WASHINGTON—La caótica salida de Estados Unidos de Kabul ha supuesto una «oportunidad de oro» para China, pero poner a prueba la determinación de Estados Unidos en relación con la independencia de Taiwán será un gran error por parte de Beijing, según expertos.
A través de sus medios de comunicación, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha impulsado la narrativa de que «Estados Unidos no es fiable» y que Washington dejaría a Taiwán en el abandono, al igual que su «abandono de Afganistán«, si Beijing invade la isla.
Según Dean Cheng, investigador principal de la Fundación Heritage, ha habido una creciente campaña de intimidación militar y propaganda dirigida contra la isla democrática para socavar la confianza del pueblo taiwanés en el apoyo y el compromiso estadounidenses. Pero, China estaría incurriendo en un «comportamiento notablemente arriesgado» si decide utilizar la fuerza contra Taiwán.
«Beijing estaría jugando con fuego, estaría corriendo riesgos increíbles para probar si Estados Unidos seguiría comprometido con Taiwán», dijo a The Epoch Times.
Estados Unidos podría ser imprevisible, dijo, a la hora de decidir el uso de la fuerza en defensa de un país que está siendo atacado.
«Es útil recordar el ejemplo de Corea del Sur en 1950 y el de Kuwait en 1990» para comprender la posibilidad de que Estados Unidos defienda a Taiwán, dijo.
La Corea del Norte comunista invadió Corea del Sur en junio de 1950 y a los pocos días Estados Unidos acudió en ayuda de Corea del Sur sin tener ningún compromiso de tratado de defensa.
Estados Unidos no tiene una relación diplomática formal con Taiwán, pero mantiene lazos no oficiales con la isla autogobernada en virtud de la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, que no incluye ningún compromiso de defensa, aunque dice que «cualquier esfuerzo por determinar el futuro de Taiwán por medios que no sean pacíficos… [es] de grave preocupación para Estados Unidos».
La importancia económica y estratégica de Taiwán ha crecido a lo largo de los años, y su independencia se ha convertido en algo vital para Estados Unidos y sus aliados. Una invasión militar de Taiwán por parte de Beijing causaría graves perturbaciones en la cadena de suministro de múltiples industrias, ya que la isla alberga algunas de las mayores y más avanzadas fábricas de chips del mundo.
La administración Biden respondió a la propaganda del PCCh, reafirmando el compromiso de Estados Unidos con Taiwán.
«Creemos que nuestro compromiso con Taiwán y con Israel sigue siendo tan fuerte como siempre», dijo el consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan a los periodistas el 17 de agosto.
Según Rupert Hammond-Chambers, presidente del Consejo Empresarial Estados Unidos-Taiwán, «el hecho de que Sullivan agrupe a Israel y Taiwán al describir la determinación y los compromisos estadounidenses» es un paso importante.
«No hay ningún socio de seguridad en Oriente Medio más importante que Israel y situar a Taiwán en el mismo contexto proporciona más claridad y menos ambigüedad sobre las intenciones estadounidenses en el norte de Asia», dijo. «A largo plazo, esto es algo bueno y una tendencia saludable».
Aunque las comparaciones entre Taiwán y Afganistán son difíciles, la debacle afgana ha sido una «oportunidad de oro» para Beijing, ya que ha debilitado la capacidad de Estados Unidos para presionar a China, según Cheng.
El impacto se verá, por ejemplo, en la competencia de la cadena de suministro global y en la presión de Estados Unidos para sacar a los proveedores industriales de China.
«Creo que uno de los grandes desastres de Afganistán es que China va a presionar a sus socios económicos» para que no dependan de Estados Unidos, sino que aumenten los lazos comerciales con Beijing.
Los chinos han estado jugando con ese aspecto al asegurar las cadenas de suministro recientemente, señaló, y presionando a las empresas multinacionales y a los gobiernos extranjeros para que no sigan el consejo de Estados Unidos de desvincularse de China.
«El fiasco afgano no tiene que ver con la derrota militar estadounidense en Afganistán», dijo Cheng, sino con «estos elementos político-económicos» que van a influir en otros países.
Esto va a debilitar la capacidad estadounidense de presionar a Beijing y, a la inversa, va a reforzar la capacidad del PCCh de presionar a empresas y países, añadió Cheng.
La tendencia es evidente, señaló, en la reciente expansión del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei en los mercados emergentes después de que fuera expulsado de los países occidentales debido al boicot liderado por Estados Unidos.
Con informacion de Eva Fu y Frank Fang.
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