Las bases aéreas estadounidenses en la región Indo-Pacífica son vulnerables a los ataques con misiles de China, según un grupo de expertos en asuntos exteriores con sede en Washington.
En un informe publicado el 12 de diciembre, titulado «Cratering Effects: Chinese Missile Threats to US Air Bases in the Indo-Pacific» (Efectos de desgaste: Amenazas de misiles chinos a bases aéreas estadounidenses en el Indo-Pacífico), el Centro Stimson afirmó que los militares chinos podrían obtener la superioridad aérea en un conflicto destruyendo las pistas de aterrizaje estadounidenses con misiles.
Los autores diseñaron un modelo para calcular cuánto tiempo podrían permanecer cerradas las bases aéreas estadounidenses si se inutilizaran sus pistas de aterrizaje y despegue, teniendo en cuenta datos como estimaciones de las capacidades de misiles chinas, las capacidades de defensa antimisiles de Estados Unidos y sus aliados, y los tiempos de reparación de las pistas de aterrizaje.
Según los resultados, los ataques a pistas de aterrizaje dirigidos contra Japón podrían impedir el despegue de aviones de combate durante al menos 280 horas, u 11.7 días al comienzo de una guerra.
Y China podría interrumpir las operaciones de combate de Estados Unidos «durante mucho más tiempo» porque los aviones cisterna, que se utilizan para repostar otros aviones en pleno vuelo, quedarían inmovilizados durante más de un mes (33.3 días) en caso de daños en las pistas.
Japón se encuentra entre lo que se conoce como la primera cadena de islas, una cadena de archipiélagos del Pacífico en el Mar de China Oriental y el Mar de China Meridional que va desde Japón en el norte hasta Indonesia en el sur.
Según el informe, en el caso de los aeródromos de Guam y las islas del Pacífico, un ataque a las pistas podría dejar en tierra a los aviones de combate durante 1.7 días y a los aviones cisterna durante 4 días.
«Estos cierres de pistas también podrían hacer retroceder a los bombarderos estadounidenses a bases en Australia, Hawái o Alaska al comienzo de un conflicto, añadiendo horas a los tiempos de vuelo y reduciendo sustancialmente el número de salidas de bombarderos que Estados Unidos podría generar cada día», dice el informe.
Los autores sugirieron que el ejército estadounidense invirtiera en un gran número de drones baratos, armas de precisión de largo alcance y capacidades de reparación de pistas para hacer menos eficaces esos posibles ataques de la China comunista.
También recomendaron una mejor colaboración con los aliados para garantizar que los países amigos estén más dispuestos a abrir sus aeropuertos a los militares estadounidenses en caso de una guerra con China.
El informe señalaba que las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos han desarrollado un programa de Recuperación Rápida de Daños en Aeródromos (RADR), cuyo objetivo es reabrir rápidamente las pistas de aterrizaje tras un ataque y garantizar que la pista siga estando preparada para miles de salidas.
Aunque la capacidad RADR del ejército estadounidense ha aumentado, según el informe, aún no está claro si será suficiente «para recuperar rápidamente la generación de salidas en un conflicto militar».
The Epoch Times se puso en contacto con el Departamento de Defensa para obtener sus comentarios.
El Departamento de Defensa está gastando miles de millones de dólares cada año en su Iniciativa de Disuasión del Pacífico, incluyendo millones en la modernización de aeródromos y bases aéreas, para contrarrestar las amenazas planteadas por el régimen chino en la región Indo-Pacífica.
La iniciativa incluye la construcción del Sistema de Defensa de Guam, que es un sistema integrado mejorado de defensa aérea y antimisiles que protege a Guam de misiles balísticos, hipersónicos y de otros tipos.
La inversión en los aeródromos de Tinian, Guam, Saipán y Palaos, en la segunda cadena de islas, y la formación de pilotos adaptados a las operaciones en estos aeródromos también forman parte de la iniciativa.
Diversos informes estratégicos militares han sugerido como estrategias alternativas los ataques de precisión a larga distancia y el uso de armas baratas y fácilmente reemplazables, como los drones y los misiles hipersónicos.
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