El Partido Comunista Chino (PCCh) se moverá rápidamente para establecer una «huella militar» en las Islas Salomón después de concluir un polémico acuerdo de seguridad que abre la puerta para que Beijing estacione en la región sus tropas y su armas, dijo un experto en defensa.
Los dirigentes australianos y estadounidenses se vieron sorprendidos por la divulgación de un acuerdo secreto a fines de marzo entre ambos países, lo que desencadenó una avalancha de actividad diplomática para obligar al primer ministro de las Islas Salomón, Manasseh Sogavare, a cambiar de opinión.
Peter Jennings, director ejecutivo del Instituto Australiano de Política Estratégica, advirtió que el PCCh «no perderá tiempo en moverse rápidamente» para capitalizar la recientemente finalizada «Cooperación en materia de seguridad entre las Islas Salomón y la República Popular China (RPC)».
El acuerdo, en esencia, permite al PCCh —con el consentimiento de las Islas Salomón— enviar policías, soldados, armas e incluso barcos navales para «proteger la seguridad del personal chino y los principales proyectos en las Islas Salomón», según las páginas filtradas del documento.
«China cree en la creación de hechos sobre el terreno», dijo Jennings a Sky News Australia el 20 de abril. «Nosotros veremos muy rápidamente los siguientes pasos que se dan para que China establezca una huella militar en Honiara y creo que es algo en lo que tenemos que trabajar muy duro —esperemos que de forma bipartita— para evitar que ocurra».
Jennings declaró posteriormente al medio Sydney Morning Herald que espera que Beijing aproveche el período electoral de Australia, hasta el 21 de mayo, mientras el gobierno está en modo provisional.
En tanto Australia y Nueva Zelanda mantienen desde hace tiempo una presencia de seguridad en la región.
El Partido Laborista de Australia, de oposición de centro-izquierda, cuestionó la eficacia del compromiso diplomático de Australia en la región y calificó la firma del acuerdo de cooperación en materia de seguridad como el «peor error en política exterior».
«El gobierno debería haber actuado antes. Nosotros vivimos en un mundo en el que las circunstancias estratégicas a las que nos enfrentamos son más arriesgadas e inciertas que en cualquier otro momento desde el final de la Segunda Guerra Mundial», declaró el 20 de abril Penny Wong, portavoz laborista de Exteriores, a la Australian Broadcasting Corporation (ABC).
Sin embargo, según Jennings no importa mucho qué partido supervisará el país.
«Este no es un problema de Australia», dijo Jennings. «Es obra del primer ministro Sogavare de las Islas Salomón, quien, creo que mucha gente estará de acuerdo, parece haber sido cooptado por los chinos».
«Hay muchas especulaciones en torno a Honiara de que hay una gran cantidad de dinero chino moviéndose entre las élites del país, y no creo que eso sea ajeno al acuerdo que se ha alcanzado ahora», añadió.
La corrupción ha asolado al gobierno nacional. Erin McKee, embajadora de Estados Unidos en Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón y Vanuatu, advirtió en diciembre sobre el mal uso de los fondos de ayuda tras las violentas protestas en las que se vio cómo arrasaban el barrio chino de Honiara.
«Les pido que decidan por sí mismos qué tipo de desarrollo y futuro quieren para ustedes y sus familias. ¿Quieren una ayuda que beneficie a una persona, a un partido y a una cuenta bancaria?», dijo McKee en una declaración.
Las protestas fueron la culminación de un continuo descontento con el gobierno de Sogavare por cuestiones como la mala prestación de servicios, los sobornos y el escaso desarrollo económico.
«Los recursos naturales son eliminados de nuestras islas y nuestra gente es más pobre después de eso», de acuerdo a una declaración de Matthew Wale, líder de la oposición de las Islas Salomón. «No se ha producido ningún desarrollo sostenible tangible de esta economía explotadora. La riqueza del país se va al extranjero a través de precios de transferencia sin control, con la ayuda y la complicidad de los líderes del país».
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