OREGON— Las autoridades de Oregon incautaron ocho toneladas de marihuana, 17,704 plantas, cuatro armas obtenidas ilegalmente y un gran cantidad de dinero oculto estadounidense en una operación de cultivo ilegal vinculada a cárteles chinos.
La redada del 14 de junio «tenía todas las características de una operación de cártel», con «armas, intimidación y lavado de dinero internacional», dijo a The Epoch Times el sargento Kent VanderKamp, del equipo Equipo Antidroga de Oregón Central (CODE).
Las fuerzas del orden también descubrieron tecnología vinculada al gobierno chino.
«La operación contó con equipos de procesamiento que provenían del gobierno chino», dijo el sargento, incluyendo datos de una estación de llenado de cartuchos de bolígrafos para vapear con un sello fiscal del gobierno chino.
«Eso significa que en algún momento el equipo tuvo que pasar por el gobierno para la exportación», explicó.
Las armas incautadas también fueron significativas.
«Los modelos A.R. 15 estaban equipados con puntos rojos y equipos de grado militar que normalmente no vemos en armas de propiedad privada», dijo VanderKamp.
La redada fue el resultado de una investigación de dos años.
La marihuana cultivada en 20 lugares del centro de Oregón se enviaba presuntamente a Portland para ser distribuida en todo el país, según un comunicado de prensa del CODE.
Las ganancias de las ventas de marihuana se blanqueaban a través de restaurantes chinos y otros negocios que operaban en Oregon antes de ser enviadas de vuelta a China disfrazadas de transacciones comerciales internacionales, dijo el sargento VanderKamp.
«Seguimos el dinero desde Madras, Oregon, hasta Hong Kong», añadió.
La operación utilizaba supuestamente trabajadores chinos que habían sido introducidos en el país a través de la frontera sur.
Uno de los líderes de la organización es un ciudadano chino que, al parecer, realizó gran parte del trabajo en el extranjero relacionándose con el tráfico de los trabajadores.
«La operación utilizaba trabajadores no cualificados que entraban en el país a través de Texas y California esperando trabajar en restaurantes estadounidenses», dijo VanderKamp.
«Los trabajadores tenían visados mexicanos y permanecían en México hasta nueve meses esperando que las condiciones fueran favorables para cruzar», continuó. «Vinieron cuando comenzó el caos en la frontera sur».
Esencialmente como narcoesclavos, los trabajadores estaban pagando deudas en China y cubriendo el costo de su inmigración ilegal.
Cuando llegaron, les dijeron que les darían trabajo en granjas ganando miles de dólares al mes.
«Se les formó en el trabajo y se les dijo que era legal», explicó.
Los trabajadores se encontraron viviendo en los lugares del cultivo y a menudo eran trasladados por el cártel.
Los detectives detuvieron a diez trabajadores, los identificaron, los entrevistaron y los dejaron en libertad.
No serán acusados ya que se les clasificó como testigos.
«Les hemos proporcionado recursos y les hemos puesto en contacto con el consulado chino».
Se han identificado más sospechosos y los detectives esperan más detenciones.
Por desgracia, estas actividades no son inusuales en Oregon.
«Tenemos mucha actividad de cárteles en Oregon, con chinos y rusos que dirigen operaciones de cultivo ilegal de marihuana en interiores y mexicanos, hondureños y otros especializados en cultivos al aire libre», dijo VanderKamp.
Este caso comenzó con las quejas de la comunidad y las pistas sobre varios lugares de cultivo de la organización en la zona, indicó el sargento.
Las operaciones desviaban o robaban cantidades significativas de agua de las casas y granjas cercanas, y directamente de las bombas conectadas a las fuentes de agua subterráneas.
«Los vecinos informaron de la pérdida de agua, así como de personas que iban y venían, y de luces encendidas todo el tiempo», dijo a continuación.
Como resultado, los detectives de la Oficina del Sheriff del Condado de Jefferson comenzaron a investigar y descubrieron la compleja red delictiva.
Los detectives solicitaron la ayuda del Equipo Antidroga de Oregón Central (CODE) y del equipo de Aplicación de la Ley de Marihuana Ilícita del Condado de Deschutes (DCIME) para avanzar en su investigación.
A lo largo de los dos años siguientes, los detectives del CODE y del DCIME, junto con la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos, el Servicio de Impuestos Internos, la Patrulla de Aduanas y Fronteras de los Estados Unidos y el Departamento de Seguridad Nacional, determinaron la estructura organizativa e identificaron a los dirigentes de la empresa delictiva.
Los agentes especiales y los analistas de inteligencia llevaron a cabo cientos de horas de vigilancia física y electrónica a más de 24 miembros de la organización, 20 propiedades, cuentas bancarias y restaurantes de comida china en el noroeste del Pacífico y en Asia.
La cantidad de dinero en efectivo incautada en la operación aún no ha sido revelada, ya que el IRS todavía está procesando todos los fondos.
«Las fuerzas del orden no saben si el gobierno chino estaba al tanto de la operación del cártel», dijo VanderKamp.
«Probablemente estaban tratando de mantenerlo fuera del radar de ambos gobiernos para subvertir los fondos», concluyó.
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