El régimen chino está exportando a Estados Unidos su represión ultraizquierdista contra las religiones a través de materiales difamatorios en los libros de texto universitarios, reveló un nuevo informe.
Titulado «Vigilancia, calumnias y censura», el informe publicado el 25 de mayo por el Centro de Información de Falun Dafa, con sede en Nueva York investigó docenas de campus universitarios en Estados Unidos con presencia de Falun Dafa, una disciplina espiritual fuertemente perseguida en la China comunista, para examinar cómo la persecución del régimen chino está afectando a los practicantes en Estados Unidos.
El centro de información encontró que al menos 10 universidades, incluidas la Universidad de Yale, la Universidad de Brown, la Universidad de Chicago, la Universidad de Michigan y el Wellesley College, utilizan materiales curriculares para un curso de idioma chino que contiene información difamatoria sobre la práctica espiritual.
El libro de texto, titulado «Discussing Everything Chinese (Discutiendo todo lo chino)», contiene una sección sobre Falun Gong que «intenta legitimar la persecución religiosa del PCCh contra Falun Gong, tergiversando la práctica y acusando a sus practicantes de tener problemas psicológicos», dice el informe indicando la sigla PCCh del Partido Comunista Chino.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual que involucra ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en tres principios básicos: Verdad, Benevolencia y Tolerancia. La práctica ganó popularidad en China durante la década de 1990, con estimaciones del número de seguidores entre 70 y 100 millones.
El régimen comunista, temiendo que el número de practicantes representara una amenaza para su control autoritario, inició una amplia campaña a partir de julio de 1999, que continúa hoy en día, para suprimir la práctica y sus seguidores.
Desde entonces, millones en China han sido detenidos en prisiones, campos de trabajos forzados y otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados, según el Centro de Información de Falun Dafa.
Un componente crítico de la persecución del régimen chino es su campaña de desinformación contra la práctica, cuyo objetivo es poner a los ciudadanos chinos en contra de Falun Dafa y sus practicantes. Con este fin, el régimen se ha basado en gran medida en la propaganda, incitando al odio contra la disciplina espiritual y vilipendiando a sus practicantes.
La campaña de propaganda del PCCh se expandió a Occidente, donde se enfoca en etiquetar a Falun Gong como una «secta» de forma «maligna e inexacta», en un intento de demonizar la práctica, según el informe del 25 de mayo.
“Las dimensiones físicas de la campaña del PCCh para acabar con Falun Dafa han estado acompañadas de un esfuerzo propagandístico masivo y sistemático para difamar y calumniar a Falun Dafa, difundir falsedades e incitar temores infundados de que el grupo es peligroso o violento”, agrega el informe.
Según el documento, el libro “Discutiendo todo lo chino” repite la propaganda del PCCh, al introducir declaraciones amplias como “Falun Gong puede llevar a la gente a la locura” y acusar a los practicantes de promover “ideas extremas como la hambruna, la privación forzada del sueño y el rechazo a cualquier tratamiento médico”—afirmaciones que el Centro de Información de Falun Dafa rechaza. Las asignaciones del texto incluso piden a los estudiantes que asocien la práctica espiritual con los herejes.
El libro de texto también incluye ejercicios que respaldan la Política del Hijo Único de China «como un medio legítimo para controlar el crecimiento de la población» y que promueven «un fuerte sentimiento anti estadounidense», según el informe.
Acoso y censura
Al menos en nueve universidades, los encuestados enfrentaron o escucharon sobre interferencias contra los eventos de Falun Dafa. Seis de esos casos involucraron a la Asociación de Estudiantes y Académicos Chinos (CSSA), vinculada al consulado chino, según el informe.
Supuestamente creadas para ayudar a los estudiantes internacionales y para promover el intercambio cultural, las CSSA forman parte de las actividades de influencia en el extranjero en expansión de Beijing, dirigidas por el Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD) del Partido Comunista Chino (PCCh). La unidad del partido coordina miles de grupos para llevar a cabo operaciones de influencia política extranjera, represión de movimientos disidentes, reunión de inteligencia y el facilitar la transferencia de tecnología estadounidense a China, según los analistas.
Un caso ocurrió en la Universidad de Pensilvania (UPenn), donde un club de Falun Dafa copatrocinó una proyección de un documental titulado «En el nombre de Confucio», que destaca los lazos entre el régimen chino y los Instituto Confucio, un agregado del programa de idioma chino destinado a más de 1600 universidades y escuelas extranjeras en todo el mundo.
