El Gobierno de Australia denunció este sábado que la interacción «insegura y no profesional» por parte de un destructor chino con un navío australiano derivó en que varios buzos de su país resultaran heridos leves.
«En medio de una operación de buceo un destructor de China (DDG-139) que navegaba por la zona se acercó hacia la embarcación (australiana) HMAS Toowomba», afirma el ministro de Defensa australiano, Richard Marles, en un comunicado.
En el mismo describe que los hechos ocurrieron el pasado 14 de noviembre en aguas de la zona económica exclusiva de Japón, cuando la fragata australiana llevaba a cabo operaciones de buceo para quitar redes de pesca de sus hélices.
«En todo momento HMAS Toowoomba comunicó su intención de conducir estas actividades de buceo a través de los canales marítimos normales, y utilizando señales internacionales reconocidas», añade.
Pese al aviso, afirma que el destructor chino acortó la distancia y que, después, se detectó su sonar -sistema que utiliza el sonido para ayudar a la navegación mediante la detección de objetos-, de una manera que «ponía en riesgo la seguridad de los buceadores australianos, que se vieron forzados a salir del agua».
Los buzos, cuyo número no se especifica, presentaron heridas menores debido «en principio a estar sometidos al sonar del destructor chino».
«Esta conducta es insegura y no es profesional», añade el comunicado de Marles.
China, que es acusada por algunos países, entre ellos Filipinas y Vietnam, de emplear métodos agresivos en su navegación en aguas del Pacífico en las que tiene reclamaciones territoriales, no ha respondido de momento a la denuncia de Australia.
Esta se produce cuando ambos países habían mejorado sus deterioradas relaciones. A comienzos de noviembre el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, concluyó una visita a China en la que se reunió con el presidente chino, Xi Jinping, la cual calificó de «paso importante para estabilizar las relaciones» entre Pekín y Canberra tras años de tensiones bilaterales.
Los dos primeros ministros acordaron la reanudación de las reuniones anuales de líderes entre China y Australia después de años sin celebrarse.
Los lazos entre Pekín y Canberra comenzaron a tensarse en 2017 por las leyes australianas contra la injerencia extranjera o la exclusión por parte australiana de empresas chinas de los servicios de 5G en 2018, a lo que Beijing respondió en 2020 con duras medidas comerciales que comenzó a aligerar en 2022.
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