El gobierno austriaco ha anunciado planes para reforzar la capacidad del país para combatir el terrorismo tras el complot de la semana pasada contra los conciertos de Taylor Swift en Viena.
Tres adolescentes, de entre 17 y 19 años, fueron detenidos en Viena y la cercana localidad de Ternitz y permanecen bajo custodia como sospechosos de planear un atentado terrorista contra los conciertos de la estrella del pop estadounidense los días 8, 9 y 10 de agosto, todos ellos cancelados por los organizadores.
El canciller, Karl Nehammer, escribió un posteo en X en el que decía: «El Consejo de Seguridad Nacional se reúne hoy. Voy a presentar a este órgano un paquete de medidas para garantizar una actuación coherente contra las actividades terroristas».
A continuación, añadió un enlace a un informe del periódico austriaco Kronen Zeitung, en el que se exponían cuatro medidas propuestas por su Partido Popular Austriaco (ÖVP).
Entre ellas, «combatir el islam político», incluyendo la introducción de leyes para prohibir organizaciones que «violen gravemente los valores y principios básicos de un Estado democrático europeo».
Nehammer también propone «reintroducir la prisión preventiva obligatoria condicional sin excepciones para los jóvenes» en casos de asesinato y terrorismo.
También recomendó reforzar los servicios de inteligencia austriacos para que puedan luchar mejor contra el terrorismo y el extremismo.
Batalla por los mensajes cifrados
Una de las propuestas más controvertidas es que los ministerios austriacos de Interior y Defensa puedan vigilar el contenido de los mensajes telefónicos y «controlar los mensajes cifrados mediante la introducción de programas en un sistema u otras medidas técnicas adecuadas».
Actualmente, la ley austriaca no permite vigilar servicios de mensajería o aplicaciones para smartphones como Telegram y WhatsApp.
Nehammer, cuyo partido de centro-derecha aspira a la reelección el mes que viene, dijo tras descubrirse la trama que las agencias de inteligencia austriacas necesitan más poder para piratear mensajes cifrados.
Pero Austria tiene leyes estrictas sobre la privacidad de los datos personales, y los esfuerzos del ÖVP por permitir la vigilancia de los mensajes telefónicos han encontrado una fuerte oposición entre sus socios de coalición, los Verdes.
Según la legislación austriaca, ninguno de los acusados en relación con la trama de Taylor Swift puede ser identificado.
Un abogado defensor que representa al sospechoso de 19 años ha afirmado que la fiscalía exageró el caso contra su cliente.
Werner Tomanek declaró a la Agencia de Prensa de Austria (APA) que su cliente se había dejado llevar por «fantasías» y que no tenía intención de organizar un atentado real contra el estadio Ernst Happel, donde se celebraban los tres conciertos.
Tomanek rebatió las afirmaciones de la fiscalía de que su cliente había hecho una confesión completa.
Dijo: «No tenía ni los medios ni la posibilidad ni los explosivos para llevarlo a cabo».
Tomanek dijo que su cliente parecía tener problemas de salud mental y que era «un lobo solitario sin contactos sociales».
Confirmó que su cliente había hecho una promesa de lealtad a ISIS en línea, pero dijo que era «porque le parecía cool» y que más tarde lo borró.
En noviembre de 2020, cuatro personas fueron asesinadas por el pistolero Kujtim Fejzulai, que tenía una condena previa por intentar unirse al ISIS en Siria.
El presidente austriaco Alexander van der Bellen y el canciller Sebastian Kurz participan en una ceremonia de colocación de coronas de flores el día después de un ataque terrorista en Viena, el 3 de noviembre de 2020. (Thomas Kronsteiner/Getty Images)
Las encuestas de opinión sugieren que el principal rival del ÖVP en las elecciones parlamentarias del 29 de septiembre podría ser el Partido de la Libertad (FPÖ).
El FPÖ ha prometido prohibir el islam político y ha afirmado con frecuencia que Austria está cayendo en la «islamización».
Históricamente, Austria y la vecina Hungría se encontraban en la frontera de la Europa cristiana con el Islam.
En 1541, el Imperio Otomano conquistó Hungría y, en 1683, los turcos sitiaron Viena durante dos meses.
Con el tiempo, la marea cambió y naciones cristianas como Serbia y Bulgaria recuperaron su independencia en el siglo XIX, antes de que el Imperio Otomano se derrumbara en 1918.
La oficina de Nehammer no respondió a la solicitud de comentarios.
Con información de The Associated Press y Reuters.
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