Opinión
Australia, el Gran Bretaña y Estados Unidos (AUKUS) acaban de dar un gran paso en la dirección correcta para disuadir la agresión de China.
El 16 de septiembre, el presidente Biden anunció que Estados Unidos y Gran Bretaña ayudarían a Australia a adquirir submarinos de ataque de propulsión nuclear. Los submarinos estarán equipados con misiles de crucero con capacidad nuclear, aunque no con las armas nucleares en sí. Australia comprará misiles de crucero similares para su fuerza aérea.
Biden también anunció una nueva alianza AUKUS con características más vinculantes entre los tres países, países que tienden a ser más duros con el Partido Comunista Chino (PCCh) que Canadá y Nueva Zelanda, Estados que integran la alianza de los Cinco Ojos. Por lo tanto, AUKUS podría ser un nuevo e importante núcleo a partir del cual podría crecer un sistema de alianzas anti-PCCh más extenso.
Aunque en la actualidad sólo se han previsto explosivos convencionales para los nuevos misiles de crucero de Australia, éstos preparan al país con los sistemas de lanzamiento necesarios para conseguir una disuasión nuclear independiente en algún momento del futuro. Otras democracias importantes de Asia, como Japón, Corea del Sur y Taiwán, deberían tomar los mismos pasos para lograr lo que debería considerarse la contención nuclear a China por medio de un anillo de democracias nucleares. El creciente poder y agresividad del PCCh está poniendo en riesgo a las democracias en Asia y en el mundo entero.
Beijing reaccionó mal a la noticia. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que los tres países tienen la «mentalidad anticuada de suma cero de la guerra fría».
Pero el régimen debería reflexionar sobre sus errores. Las democracias no se quedarán tranquilas mientras Xi Jinping intenta utilizar su descomunal ejército para capturar simultáneamente a Taiwán y territorios en India, Japón y los países reclamantes del Mar de China Meridional: Filipinas, Vietnam, Indonesia, Malasia y Brunei. Al parecer, Xi está escuchando a sus partidarios mientras camina hacia un desastre nuclear.
Ya en Washington se habla de un primer ataque nuclear estadounidense contra las crecientes fuerzas de China. Obviamente, esto sería un desastre para todos los involucrados. Pero la construcción estadounidense de esa capacidad, con misiles de alta precisión que podrían apuntar a los silos de misiles nucleares de China, es una estrategia de la era Reagan que en parte hizo caer a la Unión Soviética. El líder soviético, Mikhail Gorbachev, no podía competir a ese nivel, por lo que dio un paso hacia la apertura y la democracia a fines de la década de 1980.
China debería tomar nota. Estados Unidos ha demostrado, históricamente, que defenderá rigurosamente su libertad y la de sus aliados. Para disminuir el riesgo de una escalada nuclear, China debería dejar de actuar de manera beligerante hacia sus vecinos. Esto es importante para Estados Unidos y sus aliados, porque si Beijing logra quitarles territorio a sus vecinos, China se volverá más poderosa y se animará a tomar aún más territorios. Cuanto más poderoso se vuelve Beijing, más amenazante se vuelve para Estados Unidos y Europa.
Las democracias de todo el mundo se están dando cuenta de esto y están planeando cortar de raíz las últimas agresiones del régimen chino mediante la modernización de sus sistemas de armas. Las democracias, que son más sofisticadas tecnológicamente que China, compiten mejor en el nivel nuclear. China compite mejor en términos de poder militar convencional dada su enorme población y base industrial.
Taiwán y Japón reaccionaron positivamente a la noticia de la cooperación de AUKUS con respecto a los submarinos nucleares para Australia, dado que dicha cooperación fortalece la red de alianzas democráticas que buscan contener a China.
Un portavoz de la presidencia de Taiwán dijo: “Mantener el Indo-Pacífico libre y abierto no solo es importante para la seguridad de países vecinos como Taiwán, es esencial para la economía global interconectada de hoy. Por lo tanto, una mayor participación de los miembros de la comunidad internacional es una tendencia positiva y necesaria para la paz y la estabilidad en la región”.
El exministro de Relaciones Exteriores y Defensa de Japón, Taro Kono, quien probablemente suceda al primer ministro Yoshihide Suga, dijo que Japón también debería asociarse más estrechamente con aliados para disuadir la agresión militar de China. «Celebramos mucho que el Reino Unido vuelva a poner los ojos en la región del Pacífico», les dijo a los periodistas. «Es extremadamente importante para Japón trabajar en estrecha colaboración con estos tres países».
