El 21 de julio, 430.000 hongkoneses inundaron las calles para pedir una investigación independiente sobre el uso de la fuerza por parte de la policía contra los manifestantes en las recientes manifestaciones contra el controvertido proyecto de ley de extradición. Los medios de comunicación estatales de China no informaron sobre la marcha del domingo, sino que cubrieron una manifestación a favor de la policía en Hong Kong celebrada el sábado. La prensa estatal china también publicó declaraciones y editoriales que reprochaban con fuerza a los manifestantes de Hong Kong.
Este fin de semana, los hongkoneses siguieron apareciendo en gran número para protestar contra el polémico proyecto de ley de extradición, que permitiría a cualquier país, incluida China continental, solicitar la extradición de sospechosos de delitos de Hong Kong.
El proyecto de ley, ahora suspendido, provocó una amplia oposición debido a la preocupación de muchos hongkoneses de que las autoridades de la ciudad de Hong Kong pudieran ser presionadas para transferir a personas para que sean juzgadas bajo el poco transparente sistema jurídico del régimen chino.
Beijing prohibió que los medios de comunicación chinos informen sobre los acontecimientos en Hong Kong, mientras que la prensa estatal presentó en su propio relato para condenar las protestas.
Marcha del domingo
En el primer acto directo contra al régimen de Beijing, los manifestantes cubrieron el emblema del Partido Comunista Chino (PCCh) con pintura negra, mientras que otros arrojaron huevos contra la insignia de la entrada del edificio. Algunos pintaron graffitis con aerosol en las paredes del edificio.
El organizador de la marcha, el Frente Civil de Derechos Humanos (CHRF), había planeado originalmente que la marcha finalizara en el Tribunal de Apelación Final en el distrito Central. Pero la policía rechazó la propuesta, alegando preocupaciones de seguridad.
De todos modos, miles de personas sobrepasaron la zona límite establecida por la policía, lo que dio lugar a breves enfrentamientos con la policía.
Hacia las 19.00 horas, los manifestantes que seguían marchando hacia el oeste llegaron a la Oficina de Enlace de Hong Kong, que es la oficina de representación de Beijing. Allí, pintarrajearon el edificio.
Los manifestantes también leyeron en voz alta un “manifiesto” frente a la oficina de enlace, reiterando sus demandas, incluyendo la retirada total del proyecto de ley; la liberación de todos los manifestantes arrestados sin ser procesados; y el sufragio universal para elegir a las autoridades de la ciudad.
Respuesta de Beijing
Poco después, el medio estatal chino Xinhua publicó una declaración de un funcionario de la oficina de enlace, quien criticó a los manifestantes por “desafiar seriamente la autoridad del gobierno central”. Además, solicitó que el gobierno y la policía de Hong Kong “castiguen severamente la violencia ilegal”.
El informe no mencionaba el propósito de la marcha, ni la razón por la que los manifestantes expresaron su descontento con Beijing.
Xinhua también publicó una declaración de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado de China, que es la agencia administrativa de Beijing para la gestión de los asuntos de Hong Kong y Macao.
La declaración decía que los manifestantes estaban desafiando el concepto de “un país, dos sistemas”.
Esta es una política que el régimen chino adoptó para Hong Kong y Macao después de que ambas ciudades volvieran a la soberanía china tras décadas como colonias europeas. El régimen chino había prometido que las dos regiones administrativas especiales conservarían su propio sistema de gobierno, su independencia económica y financiera, su sistema jurídico y sus relaciones comerciales exteriores. Sin embargo, muchos en Hong Kong ven al proyecto de ley de extradición como el último indicio de la injerencia de Beijing en los asuntos locales.
Sin embargo, el Diario del Pueblo, el portavoz del Partido Comunista Chino, informó sobre un acto a favor de la policía organizado el 20 de julio por grupos a favor de Beijing, al que, según dijo, habían asistido más de 300.000 personas.
Editorial
El día anterior, el Diario del Pueblo publicó un editorial en el que describía a los manifestantes de Hong Kong como extremistas, señalando que las protestas habían perjudicado la economía de Hong Kong.
Tang Jingyuan, un comentarista político radicado en Estados Unidos, dijo a La Gran Época que a través del editorial, Beijing buscaba fomentar divisiones dentro de la sociedad de Hong Kong.
“Al mencionar las pérdidas económicas a causa de las protestas, Beijing está animando a los hongkoneses a luchar contra los manifestantes. Cuando dos grupos de hongkoneses luchen entre sí, el régimen chino tendrá una buena excusa para reprimir al pueblo y controlar Hong Kong con firmeza”, dijo Tang.
El editorial también dijo que Beijing “apoyaba firmemente” a la jefa ejecutiva Lam y a la policía de Hong Kong.
“Al elogiar su desempeño, Beijing quiere que la gente sepa que Lam no puede renunciar y que la policía de Hong Kong puede usar más fuerza en el futuro”, dijo Tang.
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