Opinión
El Partido Comunista Chino (PCCh) se ha posicionado estratégicamente para aprovechar las tensiones actuales entre la OTAN y Rusia por Ucrania. Cualquier sanción futura que Occidente pueda imponer a Rusia probablemente impulsará a Putin aún más hacia el plan de expansión global de China.
Mientras que el mundo occidental todavía está en el proceso de darse cuenta de sus propios fracasos al presionar al PCCh para la reforma política durante los últimos 20 años, los líderes políticos de China han estado planeando la estrategia de expansión global del PCCh para asegurar sus próximos 30 años de crecimiento militar y económico integral.
En 2020, el PIB de Rusia fue de tan solo alrededor de una décima parte del PIB de China. Las dos principales provincias de China clasificadas por el tamaño de la economía, Guangdong y Jiangsu, tienen un PIB más alto que la cifra nacional de Rusia.
Rusia puede jugar un papel importante en los planes futuros de Xi Jinping, aunque hasta ahora Putin no se ha pronunciado acerca de si quiere seguir el plan de China. Los conflictos actuales en Ucrania pueden dejar a Rusia sin otra opción que adoptar una posición secundaria para seguir la visión de Beijing.
Lo que Beijing quiere de Rusia
China está ansiosa de que Occidente imponga sanciones económicas contra Rusia, lo que solo hará que la economía de Rusia dependa más de China. China quiere que Rusia y otros países de Asia central formen parte de su retaguardia estratégica cuando el PCCh se expanda aún más en la cuenca del Pacífico.
China ya se siente segura con muchos vecinos al oeste, gracias a que ha construido fuertes lazos con muchos en Irán, en Pakistán y en Afganistán. China necesita que Rusia le cubra las espaldas por el norte para que Beijing pueda centrarse en las otras direcciones para competir con los intereses de Estados Unidos.
El diseño original del corredor de energía fue para conectar Irán y China a través de Pakistán. Ahora, después de que las tropas estadounidenses abandonaron Afganistán en manos de los talibanes, China puede construir oleoductos a través de Afganistán o Pakistán. China ha estado construyendo carreteras y vías férreas en el Tíbet durante las últimas dos décadas, y está preparada para recibir el petróleo de Irán en el extremo del corredor. Beijing espera que el corredor energético, una vez construido, se convierta en una base sólida para apoyar la alianza antiestadounidense entre estos cuatro países.
Sin embargo, sin el apoyo de Rusia, China todavía no se siente segura en el norte. Aunque China ya ha estado comprando petróleo de Rusia a través de oleoductos, el líder chino Xi Jinping quiere a Putin como aliado, no solo como socio comercial.
El PCCh quiere asegurarse de que no tenga preocupaciones al norte mientras el régimen se enfrenta a Estados Unidos y sus aliados del este, apoyando al régimen norcoreano para que aumente sus amenazas a Corea del Sur y Japón; hacia el sureste mientras continúa librando su estira y afloje con Occidente por lazos económicos más profundos con los países del sudeste asiático por el Mar del Sur de China y Taiwán; y al suroeste, para mantener la presión sobre la India, uno de los aliados más importantes del mundo libre en Asia.
Plan del PCCh
Beijing está llevando a cabo su Iniciativa China 2049, un plan agresivo para asegurar el dominio mundial de China para el año 2049, el centenario de la fundación de la China comunista.
El PCCh ha estado trabajando de manera sigilosa y constante en la construcción de un sistema global bajo su propio liderazgo, que puede tener cierta similitud con el Pacto de Varsovia bajo la antigua Unión Soviética, sin embargo es de naturaleza muy diferente.
El Pacto de Varsovia, dominado por la Unión Soviética, fue una alianza militar basada en la ideología comunista. La alianza global que Beijing ha tratado de construir es un sistema que estará dominado por el PCCh a través de los dominios de la economía y la tecnología moderna.
Beijing ha ayudado a Kim Jong Un a proteger todo el sistema de información de Internet en Corea del Norte. Las tecnologías de China son famosas por sus puertas traseras integradas. Los países cuyas infraestructuras de información y datos están construidas por empresas chinas ya no podrán guardar ningún secreto a China. Este acceso de puerta trasera es un arma que el PCCh puede usar para vigilar a sus aliados de una manera mucho más eficaz y eficiente de lo que hizo la Unión Soviética usando la KGB.
