Una niña de 13 años que desapareció de su casa en Texas este mes fue encontrada con vida por la policía en Long Beach, California. Una buena persona la había visto en el interior de un vehículo con un cartel en el que se leía «Ayúdame», y posteriormente llamó a las autoridades, lo que permitió rescatarla.
Según documentos judiciales, la adolescente se había escapado de casa y el 6 de julio caminaba por una calle de San Antonio cuando un coche Nissan gris se detuvo a su lado. El conductor, un hombre de unos 60 años, sacó una pistola y le dijo: «Si no subes al coche conmigo, te voy a hacer daño».
Temiendo por su vida, la chica subió al asiento del copiloto y, cuando le preguntó su edad, respondió que tenía 13 años. En un momento dado él le dijo supuestamente que tenía 26 años y más tarde 43. Ella mencionó que tenía una amiga en Australia, y él le dijo que la llevaría en un crucero a visitarla, pero que antes tenía que hacer algo por él.
A continuación, el hombre supuestamente la agredió sexualmente en repetidas ocasiones en la parte trasera del coche. Volvió a agredirla sexualmente al menos dos veces más en los dos días siguientes mientras conducían de Texas a California.
El 9 de julio aparcaron en una lavandería de Long Beach, en el condado de Los Ángeles, donde el sospechoso entró para lavar la ropa. En ese momento, la chica levantó un cartel que había escrito y que decía: «Ayúdame». Un transeúnte que vio el cartel telefoneó a la policía que, al llegar, presuntamente vio al sospechoso de pie fuera del coche, y vio a la niña pronunciar la palabra «ayuda».
El sospechoso, Steven Robert Sablan, de 61 años, fue detenido y ahora se enfrenta a cargos de secuestro con una posible condena máxima de cadena perpetua en una prisión federal. La policía registró el coche y encontró una pistola de aire comprimido negra, un cuchillo de hoja intercambiable marrón y negro, un cartel escrito a mano con la palabra «ayúdame» y un par de esposas.
El Sr. Sablan tenía dos condenas anteriores por robo con arma mortal de 1985 y 1979, respectivamente.
El ciudadano que telefoneó para ayudar a la joven víctima no fue identificado en los documentos judiciales.
«Quiero elogiar a los miembros de nuestra comunidad por su vigilancia y su voluntad de involucrarse llamando al 9-1-1. Este incidente pone de relieve el papel fundamental que desempeñan los miembros de la comunidad en la protección de las víctimas», declaró el Jefe de Policía, Wally Hebeish, en un comunicado de prensa. «También me gustaría agradecer a nuestros agentes su rápida respuesta y las acciones que llevaron a poner a salvo a esta víctima».
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