El régimen comunista chino está tratando de subvertir el sistema mundial de derechos humanos para evitar la rendición de cuentas por su amplia represión de los derechos dentro de sus propias fronteras, según la activista de derechos Laura Harth.
Harth, directora de campañas de la organización sin ánimo de lucro Safeguard Defenders, con sede en Madrid, dijo que el régimen ha actuado en el Consejo de Derechos Humanos (CDH), el máximo órgano de las Naciones Unidas para los derechos humanos, para remodelar las normas que rodean el escrutinio de la ONU de los historiales de derechos de los países.
«Están proponiendo esta definición: esta idea de los derechos humanos con características chinas, con características socialistas», dijo Harth al programa «American Thought Leaders» de EpochTV.
En junio del año pasado, por ejemplo, el CDH adoptó una resolución propuesta por China sobre «cooperación mutuamente beneficiosa», que según los analistas era un intento por sustituir las resoluciones de «nombrar y avergonzar» por un «diálogo constructivo» en el que participara el Estado infractor. La resolución, adoptada por una votación 23-16, «pretende reposicionar el derecho internacional de los derechos humanos como una cuestión de relaciones entre Estados (…) y no prevé ningún papel significativo para la sociedad civil», según un informe del Brookings Institute de 2020 (pdf).
El problema de lo que está haciendo Beijing es que está «reescribiendo por completo la propia premisa de lo que quería hacer la Declaración Universal de los Derechos Humanos», dijo Harth. «Están reescribiendo el corpus internacional».
En julio de 2020, el régimen reunió a 53 países, incluidas 13 naciones que entonces formaban parte del CDH, para respaldar su draconiana ley de seguridad nacional impuesta en Hong Kong. Solo 27 estados criticaron la ley, que impone duras penas a los delitos políticos y se ha utilizado para silenciar y detener a las voces prodemocracia de la ciudad.
Si el régimen consigue remodelar el marco internacional de derechos para dar prioridad a los principios preferidos por Beijing, como la no injerencia en los asuntos del Estado, los activistas de derechos de todo el mundo perderán el CDH como foro para avanzar y proteger los derechos humanos en cualquier país, advirtió Harth.
La Administración Biden se reincorporó al consejo de 47 miembros a principios de este año después de que el expresidente Donald Trump retirara a Estados Unidos, alegando la parcialidad del consejo contra Israel y que entre sus miembros se encontraban los peores violadores de los derechos humanos del mundo.
El CDH incluye actualmente a China, Cuba, Eritrea, Rusia y Venezuela, todos ellos autores de violaciones de derechos.
Para Harth, el régimen chino es especialmente peligroso porque no solo está llevando a cabo una represión cada vez mayor de las minorías étnicas, los creyentes religiosos y los disidentes a nivel nacional: también está exportando su visión autoritaria a nivel mundial.
«China está acelerando el ritmo para marcar el tono del debate, fijar el tema del debate, cambiar (…) la comprensión de los derechos humanos, la definición de los derechos humanos», dijo.
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