Aunque durante mucho tiempo fueron un elemento básico del entretenimiento moderno chino, las series de televisión y las películas ambientadas en el pasado imperial son ahora objeto de censura de parte de las autoridades comunistas chinas. Las obras populares de época fueron desapareciendo de los canales de televisión, de los sitios de transmisión en línea y de los cines en lo que parece ser otra medida enérgica de censura sin previo aviso.
En enero, los medios de comunicación estatales criticaron las historias dramáticas, diciendo que distorsionaban la historia. Fuentes internas y expertos especulan que la prohibición tiene mucha relación con las preocupaciones y los conflictos ideológicos dentro de la industria.
Los medios de comunicación chinos informaron que los reguladores nacionales de cine y televisión impusieron severas restricciones a la producción y distribución de historias de época, de acuerdo a la opinión de la gente que trabaja en el negocio del entretenimiento. Un actor dijo que la prohibición es impulsada por los esfuerzos del Partido Comunista Chino (PCCh) para conseguir más público para sus películas “rojas” y programas que exhiben valores comunistas.
Según los informes, las restricciones actuales – que han afectado a programas con temas relacionados con la historia, las artes marciales, la fantasía, la mitología y las intrigas de la corte imperial- permanecerán en vigor hasta finales de junio.
Toda la programación prevista debe ser reemplazada por programas aprobados políticamente, y los que están ya distribuidos deben ser eliminados, de acuerdo con las instrucciones recibidas.
Historias de la corte imperial ‘insalubre’
El 25 de enero, el periódico Beijing Daily, controlado por el PCCh, publicó un comentario que criticaba la popular serie “Historia del Palacio Yanxi”. Ambientada en la dinastía Qing durante el reinado del emperador Qianlong (1711 – 1799), la serie de televisión de 70 episodios describe la vida y las luchas de una de las concubinas de Qianlong.
Aunque “La historia del Palacio Yanxi” fue un éxito inmenso, era “insalubre” debido a sus “impactos negativos”, según el comentario del Beijing Daily. Éstos incluían la promoción del estilo de vida imperial, el daño a la “ecología social” a través de la intriga llena de glamour de la corte imperial, el “menosprecio al liderazgo actual que glorificaba al emperador”, la promoción del lujo y la extravagancia, y la “decidida búsqueda de intereses comerciales”.
Otra obra afectada por este cambio imprevisto incluye los 50 episodios de “Emperatriz Dugu”, que se emitió por primera vez el pasado 11 de febrero, sin embargo se espera que sea retirado de la programación y de la transmisión en línea el 25 de marzo, según el productor del programa. Otros programas actuales y futuros afectados por las restricciones incluyen “La Nueva Leyenda de Madame Serpiente Blanca”, “Mi Poseidón”, “Novoland: Bandera de Águila”, “Orden de Chenqing” y docenas de otras series.
Estrellas de cine en la mira
Las autoridades del PCCh habían comenzado a imponer mayores restricciones a las que ya existían a mediados de 2018, cuando las estrellas de cine y los profesionales de la industria fueron sometidos a un fuerte escrutinio.
El 3 de octubre, Fan Bingbing, una estrella de primera línea de cine chino, fue condenada a pagar unos 884 millones de yuan (129 millones de dólares) en impuestos y multas atrasadas. Al mes siguiente, se pidió a otros 550 actores chinos que pagaran los impuestos aún pendientes. El 22 de enero, las autoridades chinas anunciaron que se habían recuperado más de 11.000 millones de yuanes (1620 millones de dólares) en impuestos no pagados de celebridades y compañías de entretenimiento.
De vuelta hacia atrás
La situación actual marca un cambio peculiar con respecto a las actitudes anteriores.
Hace seis meses, el Beijing Daily publicaba un editorial elogiando “La historia del Palacio Yanxi” por haber “salvado la belleza de las series de televisión hechas en China”. El artículo original fue eliminado, pero se lo puede encontrar en capturas de pantalla.
Sang Pu, un comentarista de asuntos de actualidad radicado en Hong Kong, dijo el 28 de enero a Radio Free Asia que la obra fue retirada de la programación debido a los incómodos paralelismos entre su pasada trama y la actual lucha entre facciones dentro del régimen del PCCh.
Deutsche Welle citó el 28 de enero a un actor chino sin identificarlo diciendo que la prohibición de las historias de época surgió como un movimiento ideológico para conseguir que más gente vea programas de propaganda comunista, que de otra manera no serían competitivos en el mercado del entretenimiento.
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