El régimen chino sigue impidiendo que el abogado de derechos humanos chino, Wang Quanzhang, se reúna con su esposa e hijo a más de dos semanas de ser liberado de la prisión.
Ahora, el gobierno de Estados Unidos está pidiendo a Beijing que deje de restringir sus movimientos.
«#Wang Quanzhang todavía no puede reunirse con su familia en #Beijing», declaró la Comisión Ejecutiva del Congreso de China (CECC) en un tuit el 21 de abril.
«Los presidentes renuevan su llamamiento para poner fin a su detención arbitraria e instan a los @UN_SPExperts a investigar la práctica del gobierno chino de someter a los prisioneros políticos a exilio/arresto domiciliario después de completar las penas de prisión», añadió la Comisión.
Wang ha defendido a activistas locales, a víctimas de la apropiación de tierras por parte del gobierno, y a practicantes de Falun Dafa, una práctica espiritual que es severamente perseguida por el régimen chino.
Fue arrestado en julio de 2015 como parte de una campaña nacional contra cientos de activistas y abogados. En enero de 2019, fue condenado a cuatro años y medio de prisión por subversión del poder del Estado, un cargo de gran alcance que Beijing utiliza contra los disidentes.
Después de completar su sentencia, incluyendo el tiempo que pasó en prisión preventiva, Wang fue liberado el 5 de abril. Sin embargo, no se le permitió regresar con su familia que vive Beijing. En su lugar, fue llevado a su ciudad natal en la ciudad de Jinan en la provincia de Shandong en el este de China, para la cuarentena durante 14 días.
El 17 de abril, la ONG holandesa Lawyers for Lawyers emitió una declaración con 36 signatarios, en la que pedía a las autoridades chinas que respetaran la libertad personal de Wang y dejaran de utilizar la actual pandemia para prolongar su encarcelamiento.
Al día siguiente, Amnistía Internacional expresó la misma preocupación sobre la utilización de la pandemia por parte de Beijing «como una excusa para frenar su libertad».
El 20 de abril, la esposa de Wang, Li Wenzu, tuiteó que la policía local finalmente le había devuelto el teléfono a Wang.
Li, que está en contacto con su marido, añadió que pudo recibir llamadas de amigos y periodistas, mientras se reunía con su colega abogado de derechos Xie Yang en Jinan.
El 22 de abril por la tarde, hora local, Li tuiteó una carta dirigida al gobierno de EE.UU., agradeciendo al Departamento de Estado su declaración pública dos días antes.
«Estados Unidos pide a la República Popular China (RPC) que permita la libertad de movimiento del abogado de derechos humanos Wang Quanzhang, incluyendo la posibilidad de reunirse con su familia en Beijing, ahora fue liberado después de cinco años de detención injusta», declaró el Departamento de Estado.
En la carta, Li dijo que se sintió más animada y confiada después de ver la declaración pública, e hizo un llamamiento al gobierno de Estados Unidos para que siga vigilando la situación de Wang. Añadió que a Wang todavía no se le permitía reunirse con su familia en Beijing.
Hong Kong Cable Television habló recientemente con Wang, el abogado dijo que nunca confesó haber hecho nada malo durante su detención y encarcelamiento. Los disidentes suelen ser presionados por las autoridades para que confiesen sus presuntos delitos ante las cámaras, como parte de los esfuerzos de propaganda del régimen chino.
Wang añadió que, tras su liberación, los funcionarios le dijeron que se le despojaría de sus derechos políticos y que no se le permitiría ir a Beijing.
Añadió que lo que más quería en este momento era ver a su esposa e hijo.
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