El fiscal general William Barr emitió uno de los comentarios más mordaces hasta la fecha sobre la investigación de la campaña Trump, diciendo a los periodistas en una conferencia de prensa el 18 de mayo que los organismos de inteligencia y de aplicación de la ley de la nación «estuvieron involucrados en el avance de una falsa y totalmente infundada narrativa de colusión rusa» contra el presidente Donald Trump.
«Ahora bien, lo que le sucedió al presidente, y lo he dicho muchas veces, lo que le sucedió al presidente en las elecciones de 2016 y a lo largo de los dos primeros años de su administración fue aborrecible. Fue una grave injusticia y no tiene precedentes en la historia de Estados Unidos», dijo Barr. «Se abusó de las normas de investigación y enjuiciamiento adecuados del Departamento de Justicia, en mi opinión, para llegar a un resultado específico».
Barr hizo los comentarios en respuesta a la pregunta de un periodista sobre si el Departamento de Justicia llevaría a cabo una investigación criminal del exvicepresidente Joe Biden y del expresidente Barack Obama a la luz de los recientes comentarios de Trump. Barr señaló que, según la información actual, no espera que la investigación del fiscal John Durham conduzca a una investigación penal de Biden o de Obama.
Barr asignó a Durham para investigar los orígenes de la investigación del gobierno sobre la campaña de Trump, así como la conducta de las agencias de inteligencia y el Departamento de Justicia (DOJ) antes y después de que Trump asumiera el cargo. El FBI abrió una investigación sobre la campaña Trump en 2016 basándose en las acusaciones de colusión con Rusia. El exabogado especial Robert Mueller se hizo cargo de la investigación a mediados de 2017 y, tras una investigación de 22 meses, no encontró pruebas de colusión.
Barr ha dicho anteriormente que la campaña Trump fue espiada, refiriéndose a la orden de la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA) que el FBI obtuvo para vigilar al asociado de la campaña Trump, Carter Page. La decisión de la oficina de obtener la orden estuvo significativamente influenciada por el infame expediente Steele, el cual tenía una investigación no verificada sobre Trump por parte de la oposición. La campaña de Hillary Clinton y el Comité de la Nación Demócrata pagaron por el expediente.
Funcionarios clave del FBI que participaron en la investigación de Trump expresaron una intensa antipatía en su contra, hablaron de impedir que se convirtiera en presidente y hablaron sobre una póliza de seguro en el improbable caso de que ganara las elecciones. Algunos de los mismos funcionarios estuvieron involucrados en la investigación del uso de un servidor privado no autorizado por parte de Clinton para llevar a cabo trabajo del gobierno durante su mandato como secretaria de estado. El entonces director del FBI James Comey usurpó el DOJ a finales de 2016 para exonerar a Clinton en una declaración pública sin precedentes.
«Vimos surgir dos estándares de justicia diferentes. Una que se aplicaba al presidente Trump y sus asociados, y la otra que se aplicaba a todos los demás. No podemos permitir que esto vuelva a suceder», dijo Barr.
«La investigación de Durham está tratando de llegar al fondo de lo que pasó. Y determinará si hubo alguna ley federal quebrantada, y si la hubo, aquellos que la quebrantaron tendrán que rendir cuentas».
Barr hizo sus últimos comentarios sobre la investigación de Durham tras las nuevas revelaciones en el caso del gobierno contra Michael Flynn, el exasesor de seguridad nacional de Trump. El Departamento de Justicia se dispuso a desestimar los cargos contra Flynn después de descubrir evidencia de que el FBI no tenía base para buscar la entrevista con Flynn que eventualmente llevó a los cargos contra él. Poco después de que un agente de la oficina liberó de sospechas a Flynn sobre el asunto de Rusia, los altos ejecutivos de la oficina, incluido el agente especial que expresó su prejuicio contra Trump, intervinieron para mantener el caso abierto.
Trump ha criticado durante mucho tiempo al pequeño grupo de altos funcionarios involucrados en la investigación de Rusia. Tras las recientes revelaciones sobre la posible participación de la Casa Blanca de Obama, el presidente ha utilizado repetidamente el término «Obamagate» para describir la operación contra él. Trump ha dicho que Obama debe haber sabido lo que estaba pasando y puede haber estado involucrado.
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