El evento del documental fue organizado conjuntamente con el Instituto Athenai y Estudiantes por un Tíbet Libre, y fue anunciado por la Asamblea de Estudiantes Graduados y Profesionales (GAPSA).
Tras el evento, al menos 79 estudiantes y exgraduados vinculados a la CSSA enviaron quejas a GAPSA, enmarcando a los anfitriones del evento como organizaciones “anti-China”, señala el informe. También culparon a GAPSA por promover el evento, etiquetándolo como un “acto de marginación contra la comunidad china en UPenn”.
Según el informe del Centro de Información de Falun Dafa, algunos estudiantes chinos vinculados a CSSA intentaron deslegitimar el evento diciendo que promovía el «odio anti-asiático», a pesar de que tanto el director de la película como el presidente del club de Falun Gong son de etnia china.
“El intento se ajusta a un patrón informado en otros campus universitarios de estudiantes chinos que presentan quejas sobre eventos críticos con el PCCh, alegando que promueven el odio contra los asiáticos”, afirma el informe.
Los estudiantes afiliados a la CSSA también realizaron una campaña de acoso en línea y presionaron a la universidad para que sancionara al club de Falun Gong.
Como resultado, el entonces presidente del club Falun Gong sufrió un trauma y ansiedad continuos por el acoso, según el informe.
“Esto ha sido una tendencia”, dijo Sarah Cook, analista senior sobre China de Freedom House, en relación al incidente.
“Parte del problema era que luego les darían a esos estudiantes la oportunidad de hablar, pero no la oportunidad de que hablara el representante de la Asociación de Falun Dafa, lo cual es realmente problemático, ¿verdad? Entonces uno termina con esta cosa muy unilateral”, dijo Cook a The Epoch Times, agregando que incidentes similares “han ocurrido suficientes veces en diferentes temas que las universidades realmente deberían pensar de manera preventiva cómo van a lidiar con esto, y no esperar a que suceda un incidente”.
“Hay razones legítimas por las que los estudiantes chinos pueden estar experimentando racismo y odio, pero el hecho de que alguien esté criticando al Partido Comunista Chino, especialmente si esa persona es china, eso realmente no cuenta”.
Ella señaló que estos estudiantes son «muy buenos» para aprovechar la «creciente sensibilidad de las universidades hacia la creación de un entorno de tolerancia».
“Pero este también debe ser un entorno de tolerancia para aquellos que son críticos y, a menudo, víctimas personales del PCCh”.
Estigma y trauma
Las huellas de vigilancia y persecución, vinculadas a Beijing contra Falun Gong, son evidentes en muchas universidades, de acuerdo al informe.
Siete han informado al menos un incidente de sospecha de vigilancia física o digital. Un estudiante graduado de Illinois dijo que los diplomáticos chinos en Chicago le ordenaron al presidente de la CSSA que lo sacara del grupo debido a su participación en las actividades de Falun Gong.
Otro estudiante de Carolina del Norte dijo que su padre en China fue acosado y que a menudo le llamaba su madre instándole a que deje de practicar Falun Gong y de asistir a eventos públicos, según el informe. Los encuestados de Arizona, California y Nueva York dijeron que las personas de etnia china los filmaban o les tomaban fotos en los eventos de Falun Gong.
Las agresivas campañas de acoso y las descripciones engañosas de la práctica en los libros de texto chinos y de parte de estudiantes chinos vinculados a la CSSA, han provocado traumas a los estudiantes que practican Falun Gong, según el informe.
La encuesta del Centro de Información de Falun Dafa encontró que muchos practicantes de Falun Gong en las universidades sienten “miedo al estigma” y las “reacciones negativas” de los estudiantes o profesores chinos. Algunos incluso relataron haber experimentado una reacción violenta por parte de estudiantes chinos o no chinos de segunda generación que habían leído la propaganda del PCCh.
Una quinta parte de los encuestados dijeron que se sentían algo o muy incómodos, identificándose a sí mismos como practicantes de Falun Dafa o hablando de ello en clase. Un club de Falun Dafa de la universidad de Minnesota decidió mantener en el anonimato la identidad de los miembros de etnia china por temor a que la publicidad de dicha información pudiera poner en peligro a sus familiares en China.
Los encuestados también mencionaron el acoso en línea y las publicaciones en las redes sociales destinadas a disuadir a las personas de unirse a los eventos de Falun Gong o de interactuar con los practicantes.
Tanto para los chinos como para los no chinos en los campus universitarios de Estados Unidos, “la discriminación y el estigma se experimentan (…) de maneras que serían ampliamente vistos como inaceptables en el caso de otras religiones”, concluyó el informe.
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