Una de las grandes tragedias de la cultura moderna del ajetreo es la pérdida de las cenas familiares alrededor de la mesa. Para muchos hoy en día, la cena es simplemente algo que se come por la noche, ya sea sobre la marcha o delante de la televisión, y normalmente se hace entre los horarios de trabajo, los desplazamientos, las reuniones, las actividades extraescolares y los deberes. A veces viene de una ventanilla de autoservicio o se recalienta en el microondas, y rara vez ocurre para cada miembro de la familia al mismo tiempo.
Sin embargo, hay algunas familias que han conseguido dar prioridad a cenar juntos, reconociendo los muchos beneficios de hacerlo. Incluso si los horarios permiten sentarse a cenar solo una o dos veces a la semana, vale la pena considerar el valor de hacerlo de forma constante.
Conexión
Quizás la razón más importante para considerar la prioridad de cenar juntos en familia es la profunda conexión que fomenta entre los miembros de la familia. Cuando la comida en familia se convierte en un hábito, las conversaciones fluyen y se comparten ideas y sentimientos.
Dejar de lado las distracciones de las muchas obligaciones de la vida, junto con la distracción de los dispositivos digitales, mientras se participa en la experiencia de una simple comida juntos ejemplifica dónde están las prioridades adecuadas. Las bendiciones de la vida están a la vista para ser apreciadas, y el sentido de pertenencia a la familia se ve reforzado por este sencillo ritual.
Nutrición
Las comidas preparadas en casa suelen ser mucho más saludables que las típicas comidas compradas rápidamente por conveniencia. La posibilidad de involucrar a cada miembro de la familia en la preparación de la comida puede reforzar las lecciones sobre buena nutrición y cocina sabrosa.
Según The Family Dinner Project, se descubrió que la hora de la comida compartida promueve una mejor salud al reducir los riesgos de depresión, obesidad y trastornos alimentarios, al tiempo que mejora la salud cardiovascular y los hábitos alimentarios en general.
Ritmo
Sentarse juntos en familia de forma regular y constante crea un ritmo de vida reconfortante y fiable que todos pueden esperar y en el que pueden confiar. Saber que los miembros de la familia valoran el hecho de pasar tiempo juntos es un regalo maravilloso tanto para los padres como para los hijos y refuerza los vínculos familiares. Esta actividad periódica se convierte en algo que se espera con ansia y actúa como una señal en el día o la semana.
Tradición
Además, la cena en familia se convierte en una tradición que todos los miembros de la familia valoran. Los recuerdos creados en torno a la mesa pueden convertirse fácilmente en algunos de los más preciados. Los beneficios de esta práctica pueden muy bien transmitirse a las generaciones futuras.
Así que, si busca algo para calmar las ansiedades, mejorar la salud de su familia y fortalecer los lazos familiares, simplemente siéntense a cenar juntos.
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