Un avión de vigilancia estadounidense atravesó el estrecho de Taiwán el 17 de septiembre como parte de lo que la Séptima Flota denominó ejercicios protegidos de libertad de navegación, provocando la ira de Beijing.
El P-8A Poseidon, equipado con radares y sensores, «atravesó el estrecho de Taiwán en el espacio aéreo internacional» el 17 de septiembre, según informó el martes la VII Flota en un comunicado. «Al operar dentro del Estrecho de Taiwán de acuerdo con el derecho internacional, Estados Unidos defiende los derechos y libertades de navegación de todas las naciones».
La vía fluvial de 1o0 millas de ancho separa la China comunista de Taiwán, gobernada democráticamente. A pesar de ser reconocidas como aguas internacionales, el régimen chino afirma que caen bajo su jurisdicción y considera cualquier paso de potencias extranjeras como un desafío a su soberanía.
«El tránsito del avión por el estrecho de Taiwán demuestra el compromiso de Estados Unidos con un Indo-Pacífico libre y abierto», declaró la Flota.
El ejército chino envió aviones de combate para seguir a la patrulla estadounidense, según informó el Ejército Popular de Liberación (EPL) en un comunicado el martes.
«Las tropas de teatro están en alerta máxima en todo momento», dijo en el comunicado el almirante Li Xi, portavoz del Mando del Teatro Oriental del EPL, prometiendo «defender resueltamente la soberanía y la seguridad nacionales».
El Partido Comunista Chino (PCCh), que nunca ha gobernado Taiwán, considera la isla autogobernada como una provincia rebelde y nunca ha descartado la posibilidad de utilizar la fuerza militar para controlarla.
En un esfuerzo por desgastar las defensas de Taiwán e intimidar a su gobierno, que se comprometió a defender su democracia, el PCCh despliega habitualmente aviones de guerra y barcos en el estrecho y otras zonas cercanas a Taiwán.
El martes, ocho aviones militares chinos, siete buques de la armada y dos barcos guardacostas fueron detectados en zonas próximas a Taiwán, según el Ministerio de Defensa Nacional en Taipéi.
El aumento de las tensiones en el principal corredor comercial, por el que pasa cada año casi el 50% de la flota mundial de contenedores, ha desatado la inquietud entre las principales economías del mundo.
Desafiando la presión de Beijing, Alemania envió sus primeros buques de guerra a través del estrecho de Taiwán en más de dos décadas. El 13 de septiembre, el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, confirmó que los dos buques de guerra habían atravesado el estrecho.
«Nos oponemos firmemente a las provocaciones y a poner en peligro la soberanía y la seguridad de China en nombre de la libertad de navegación», declaró Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, durante una reunión informativa celebrada en Beijing antes de que se confirmara el paso.
En respuesta, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán defendió la decisión y dijo que Berlín no estaba obligado a notificarlo a ninguna nación.
«Según el derecho marítimo internacional, es bastante normal que no se requiera ninguna notificación en aguas internacionales y que se pueda navegar por ellas libremente», declaró el portavoz en una sesión informativa regular celebrada el 13 de septiembre.
Estados Unidos también realiza con frecuencia lo que denomina «un tránsito rutinario» por un corredor del estrecho más allá del mar territorial de cualquier Estado. El último viaje al que se dio publicidad fue el 22 de agosto, cuando un destructor de misiles guiados, el USS Ralph Johnson, atravesó el estrecho.
El tránsito estadounidense se produjo un día después de que el Secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, hiciera sonar las alarmas sobre las crecientes ambiciones militares del PCCh en el Indo-Pacífico.
El PCCh «sigue invirtiendo fuertemente en capacidades, organizaciones y conceptos operativos diseñados específicamente para derrotar la capacidad de Estados Unidos y sus aliados de proyectar poder en el Pacífico Occidental», dijo Kendall durante un discurso en la convención de la Asociación de Fuerzas Aéreas y Espaciales en Washington.
Kendall afirmó haber observado un creciente malestar en relación con las capacidades e intenciones de Beijing durante sus visitas a la región Indo-Pacífica en los últimos 15 años. Citó que los juegos de guerra chinos cerca de Taiwán se han vuelto más avanzados.
«No estoy diciendo que la guerra en el Pacífico sea inminente o inevitable. No lo es», afirmó Kendall. «Pero sí digo que la probabilidad está aumentando y seguirá haciéndolo».
El ejército chino ha intensificado sus actividades en torno a Taiwán en los últimos años. Durante un simulacro realizado en mayo, China envió 111 aviones militares y 46 buques de guerra al aire y al mar en torno a Taiwán, según el Ministerio de Defensa en Taipéi.
El Ejército Popular de Liberación calificó los ejercicios de dos días de «fuerte castigo» a las «fuerzas independentistas» y de prueba de su capacidad para «hacerse con el poder» en Taiwán, lo que provocó la condena de Washington y sus aliados.
Kendall dijo que las amenazas del PCCh o del EPL son «serias».
«China no es una amenaza futura. China es una amenaza hoy», afirmó.
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