El año pasado hubo cinco.
La tosferina sólo se da entre humanos y se transmite por la bacteria Bordetella pertussis. Estos microbios se adhieren a las diminutas extensiones en forma de pelo del interior del sistema respiratorio superior, liberando toxinas y provocando la inflamación de las vías respiratorias. Se propaga por el aire al toser o estornudar.
En Oregón, el condado de Lane registró el mayor número de casos este año, con 249, y otros dos condados informaron de más de 100 casos cada uno. La edad promedio de las personas afectadas era de 11 años en ese momento.
«Es preocupante», dijo Lisandra Guzmán, subdirectora de salud pública del condado de Lane. «La tosferina es muy contagiosa, y esa es una de las razones por las que es tan difícil de controlar».
El récord del mayor número anual de casos de tosferina en Oregón fue en 2012, cuando se reportaron 910 incidentes. La OEA dijo que las cifras de casos de este año están en «vía de superar» la cifra de 2012. En lo que va corrido del año, una persona —un adulto mayor— murió a causa de la enfermedad.
La agencia señaló que los bebés demasiado pequeños, a los cuales aún no se les puede vacunar para estar completamente protegidos contra la tos ferina, tienen la mayor probabilidad de hospitalización y muerte. Aparte de este año, las cinco muertes desde 2003 se produjeron en lactantes.
«Me preocupa, dada la época del año, porque la gente asiste a reuniones navideñas en lugares cerrados, y esas reuniones suelen incluir a recién nacidos que son demasiado jóvenes para ser vacunados», dijo Paul Cieslak, director médico de enfermedades transmisibles e inmunizaciones de la División de Salud Pública de la OHA.
Situación a nivel nacional
En Washington, la tosferina se identificó en 31 condados, siendo Chelan, Clark y Whitman los que registran mayores incidencias. Hasta el 2 de noviembre, se produjeron 28 hospitalizaciones este año, incluidos 12 lactantes menores de un año.
El departamento señaló que los lactantes, especialmente los menores de un año, son los que corren mayor riesgo de sufrir enfermedades graves a causa de la tosferina.
«Para proteger a los bebés de la tosferina, las personas de todas las edades deben ponerse al día en la vacunación contra la tosferina, y cualquiera que presente síntomas debe consultar a un profesional sanitario para ver si es necesario realizar pruebas y administrar tratamiento antibiótico», dijo Tao Sheng Kwan-Gett, pediatra y directora científica del departamento.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., este año se notificaron cinco veces más casos de tosferina que en el mismo periodo de 2023. Las cifras de casos en 2024 también son superiores a las registradas en 2019, antes de la pandemia de COVID-19.
«Los informes de casos de tosferina fueron más bajos de lo habitual en los últimos años, durante y después de la pandemia de COVID-19», dijo la agencia.
«Sin embargo, Estados Unidos está retornando a los patrones pre-pandémicos, en los que se suelen notificar más de 10,000 casos al año. Es probable que las medidas para mitigarlos utilizadas durante la pandemia (por ejemplo, uso de mascarillas, aprendizaje a distancia) redujeran la transmisión de la tosferina».
Thomas Murray, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de Yale Medicine, está de acuerdo.
«Los niveles de tosferina disminuyeron drásticamente cuando todos usábamos las mascarillas de protección, y ahora este enorme aumento nos envía de vuelta a los niveles pre-pandémicos, y probablemente un poco por encima», dijo, según una publicación del 16 de septiembre de Yale Medicine.
«Es una enfermedad respiratoria contagiosa que puede propagarse con bastante rapidez entre la población».
Los CDC señalaron que las personas pueden propagar el patógeno justo después de que comiencen los síntomas y durante al menos dos semanas después de que empieza la tos.
Algunas personas con síntomas leves pueden no saber que tienen tosferina y pueden propagar el patógeno sin saberlo.
«Muchos bebés que contraen la tosferina son infectados por hermanos mayores, padres o cuidadores que no saben que la tienen», señaló la agencia.
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