Aumento de los ataques con cuchillo en China pone en evidencia el creciente malestar social

Un vídeo viral muestra cómo una disputa sin importancia se convierte en una pelea con cuchillos en la que participan varias personas, mostrando cómo las frustraciones cotidianas pueden convertirse rápidamente en mortales

Por Shawn Lin y Sean Tseng
17 de julio de 2024 1:37 PM Actualizado: 17 de julio de 2024 1:44 PM

Análisis

En los últimos tiempos, la sociedad china se ve marcada por un preocupante aumento de la violencia indiscriminada, destacada por dos incidentes de apuñalamiento aleatorio a principios de julio y un recuento de al menos 55 personas muertas en agresiones con arma blanca en los últimos dos meses.

En la pequeña localidad de Youma, en la ciudad de Guiping, provincia de Guangxi, el 4 de julio se produjo una escena espeluznante en las inmediaciones de una escuela secundaria local, con vídeos publicados en X que mostraban las secuelas, con al menos cuatro personas heridas en la cabeza, una de las cuales yacía inmóvil. Entre las víctimas había al menos dos menores.

Tras el incidente, la policía local advirtió que no se compartieran las imágenes e intimidó a los habitantes con amenazas de emprender acciones legales por difundir vídeos «no verificados» por las autoridades.

Los detalles sobre el agresor siguen siendo escasos, ya que las autoridades locales aún no revelaron información sobre su captura o sus motivos.

El mismo día, se produjo otro incidente en la calle Xinghua South del distrito de Tiexi, en la ciudad de Shenyang, provincia de Liaoning. Un inquietante vídeo compartido en X muestra a un hombre calvo vestido de gris que fuma tranquilamente un cigarrillo mientras esgrime un cuchillo curvo de grandes dimensiones y ataca causalmente a los residentes del barrio. Varios residentes estaban ensangrentados e indefensos.

La Delegación de Tiexi de la Oficina de Seguridad Pública de Shenyang informó posteriormente de la detención del sospechoso, identificado sólo por su apellido, Wang.

La violencia resultó con tres muertos y un herido. La policía atribuye las acciones de Wang a su «historial de enfermedad mental» —una afirmación a menudo recibida con escepticismo por el público, que la ve como un posible intento de los funcionarios de desviar un escrutinio más profundo de tales incidentes.

Estos ataques suscitaron debates sobre las causas subyacentes y la idoneidad de las respuestas oficiales a tales actos de violencia.

Reflejo de problemas sociales

Muchos creen que los frecuentes ataques con cuchillo en China son síntoma de un malestar más profundo en la sociedad china, pero las autoridades suelen atribuir estos actos violentos a «enfermedades mentales». Según Lai Jianping, antiguo abogado de Bejín y presidente de la Federación para una China Democrática, un grupo de derechos humanos con sede en Canadá, esta etiqueta, aplicada a una serie de agresiones que van desde el acoso escolar a los asesinatos en masa, absuelve ostensiblemente de responsabilidad a los autores.

«La policía china emplea con frecuencia la etiqueta de ‘enfermedad mental’ como pretexto en casos extravagantes», declaró Lai a The Epoch Times. «En tales casos, las autoridades suelen considerar que los problemas se deben a una ‘enfermedad mental’ o a una ‘mentalidad problemática’, utilizando estas afirmaciones como un escudo que aparentemente desvincula los incidentes del gobierno autocrático del PCCh».

El Sr. Lai afirmó que, a lo largo de los años, el PCCh permanece inactivo o actúa con imprudencia. Debido a las políticas perjudiciales de la cúpula suprema, la economía nacional sufre un declive que sume a la población en una situación desesperada. Un número significativo de ciudadanos se enfrenta a lo que él describe como «profunda desesperación, miedo generalizado e insatisfacción general, que se traducen en un intenso resentimiento social».

Añadió que el clima actual de la sociedad china está marcado por actos alarmantes como «asaltos en espacios públicos, homicidios en guarderías, ataques de vehículos a multitudes e incendios provocados en el transporte público —síntomas de una sociedad profundamente afligida».

Este relato contrasta fuertemente con las afirmaciones de funcionarios chinos, incluido un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, que recientemente proclamó a China como «uno de los países más seguros del mundo», aunque no proporcionó datos que corroboraran esta afirmación. A pesar de estas afirmaciones, un recuento no oficial de incidentes recientes relacionados con armas blancas en China cuenta una historia diferente.

Según la información a disposición del público, entre el 7 de mayo y el 4 de julio se registraron en China más de 40 agresiones con arma blanca, con un saldo de al menos 55 muertos y 48 heridos, además de otros tipos de homicidios.

Aunque estas cifras no son oficiales, las autoridades chinas no divulgan públicamente tales estadísticas, dejando que el público recabe esta información de forma independiente.

Los incidentes de violencia por asuntos aparentemente triviales subrayan aún más esta volatilidad. En un vídeo que se ha hecho viral en Internet, una disputa menor se convirtió rápidamente en una pelea con cuchillos cuando un individuo salpicó inadvertidamente a otro mientras barría agua. La pelea pronto implicó a varios miembros de la familia, lo que ilustra lo rápido que las frustraciones cotidianas pueden convertirse en enfrentamientos mortales.

La reacción del público ante este tipo de violencia parece cada vez más insensible. En un episodio ocurrido en el interior de un banco, se produjo un asesinato mientras los transeúntes seguían realizando sus transacciones sin ser molestados. Según algunos comentaristas, esta indiferencia dice mucho de la normalización de la violencia en la vida cotidiana.

Venganza de la sociedad

Chen Weijian, redactor jefe de la revista «Primavera de Bejín» y comentarista político, atribuye el aumento de los incidentes violentos en China a un trío de deficiencias sociales: la falta de integridad moral y política, las dificultades económicas y la marginación de las personas.

Según el análisis del Sr. Chen, muchos de estos individuos, desprovistos de esperanza y de apoyo social o emocional, recurren a medidas extremas —algunos optan por el suicidio, otros por vengarse de la sociedad.

El Sr. Chen también establece paralelismos históricos, señalando un marcado contraste entre las motivaciones pasadas y presentes de la violencia. Mientras que las revueltas históricas iban dirigidas contra funcionarios corruptos, los actos de violencia actuales suelen perjudicar a civiles inocentes, reflejando una salida distorsionada de los agravios sociales.

Sostiene que la supresión sistemática de individuos e intelectuales concienciados desde la «Campaña «Anti derechista» de la década de 1950 ha erosionado la noción de justicia en la sociedad, sin dejar ninguna vía constructiva para abordar los agravios.

La campaña, lanzada en 1957 por el líder comunista Mao Zedong y el Partido Comunista Chino (PCCh), fue una purga política destinada a consolidar el poder y silenciar las críticas.

Iniciada después de la Campaña de las Cien Flores, en la que se animaba a los intelectuales a expresar sus preocupaciones sobre el régimen comunista, la Campaña Anti derechista supuso un cambio radical.

Se dirigió contra intelectuales, académicos y otras personas críticas con la política del Partido, tachándolos de «derechistas». Esta etiqueta tuvo graves consecuencias, como humillación pública, encarcelamiento, trabajos forzados y ejecución. En total, se calcula que 2 millones de personas fueron perseguidas durante esta campaña, que asfixió drásticamente la libertad intelectual y académica en China.

Con información de Ning Xin.


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