Las autoridades de la ciudad de Qingdao, en el este de China, anunciaron tres nuevas infecciones por el virus del PCCh el 11 de octubre, todas relacionadas con un hospital local, aunque las autoridades no han podido rastrear la fuente del brote.
El 11 de octubre, las autoridades dijeron que los nuevos casos (un paciente que era tratado en el hospital, una mujer que era asistente médica allí y el esposo de la asistente) estaban todos relacionados con el Hospital del tórax de Qingdao, cuyas instalaciones fueron cerradas.
Horas después del anuncio, el gobierno provincial de Shandong ordenó a todos los residentes de la ciudad que se sometieran a pruebas de ácido nucleico.
Desde entonces, los funcionarios han estado en alerta, organizando pruebas masivas de COVID-19, ya que la ciudad costera, que es un importante destino turístico, reportó dos portadores asintomáticos el 24 de septiembre. Pero para el más reciente feriado del Día Nacional, del 1 al 8 de octubre, las autoridades afirmaron que la ciudad era segura para visitar.
También se sabe que el Régimen chino no informa los casos para restar importancia a cualquier crisis; por lo tanto, es difícil evaluar la verdadera escala del brote más reciente.
Poco después del informe de Qingdao, la ciudad nororiental de Dalian emitió un aviso en sus cuentas oficiales de redes sociales: «Todos los residentes no deben ir a Qingdao, a menos que sea para viajes esenciales».
El gobierno de Dalian también pidió a cualquier residente, que haya visitado Qingdao recientemente, que se reportara a las autoridades y realizara estrictos procedimientos de cuarentena, especialmente si visitaron el Hospital de tórax de Qingdao, o cualquier persona que haya tenido contacto con alguien procedente de Qingdao después del 27 de septiembre.
Además, a los residentes que deseen viajar a Qingdao en un futuro cercano se les dijo que deben seguir estrictas reglas de cuarentena al regresar a Dalian.
Las autoridades de Dalian dijeron a los residentes que visitaran el hospital si tenían fiebre, tos, diarrea, fatiga y otros posibles síntomas de COVID-19.
“[Los pacientes sospechosos] no deben tomar el transporte público para ir a un hospital”, dijeron las autoridades.
Desde entonces, decenas de otras ciudades chinas han enviado mensajes similares a sus residentes, como la ciudad de Heze en la provincia de Shandong, Dandong en la provincia de Liaoning, Baicheng en la provincia de Jilin y Ganzhou en la provincia de Jiangxi.
Cuando las autoridades confirmaron los casos por primera vez, en septiembre, afirmaron que el brote provino de mariscos congelados importados, aunque no se tiene conocimiento sobre la propagación del virus por medio de este tipo de productos alimenticios.
En el aumento más reciente de casos, el periódico estatal, Health Times, citó a médicos del hospital de Qingdao, quienes dijeron que las instalaciones estaban cerradas y que no aceptarían nuevos pacientes.
Health Times informó que el hospital estaba tratando a pacientes con COVID-19, pero no reveló cuántos.
El comentarista de asuntos sobre China establecido en Estados Unidos, Tang Jingyuan, dice que las estrictas reglas y requisitos de cuarentena, que obligan a todos los residentes de estos lugares al sometimiento de pruebas, contradicen la gravedad informada del brote.
“A partir de la reacción del gobierno de Shandong y Qingdao, podemos suponer que el brote del virus del PCCh en Qingdao preocupa a las autoridades”, dijo en una entrevista telefónica.
Los principales líderes del régimen chino también están insinuando la importancia política de contener los brotes.
“Después de que el líder chino Xi Jinping anunció que el país ganó la epidemia [el 8 de septiembre durante un discurso], ningún funcionario en China se atreve a informar la magnitud real del brote”, agregó Tang.
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