El presidente Joe Biden extiende esta semana una emergencia nacional de la era Trump, que prohíbe a las empresas o individuos estadounidenses invertir en empresas vinculadas al ejército de China.
El entonces presidente Donald Trump emitió la Orden Ejecutiva 13959 en noviembre de 2020, citando amenazas a la seguridad nacional. La orden declaró una emergencia nacional para permitir el cese de las inversiones en empresas vinculadas al ejército chino.
Posteriormente, Biden amplió la orden en junio de 2021 con la Orden Ejecutiva 14032, que prohibió las inversiones estadounidenses en empresas afiliadas a las industrias militares o de vigilancia de China.
La última orden de Biden extenderá la emergencia nacional con respecto a la inversión en las empresas militares y de vigilancia de China por un año más allá de la fecha de finalización previamente programada del 12 de noviembre.
“La República Popular China está aprovechando cada vez más el capital de Estados Unidos para obtener recursos y permitir el desarrollo y la modernización de sus aparatos militares, de inteligencia y otros aparatos de seguridad, lo que sigue permitiendo que la República Popular China amenace directamente al territorio nacional de Estados Unidos y a las fuerzas de Estados Unidos en el extranjero”, dijo Biden en un comunicado, usando un acrónimo del nombre oficial de la China comunista, la República Popular de China.
“El complejo militar-industrial de la República Popular China… continúa constituyendo una amenaza inusual y extraordinaria, que tiene su origen en su totalidad o en una parte sustancial fuera de Estados Unidos, para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos”.
En su declaración, Biden dijo que la estrategia nacional de “fusión militar-civil” del Partido Comunista Chino (PCCh) era la culpable, ya que requiere que las empresas civiles en China contribuyan directamente a las actividades militares y de inteligencia del régimen.
Por ello, dijo Biden, esas empresas deben ser tratadas como si fueran parte del aparato militar y de inteligencia de China, y su capacidad para interactuar con los mercados estadounidenses debe ser limitada.
“Esas empresas, aunque siguen siendo aparentemente privadas y civiles, apoyan directamente los aparatos militares, de inteligencia y de seguridad de la República Popular China”, dijo Biden.
“Al mismo tiempo, esas empresas obtienen capital mediante la venta de valores a inversionistas estadounidenses que cotizan en bolsas públicas tanto aquí como en el extranjero, presionando a los proveedores de índices y fondos de Estados Unidos para que incluyan estos valores en las ofertas de mercado, y participando en otros actos para garantizar el acceso al capital de Estados Unidos”.
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