El viceprimer ministro chino, Liu He, anunció esta semana que Beijing respaldaría a las empresas privadas. Sin embargo, los expertos dicen que el régimen chino simplemente está tratando de «apaciguar» a la gente para aumentar la confianza del público mientras afianzan las recientes medidas regulatorias contra las empresas nacionales.
El 6 de septiembre, Liu declaró en un foro: «Las pautas y políticas para apoyar la economía privada no han cambiado… y no cambiarán en el futuro», según el medio estatal Xinhua. El jefe del regulador del mercado recalcó más tarde que dichas pautas y políticas de Beijing no cambiarán.
El analista de asuntos de China, Tang Jingyuan, cree que frenar a las empresas privadas mientras se apoya el crecimiento de las empresas estatales es «una política establecida» que no cambiará en el mandato del líder chino Xi Jinping.
«Las garantías de Liu He están básicamente dirigidas a la opinión pública», le dijo a The Epoch Times.
Beijing ha implementado nuevas regulaciones en los últimos meses que apuntan a varias industrias como las grandes tecnológicas, la educación privada, el entretenimiento y los juegos, y castiga a aquellas que supuestamente alteraron el orden del mercado o violaron los derechos de los consumidores.
Tang dijo que el papel del Partido Comunista Chino (PCCh) es actuar como «un policía malo», y agregó que el viceprimer ministro debe «jugar al policía bueno» para aliviar el pánico en el sector privado y evitar otra pérdida de confianza pública.
Según Tang, el movimiento reciente se ha dirigido a las grandes empresas privadas, en particular a las empresas de tecnología con vínculos políticos que no apoyan a los principales líderes. Sin embargo, las duras purgas de líderes empresariales llevarían a la resistencia de las pequeñas y medianas empresas privadas y desalentarían los flujos de capital, dijo.
El gigante del comercio electrónico de China, Alibaba Group, recibió una multa de 2800 millones de dólares en abril por tácticas anticompetitivas. La multa se dio meses después de octubre de 2020 cuando su fundador, Jack Ma, pronunció un discurso que desafió al vicepresidente, Wang Qishan, afirmando que China tenía «demasiadas prohibiciones y limitaciones con muy pocas políticas».
Luego, los reguladores detuvieron la oferta pública inicial de Ant Group en Hong Kong y en Shanghai, en noviembre de ese año. Ant Group es una empresa afiliada de Alibaba Group.
El antiguo académico de la Universidad de Harvard, Tao Ray, dijo que la gente ahora tiene miedo de hacer los movimientos equivocados y de que por ello se les responsabilice. «Todo el mundo está esperando y mirando, desde los funcionarios del gobierno local hasta los inversores en China o en el extranjero», le dijo a The Epoch Times.
Apaciguamiento
Un artículo de opinión, que se publicó recientemente en WeChat, una red social china, y que circuló ampliamente en los medios estatales, describió la reciente represión regulatoria de Beijing contra varias industrias como un «cambio profundo» y enfatizó que quienquiera que se oponga a la campaña será dejado de lado.
«Estas regulaciones causaron un poco de pánico», dijo el periodista independiente con sede en Beijing, Gao Yu, a The Epoch Times, calificando la medida como «una exageración».
Tras las nuevas normas para los videojuegos en línea, las empresas de comercio electrónico, los clubes de fans de famosos y las empresas de transporte por carretera, el líder chino Xi Jinping también propuso la «prosperidad común» en una conferencia financiera hace tres semanas, para reducir, según él, la creciente brecha de riqueza en China.
Xi destacó el enfoque de las “tres distribuciones” para abordar el problema de la desigualdad de ingresos, una noción propuesta por el economista chino Li Yining en 1994, que se refiere al mercado, las políticas gubernamentales y las donaciones voluntarias.
Desde entonces, decenas de empresas que cotizan en bolsa se han comprometido a hacer donaciones a la sociedad en respuesta al llamado de Beijing para compartir su riqueza. Alibaba Group anunció el 2 de septiembre que invertiría USD 15,500 millones para 2025 en apoyo a la iniciativa.
«Es necesario que existan políticas de apaciguamiento», dijo Gao, dado que las empresas privadas ahora absorben una gran parte de los ingresos fiscales y los recursos laborales de China.
Liu también mencionó el lunes que la economía privada aporta más del 50 por ciento de los ingresos fiscales, más del 60 por ciento del PIB y el 80 por ciento de los empleos urbanos en China.
«Si las empresas privadas colapsan, o huyen con el dinero, o no hacen nada… [sin flujo de capital], lo peor vendrá a la economía de China», dijo Gao.
Pero hay una línea roja que el sector privado chino no puede cruzar, agregó, que es desobedecer a la dirección del Partido.
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