Corea del Sur también está en proceso de modernizar sus fuerzas armadas frente a la agresión no solo de China, sino también de Corea del Norte. Seúl ha buscado durante años la propulsión nuclear para sus submarinos, pero Estados Unidos le obstaculiza erróneamente su suministro de uranio. Ahora que Estados Unidos está suministrando a Australia uranio altamente enriquecido (HEU), debería proporcionar lo mismo a Corea del Sur. Ambos son aliados igualmente valorados. Corea del Sur siempre tiene la opción de enriquecer su propio UME si es necesario para su disuasión nuclear y combustible submarino de larga duración.
El 15 de septiembre, Corea del Sur probó con éxito su primer misil balístico lanzado desde submarinos (SLBM). La prueba demuestra que, si Seúl decide convertirse en potencia nuclear, ya cuenta con los sistemas de lanzamiento necesarios. La oficina del presidente emitió una declaración que decía: «Poseer un SLBM tiene un significado importante para asegurar la disuasión contra amenazas omnidireccionales y se espera que juegue un papel clave en la construcción de la capacidad de autodefensa y paz en la península de Corea».
El acuerdo AUKUS debe verse como parte de una respuesta australiana a las amenazas nucleares de Beijing en mayo. Hu Xijin, editor en jefe de Global Times, un portavoz nacionalista del PCCh, amenazó con «ataques de largo alcance en las instalaciones militares e instalaciones clave relevantes de suelo australiano», en un artículo que incluía una foto de un bombardero nuclear chino H-6.
De forma miope, París reaccionó mal a la noticia, ya que canceló la venta de 12 submarinos diesel-eléctricos producidos en Francia, submarinos que tenian un precio de 90,000 millones de dólares. Japón también ofertó por ese contrato, pero perdió ante Francia en 2016.
Los submarinos diesel-eléctricos no pueden permanecer en el mar tanto tiempo y son aproximadamente tres veces más lentos que los submarinos de propulsión nuclear. Los submarinos nucleares tienen un precio de miles de millones de dólares cada uno, en comparación con los cientos de millones que cuestan sus homólogos diésel-eléctricos.
Los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de Francia emitieron una declaración conjunta que decía: «La elección estadounidense de excluir a un aliado y socio europeo como Francia… muestra una falta de coherencia que Francia solo puede notar y lamentar».
Sin embargo, Francia y algunos aliados europeos, en particular Alemania, en ocasiones han estado demasiado cerca de Rusia y China en su intercambio de tecnología y mercados. No han invertido lo suficiente en su propia defensa, debido a sus gastos sociales, a pesar de las crecientes amenazas globales de China, Rusia, Irán, Corea del Norte y el terrorismo. Esta suavidad europea ha llevado al continente a depender demasiado de Estados Unidos para disuadir a Rusia, incluso cuando socavó esa disuasión a través del despilfarro comercial en Moscú y Beijing. Esto ya no es sostenible dado el fuerte giro de China y Estados Unidos hacia Asia. Europa ahora tendrá que aumentar sus propios gastos de defensa para disuadir a Moscú. Esto debería incluir la creación de un ejército de la Unión Europea.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, un conservador, dijo que el acuerdo de hoy es la mayor iniciativa de política de defensa desde que Australia se alió con Estados Unidos en 1951. Describió el acuerdo como una «asociación para siempre… entre los amigos más antiguos y de mayor confianza». Morrison dijo que compraría misiles de crucero para la marina y la fuerza aérea de Australia. Los misiles navales serán Tomahawks, que se producen en Estados Unidos.
El acuerdo entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia es el primer paso hacia una disuasión nuclear independiente para Australia. Pero el resto del camino debe ser completado, no sólo por Australia, sino por Japón, Corea del Sur y Taiwán. Beijing debe escuchar a las democracias alto y claro: Tenemos la plena intención de defendernos.
Anders Corr tiene una licenciatura/maestría en ciencias políticas de la Universidad de Yale (2001) y un doctorado en gobierno de la Universidad de Harvard (2008). Es director de Corr Analytics Inc., editor del Journal of Political Risk, y ha realizado investigaciones en América del Norte, Europa y Asia. Es autor de «The Concentration of Power» (de próxima aparición en 2021) y «No Trespassing», y editó «Great Powers, Grand Strategies».
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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