El 25 de mayo el régimen chino advirtió que tomaría contramedidas si Estados Unidos tomaban medidas para socavar sus intereses en Hong Kong. Las declaraciones se hicieron en respuesta a los comentarios de Washington sobre posibles sanciones por una nueva ley de seguridad nacional prevista para la ciudad.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, dijo a NBC el 24 de mayo que el proyecto de ley puede dar lugar a sanciones en virtud de la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong de 2019. Según esta ley federal, el secretario de Estado debe certificar cada año si Hong Kong es lo suficientemente autónomo de China continental para justificar los privilegios comerciales otorgados por Estados Unidos.
La legislación también allana el camino para la imposición de sanciones a los funcionarios chinos y de Hong Kong implicados en abusos a los derechos de la ciudad.
«Parece que, con esta ley de seguridad nacional, van a apoderarse básicamente de Hong Kong y si lo hacen, el secretario Pompeo probablemente no podrá certificar que Hong Kong mantiene un alto grado de autonomía y si eso ocurre habrá sanciones que se impondrán a Hong Kong y a China», dijo O’Brien.
La semana pasada Beijing confirmó que su parlamento, establecido por mera formalidad, iba a impulsar una ley de seguridad nacional para Hong Kong, pasando por alto la legislatura de la ciudad. La ley prohibiría la secesión, la subversión, el terrorismo y la interferencia extranjera, y podría llevar al régimen a establecer sus organismos de inteligencia en la ciudad. La medida ha provocado una protesta en Hong Kong y ha suscitado la condena internacional.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, señaló a los periodistas durante una reunión informativa del 25 de mayo, que Beijing ha presentado declaraciones firmes a Washington sobre los comentarios de O’Brien de que la ley de seguridad de Hong Kong podría conducir a sanciones de EE.UU.
Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China, también expresó el 25 de mayo que el régimen «no permitirá ninguna interferencia externa», en Hong Kong y citó las protestas prodemocracia de 2019 como una razón para la introducción de la nueva ley. El régimen ha culpado sistemáticamente a «fuerzas extranjeras» de fomentar las protestas masivas contra un proyecto de ley de extradición, ahora desechado, que habría permitido que los habitantes de Hong Kong fueran llevados a China continental para ser juzgados en tribunales controlados por el régimen.
Los críticos dicen que la ley permitiría al régimen aplastar las voces disidentes con el pretexto de la seguridad.
O’Brien sostuvo que la medida también pondría en peligro el estatus de Hong Kong como centro financiero internacional.
«No veo cómo [la industria financiera] podría permanecer», dijo. «Una de las razones por las que vinieron a Hong Kong es porque allí existía el estado de derecho, había un sistema de libre empresa, había un sistema capitalista, había democracia y elecciones legislativas locales. Si todas esas cosas desaparecen, no estoy seguro de cómo la comunidad financiera podría permanecer allí».
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