Las acciones de Unilever perdieron unos USD 2000 millones de capitalización bursátil en medio de llamados a boicotear los helados Ben & Jerry’s. Esto ocurre después de que la compañía posteara un mensaje el 4 de julio en el que decía que Estados Unidos debería entregar el Monte Rushmore a los Nativos Americanos.
Las acciones de Unilever, la multinacional anglo-holandesa, cayeron alrededor de un 0.5% el viernes, un 0.8% el jueves y un 0.5% el día anterior. No está claro si la caída se debió a los llamados a boicotear Ben & Jerry’s, que es propiedad de Unilever desde el año 2000.
Todo empezó cuando la empresa de helados con sede en Vermont escribió que «este 4 de julio, ya es hora de que reconozcamos que Estados Unidos existe en tierras indígenas robadas y que nos comprometamos a devolverlas», antes de postear un enlace a una entrada de blog en la que se afirmaba que Estados Unidos devolviera el famoso monumento nacional con cuatro presidentes a los bienes tribales nativos.
«Los rostros del monte Rushmore son los rostros de los hombres que trabajaron activamente para destruir las culturas y las formas de vida indígenas, para negar a los indígenas sus derechos básicos», se afirmó en el posteo.
Varias personas en la plataforma, incluidos destacados conservadores, llamaron al boicot.
«Hagamos de @benndjerrys otro Bud Light», escribió el cantautor country John Rich como respuesta, contestando al boicot de varias semanas contra Bud Light, que ha provocado una caída en picada de las ventas interanuales de la compañía cervecera. Aunque Bud Light no atacó la fundación de Estados Unidos, la empresa fue criticada por producir una lata de cerveza con la cara de la influencer transexual, Dylan Mulvaney.
«Hace tiempo que se debía hacer con Bud Light. Ustedes odian el país, bien. Nosotros no compraremos su producto. Todo bien», escribió otro usuario en respuesta. «¿Cuándo va a renunciar Ben & Jerry’s a sus tierras?», escribió en Twitter Jenna Ellis, exabogada del presidente Donald Trump.
También varios periódicos como el New York Post y el Washington Examiner llamaron a un boicot liderado por los consumidores tras el posteo en Twitter.
«La marca respaldó la broma de mal gusto Occupy Wall Street, por el amor de Dios; esta se alinea con el movimiento anti-Israel BDS. El cofundador, Ben Cohen, financia grupos que se oponen a la ayuda militar estadounidense a Ucrania», escribió el editorial del NY Post antes de pedir el boicot a la empresa de helados. «Recuerden, Estados Unidos, uno no tiene por qué aceptar halagos woke de las élites empresariales. Hablen— con sus carteras».
«Puede ser divertido imaginarlo, pero, por supuesto, Ben & Jerry’s nunca devolverá el terreno en el que se asienta su oficina corporativa. Simplemente presionará a otros para que cedan sus tierras», dijo Examiner.
Ahora estadouidenses «trabajen para intentar cambiar las tendencias» en contra de la empresa, dijo el periódico.
¿Tierra de Vermont?
De otra parte, en una entrevista, un jefe tribal nativo americano, Don Stevens, declaró el viernes al medio New York Post que «espera con interés cualquier tipo de correspondencia con [Ben & Jerry’s] para ver cómo ellos pueden beneficiar mejor a los pueblos indígenas». Si Ben & Jerry’s es «sincera», la empresa debería ceder sus propiedades de Vermont a la Nación Coosuk Abenaki.
«Si ustedes se fijan en la forma de ser tradicional [de los abenaki], somos personas basadas en el lugar. Antes de que hubiera tribus reconocidas en el estado, éramos nosotros los que estábamos en este lugar», dijo Stevens, afirmando que los abenaki se ven a sí mismos como «administradores de la tierra».
La empresa, sin embargo, no es ajena a la polémica y a los llamados al boicot. A lo largo de los años, los fundadores de Ben & Jerry’s han estado adoptando posturas de izquierda o contrarias a Estados Unidos, y también han criticado a menudo los esfuerzos de la política exterior estadounidense, incluida la decisión de Washington de proporcionar ayuda militar a Ucrania en la guerra contra Rusia.
Hace unos años, algunos pidieron el boicot de Ben & Jerry’s después de que se negara a vender sus helados en Cisjordania y la Franja de Gaza, alegando que esas zonas están ocupadas por Israel.
En junio, Ben & Jerry’s anunció que no pagaría por anunciarse en Twitter y afirmó que el «discurso del odio» está aumentando en la plataforma desde que Elon Musk compró la empresa el año pasado. Hace unas semanas, la empresa escribió en un blog que los cambios en Twitter le causaban «gran preocupación» y que «la incitación al odio había aumentado drásticamente, mientras que la moderación de contenidos es prácticamente inexistente».
En marzo, el cofundador de la empresa, Ben Cohen, se pronunció sobre la ayuda militar del gobierno estadounidense a Ucrania, afirmando que, en su lugar, Estados Unidos debería intentar negociar el fin de la guerra.
«Creo que Estados Unidos debería utilizar su poder para negociar el fin de la guerra, no para prolongar la muerte y la destrucción, suministrando más armas», declaró Cohen al Daily Beast en marzo.
El Sr. Cohen fue detenido el jueves por la policía del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) por bloquear una entrada al edificio del Departamento de Justicia (DOJ) en Washington mientras se manifestaba contra la detención del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que lleva años detenido. Una foto mostró a Cohen sosteniendo un cartel con las palabras «liberen a Assange» antes de ser detenido.
The Epoch Times se puso en contacto con Unilever el viernes para pedirle comentarios.
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