Por supuesto, China no asegurará el liderazgo mundial simplemente proporcionando tecnologías a sus aliados. La infiltración económica es la base de los planes de Beijing para dominar una nueva alianza global centrada alrededor de China.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) de Xi ha sido el proyecto de prioridad nacional de China desde 2013, que se puso en marcha solo unos meses después de que asumiera el máximo cargo del PCCh.
Bajo la BRI, China envía sus propias empresas, trabajadores, equipos y materiales para construir carreteras, puentes, aeropuertos y otras infraestructuras para los países en desarrollo, todo procedente de China. Los países que se adhieran a la iniciativa quedarán con enormes deudas con China mientras su economía local sufre.
La iniciativa se diseñó originalmente para resolver los problemas de China con el exceso de capacidad en su industria de la construcción. Pero gradualmente, se convirtió en la pieza central de los planes de expansión global del PCCh.
Actualmente, los proyectos BRI se encuentran en todos los países de Asia Central, que Rusia considera su patio trasero.
China también ha tratado de expandir su iniciativa al sudeste asiático, ya que la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) ha sido durante mucho tiempo el mayor socio comercial de China, superando el comercio tanto con la UE como con Estados Unidos.
Beijing quiere que la crisis en Ucrania se intensifique
Bajo el liderazgo de Xi, China se ha virado rápidamente hacia la práctica del fundamentalismo comunista. Los líderes de Beijing sabían que sin una reforma política, no podrían seguir confiando en las tecnologías, las inversiones y los mercados de consumo de Occidente de la misma manera que lo han hecho durante los últimos 20 años, luego de que China se uniera por primera vez a la OMC en 2001.
El régimen chino, por lo tanto, ha adoptado un enfoque diferente para su objetivo de 2049. En lugar de depender de la asistencia de Occidente para su futuro crecimiento económico, Beijing quiere ganar su liderazgo mundial a través de una competencia asfixiante con el mundo libre.
En este enfoque, Rusia se convierte en un factor crucial para una estrategia ganadora.
China conoce su propia historia. Los líderes de Beijing no quieren que Rusia desempeñe un papel similar al que tuvo China durante la Guerra Fría: convertirse en un aliado del Occidente democrático liberal.
Xi quiere que Putin se convierta en el segundo hombre en la alianza global del PCCh. Muchos medios estatales en China han estado debatiendo abiertamente acerca de convertir a Rusia en un aliado. Xi inició conversaciones con Putin para discutir cómo ambos países pueden iniciar un sistema de intercambio monetario internacional independiente al margen de SWIFT, el actual sistema financiero interbancario global que solo utiliza dólares estadounidenses.
El único problema con la agresiva estrategia de Beijing es que Rusia también es un país con una larga historia y una cultura rica y de orgullo. Putin no está necesariamente interesado en escuchar a Xi.
Por lo tanto, cuando la crisis de Ucrania comenzó a desarrollarse, los líderes del PCCh lo vieron como la oportunidad perfecta para hacer que su lento vecino, el oso polar, se uniera a sus planes.
El 23 de enero, China envió 39 aviones de combate a la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán. El 30 de enero, Corea del Norte realizó otra prueba de misiles, la séptima prueba de misiles en el mes de enero.
Todas estas actividades provocativas ocurrieron dentro del mes previo a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing. Este fue un período supuestamente para que la maquinaria de propaganda de China pregonara el liderazgo exitoso del PCCh y las contribuciones de Beijing para ayudar a todo el mundo a construir el «destino común».
¿Por qué Xi de Beijing y Kim de Corea del Norte eligieron este mes para intensificar sus posturas agresivas?
Xi y Kim claramente estaban tratando de enviar un mensaje a Putin: haga lo que tenga que hacer en Ucrania. China y Corea del Norte son la retaguardia estratégica de Rusia frente a la OTAN y, a cambio, Xi y Kim quieren que Putin los respalde cuando se enfrenten a Estados Unidos en la región del Pacífico.
Por lo tanto, Xi Jinping esta ansioso de que Putin dé su mando de invasión a los militares rusos.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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